El anime japonés: mucho más que colegialas con falda corta
Es difícil mencionar el cine japonés sin que al interlocutor -en este caso, lector- no se le frunza el ceño. Si además tratamos de manga o anime, la mueca se agudiza. No estamos acostumbrados, la mayoría, a emplear tiempo en descubrir sus universos. Una cultura tan lejana a la nuestra, con lugares comunes diferentes, reglas subconscientes distintas, que, en ocasiones, nos alejan sin ni siquiera habernos acercado. Hoy en Séptimo A querríamos proponerles un leve despoje de prejuicios, al menos, durante los próximos 5 minutos, para mostrarles el rostro más comercial de sus productos.
Las siguientes películas pueden ser contempladas por cualquier tipo de público. Quien abogue por el costumbrismo, por la ciencia ficción, por el amor, la acción o el thriller. Les daremos un poquito de todo en un formato que, seguramente, para muchos de ustedes será nuevo, pero, si se dejan llevar, descubrirán una realidad tan fascinante como singular. Porque les aviso: una vez inmersos en su animación, desearán sumergirse más.
Personajes femeninos sexualizados, una constante obsesión por la vida adolescente, el colegio, sus uniformes, el sentido del deber, y el latir de unos valores que en este otro lado de la orilla, a veces, se nos olvidan. No se confundan con su aspecto infantil y su diálogo naif. Tras esos trazos se esconden los
planteamientos más maduros, verdaderos y delirantes del hombre.
Your Name
Cinta de animación de 2016, dirigida por Makoto Shinkai: el anime más taquillero de la historia de su género. No es la primera vez que mencionamos esta película, pero merece la pena volver a recaer en ella. Una historia de amor que prefiero no contarles porque pensarán que es tremendamente cursi. Sin embargo se desarrolla de una forma muy especial, delicada y arrebatadora. Es inteligente. Lejos de apreciar su maravillosa estética, pura pintura, consigue hablarnos de la Teoría de Cuerdas, de los universos paralelos, y de la sinceridad al estado puro, mezclada con tintes de ironía y sarcasmo. El director ya prepara otra película. Será otro viaje ineludible. Si les gusta, les aconsejamos otra de Shinkai: ‘Cinco centímetros por
segundo’.
Perfect Blue
En 1997 ganó el premio a “mejor largometraje de animación” en Sitges. Sitges: qué buen referente para los amantes del cine diferente, arriesgado, alternativo, perturbador. Satoshi Kon nos presenta un thriller psicológico que podría recordarnos algún pasaje de ‘Cisne Negro’. Una obra de culto. Siniestra y elegante. El duelo de una joven promesa de la música entre sus apetencias y expectativas. Qué fácil es dejarse arrastrar, sin ser conscientes, hacia lugares que realmente no nos reconocen. Asesinatos. Obsesión. Confusión. Lo tiene todo para entretenernos.
Se aleja del sutil dulce ambiente que acostumbra la animación japonesa y nos arrastra hacia el desquicio. Una escena en concreto resulta ser bastante enfermiza. Si se asoman a esta película, sabrán identificarla.
Paprika
Una cosa muy loca. Tal cual. Un delirio entre realidad y fantasía. Quien la ve piensa enseguida en ‘Origen’, de Christopher Nolan. Es estridente, absurda, surrealista, encantadora. Y otra vez, Satoshi Kon. En 2006 lanzó esta película que bien podría ser fruto de un delirio de una noche repleta de estupefacientes. El vaivén onírico más laberíntico posible. Es tan extravagante que en ocasiones merece la pena pararla para observar bien todo lo que surge en el plano. Histrionismo al estado puro. Y algo de epilepsia, también. Merece la pena por el deleite visual y porque, sí, te hace pensar. De hecho, yo sigo pensando.
Akira
Película de 1988 dirigida por Katsuhiro Otomo. Rompe con todo. Si les gusta la acción, la violencia y el cyberpunk, esta es perfecta. “Holocauso nuclear”, no les digo más. Un thriller futurista, post-apocalíptico, creado con un gusto exquisito. Colores fluorescentes, calles oscuras, y una trama extrañamente plausible. Se sentirán los protagonistas de un distópico videojuego. Un poquito larga, quizás, pero aconsejable al menos por valorar su estética. Puro cyberpunk.
La chica que saltaba a través del tiempo
Lo dijimos al principio: la animación japonesa recurre mucho a la ciencia ficción, al instituto y, sobretodo, a las colegialas de faldas cortas. Esta vez hablamos de Mamoru Hosoda, que en 2006 estrenó esta película de tintes más clásicos. Es ligereza y entretenimiento. Tiene menos profundidad que las cintas anteriores, pero es una buena opción para un domingo por la tarde. No tendrán que pensar mucho, solo disfrutar de unos bonitos trazos bajo una historia amena y distraída.
La tumba de las luciérnagas
Isao Takahata, 1988. Otra película de culto. Nos traslada a la época de la Segunda Guerra Mundial, sus protagonistas, siempre jóvenes adolescentes con ganas de ser diferentes y de vivir aventuras. Un drama bélico que, viéndolo, consigue despistar nuestra atención de la estética: bien podría ser una película de carne y hueso. Bonita historia, bonitos sentimientos y bonito final. Pese al realismo de los acontecimientos, florece ese frescura propia de una mirada joven que logra aportarle el toque de poesía a cualquier secuencia. Desgarradora en sus entrañas.
Nos quedan muchas en el tintero, ‘El viaje de Chihiro’, ‘Flavors of Youth’, ‘El jardín de las palabras’… pero preferimos aconsejarles estas pildoritas primero, para que se adentren, despacito, en este universo sin quemarse. La vida ya es lo suficientemente rutinaria como para no aprovecharse de la imaginación de estos genios. Pruébenlo, sin prejuicios, porque se les despertará su lado más cándido, el más oscuro, el más anheloso, el más onírico.