Yangyang vuelve a caer en desgracia
El paso de la chinita de ‘Lanzalote’ por la casa está siendo cíclico. Las primeras semanas logró que por primera vez en la historia del programa las críticas llovieran por limpiar demasiado en lugar de lo contrario. Con muy honrosas excepciones, la casa se puso contra Yangyang y eso mismo fue lo que evitó su expulsión. Sus dificultades de comunicación y un excesivo afán de protagonismo hubieran hecho que su expulsión fuera de las primeras. Sin embargo, un malentendido y el injusto alegato en contra de Miriam fueron motivos suficientes para que salvara el pescuezo en el tiempo de descuento. In extremis, Yangyang seguía en el concurso y ahí dentro interpretaron que estaba entre las favoritas de la audiencia. Todo había cambiado para ella.
Muchos de los que la habían estado poniendo en la picota con absurdos argumentos ahora parecían adorarla. Ayer lo explicaba Hugo con su proverbial habilidad para resumir lo que sucede a su alrededor. “Todo el mundo adoraba a Yang cuando el día anterior estaban metiéndole la cabeza en el váter y empujando”, dijo el uruguayo. Así fue exactamente y de esa forma se ha ido manteniendo hasta los últimos días, en que vuelven a avecinarse malos tiempos para una Yangyang a la que se vuelve ahora a cuestionar, esta vez con más tino. Su intento de carpeta, las dudas razonables sobre si se hace muchas veces la chinita que no entiende y cierta deslealtad son razones para estar en la picota de nuevo.
Ayer casi todos los corrillos en la casa hablaban de Yangyang y nada bien. Ni siquiera las invitadas parecen confiar en ella, a pesar de que se ha pegado a ellas como una lapa desde que regresaron a la casa el pasado jueves. Esta es su evidente deslealtad. Tal vez contagiada por la tendencia a moverse cual veleta de Laura, hemos sido testigos de cómo Yangyang pasaba de estar muy unida a Pilar, Daniel y Juan, a no separarse de Laura y Miriam. Lo curioso es que siempre he tenido la sensación de que Miriam no la soporta, a pesar de lo cual hace esfuerzos por disimularlo.
Miriam decidió militar en la liga anti-Yangyang con el fin de intentar evitar ser expulsada. El grupúsculo formado por ellas dos junto a Laura saltó por los aires porque la gallega decidía tener la misma enemiga que la mayoría en la casa. No solo se unía en eso al grupo, sino que se ponía en la cabeza pasando a ser la que más ‘hateaba’ a Yangyang. A su vuelta y tras el singular perdón de su despedida, que en realidad no lo fue, vuelvo a apreciar la misma frialdad en el trato e idéntica incomodidad en Miriam aguantando la chapa de su compañera.
¿Qué ha motivado a Yangyang para olvidarse del resto y pasar todo el tiempo pegada a Laura y Miriam? De acuerdo que Juan ya no está en la casa, pero eso igual habría podido suponer que se uniera más a Pilar para pasar el duelo juntas. Después de competir por quién de las dos lloraba más fuerte y de manera más sentida a Juan la noche de su expulsión, he visto muy poco a Yangyang junto a Pilar. Es una de las razones por las que se la está criticando. Se lo decía Mina a Laura y esta no podía negarlo. La extraña maniobra de la china ha dejado aún más desamparada a Pilar. Ella está enfrentada al grupo de Mina, Carlos y Cristian desde que decidiera defender a toda costa a Juan en la discusión sobre el totalitarismo de Carlos, con Miriam y Laura cuestionándola desde su regreso y, sobre todo, sin su Juan.
La situación de Pilar parece haberla sumido en algo que se parece mucho a una depresión. La llegada de Miriam y Laura no ha hecho sino agravar su situación después de perder a Juan. Cuando un concursante está muy unido a otro, y solamente a uno, corre el riesgo de quedarse muy solo si es expulsado. Esto le ha pasado a Pilar, que se siente ahora sola y desamparada, sin nada que hacer en la casa durante el día. Se hacen mucho más largos los días así. Está sin norte y aislada, con escasísimos apoyos. Hugo es la única persona que logra iluminar el rostro de Pilar. Es hablar con él y le cambia la cara radicalmente. También tiene el apoyo de Cristian, pero de forma parcial.
Ayer, tras pasar Cristian el día divirtiéndose junto a los suyos con las bromas de colegio mayor, se acercaba a Pilar para preguntarle cómo estaba. “¿Es por lo mismo que comentamos? Luego hablamos un ratillo”. Pilar respondía que era por todo, y efectivamente hablaron después. El apoyo a tiempo parcial de Cristian puede suponer una ayuda para Pilar, igualmente a tiempo parcial. Y Daniel tampoco es la alegría de la huerta estos días. No en vano está nominado y bastante convencido de que ha llegado su hora. Imposible no tener la sensación de haberse equivocado, tanto con su severa opinión sobre la responsabilidad de Cristian en la expulsión de Petra como en sus comentarios sobre el tema de Laura.
Dani y Pilar son el principal objetivo de Laura. Ambos han soportado el latigazo de esa jueza que impone condenas sin piedad, todo lo más deja a los acusados en observación, como hizo con el propio Dani. No debe ser cómodo estar entre los objetivos principales de esa jueza escasamente preparada y excesivamente implacable. Si algo debe ser la justicia es flexible, todo lo contrario que esta Laura castigadora que no sé quién diablos se ha creído que es. La situación se agrava para Pilar si tenemos en cuenta la buena relación entre Mina y Laura, no tan buena desde la vuelta de esta última. Sus enemigas se unen en su contra. No me extraña en absoluto que esté ‘depre’ la pobre.
No tiendo a analizar a los concursantes movido por la compasión, pero en este caso reconozco que me resulta incómodo ver a Pilar en la circunstancia que se encuentra. Especialmente en momentos como uno observado el pasado viernes en medio de la fiesta. Pedían Mina y Laura a Carlos en la cocina que les sacase una foto con la cámara instantánea que les regalaron a todos hace unas semanas. Se unía a la foto Pilar, y Mina decidía entonces no participar. Feo lo de Mina rechazando salir en una foto con Pilar. Un gesto más de cara a la galería que real. Y, sobre todo, un castigo tan innecesario como poco justificado. El círculo del odio es todo un clásico en Gran Hermano. Siempre hace falta alguien que interrumpa ese círculo, haciéndolo chocar con la tolerancia, la dulzura, el perdón y el amor.
Yangyang agrava la sensación de desamparo de Pilar, como dije antes, al haberse apartado de ella desde que volvieron Laura y Miriam. Es una de las razones por las que está siendo criticada en la casa, pero no la única. Su decisión de salvarse ella misma el pasado jueves ha sido otra razón. Primero fue Mina la que se lo cuestionó. El domingo los chicos veían las imágenes del momento, lo cual les llevaba al mismo razonamiento. ¿Cómo fue tan torpe de no salvar a Mina después de que esta la había salvado a ella? ¿No se dio cuenta de que su voto era irrelevante porque tenía en todo caso la mayoría de los votos? A la sorpresa inicial se une la que genera la respuesta de Yangyang, según la cual no se dio cuenta de que se votaba para salvar.
El principal problema del grupo con Yangyang es que resulta imposible creerla muchas veces. ¿No sabía que votaban para salvar? ¡Vamos hombre! A otro gato con esa raspa. Me hago cargo de la sensación que describe Rubén. Es como estar ante alguien que te toma el pelo y te trata como si fueras tonto, con la excusa de no enterarse de nada. No se entera de lo que no quiere. Es como eso tan común en los sordos, que usan su sordera como excusa, pero se están enterando mucho más de lo que proclaman. La primera vez que escuché decir que Yangyang a veces habla un castellano mucho más perfecto y académico y otras lo chapurrea de forma casi ininteligible no pude dar crédito a algo así. Ahora lo rubrico porque he comprobado que es cierto.
Yangyang tenía muy fácil argumentar que se salvó ella misma porque otra cosa es postureo. La hubiera aplaudido si dice algo así. Si me pongo en su lugar me salvaría siempre, independientemente de lo que hicieran los demás. Es explicable que sus compañeros no lo entiendan en un principio, pero si les llega a dar esta explicación no les hubiera costado comprender su postura y hasta la hubieran aplaudido. Sin embargo, Yangyang prefiere hacerse la sorda, o la tonta, o la pobre chinita que no entiende el idioma. Definitiva me pareció la pillada de Rubén hace unos días. Había escuchado a Laura recomendando a Yangyang que cuando la critican dijera: “Eh, que yo quiero verte a ti hablando chino. No es tu idioma y hay cosas que a ti te cuesta explicar”. Un rato más tarde Yangyang le decía algo parecido a Rubén. En la piscina le preguntaba este si eso lo había escuchado a alguien o era algo que salía de su mente. Yangyang le respondía que lo había pensado ella. Rubén cortó de inmediato la conversación. “Me estás mintiendo de nuevo”, afirmó. Y tenía toda la razón. Yangyang había sido pillada de nuevo.
Rubén y Miguel son quienes más desconfían de Yangyang. Se les ha unido Gabaldón, cada vez más convencido de que la china les está tomando el pelo. Este concursante justiciero divide su odio entre Yangyang y Maico. Ayer comentaba con Carlos su incredulidad ante el hecho de que el italiano vuelva siempre de la sala de expulsiones, o no llegue ni siquiera a pisarla. Que haya obtenido el porcentaje de votos más bajo en más de una ocasión les tiene locos. Nunca he llegado a entender qué es eso tan malo que ha hecho Maico, aparte de lo de sus pies oscuros. Tal vez esté pagando por ser pájaro de libertad que va a su bola y hace lo que quiere.
Ayer se produjo una breve crisis entre Hugo y Rubén. Matrimoniadas de la auténtica carpeta de esta edición. No es por presumir, pero dije esto cuando había pasado apenas una semana del comienzo. Hugo le dijo a Rubén que tenía que volver a ser el mismo de antes, y no le sentó nada bien. El gallego tiende a mosquearse demasiado. En este caso le preocupaba que en un vídeo sacasen esa frase fuera de contexto y pudiera interpretarse que no estaba siendo él mismo por conveniencia, o algo así. Se lo contó preocupado a Gabaldón, que estuvo perfecto en la respuesta.
“Hugo te quiere mogollón y seguro que te lo ha dicho por tu bien. Solo se ha equivocado en la expresión porque quería decir que últimamente estás más de mal humor”, le decía Gabaldón a Rubén. Gabaldón va sumando puntos, lo cual pueden temer los seguidores de Hugo pensando que, llegado el momento, puede arrebatarle el maletín. Nunca pienso en eso, por lo que no me duelen prendas decir que estuvo perfecto este concursante intentando ayudar a Rubén. Aprecio cierta admiración de Gabaldón a la relación de cariño y respeto que mantienen Hugo y Rubén.
La mejor muestra de esto es lo pronto y rápido que resolvieron el asunto. Rubén lo habló con Hugo al poco rato y a ambos les bastó con unas pocas frases para entenderse. Rubén se dio cuenta de la buena intención de Hugo y este de que a veces no tiene en cuenta que están ante las cámaras y habla sin filtros. ¡Asunto arreglado! La carpeta Hugen no ha muerto. ¡Viva la carpeta!
Moleskine del gato
Muestra de esa ausencia de filtros que comento en Hugo fue la charla de anoche en el cuarto de baño entre este y Miriam. No tuvo inconveniente ninguno en que estuviera Laura delante para decirle a la gallega que si hubieran de votar para decidir que una de las dos se quedase en la casa la elegiría a ella. Lo haría incluso aunque pudiera votar por ninguna. Parece que conociera cómo estamos votando. “Decidiría con el ‘cuore’, no con la cabeza”, afirmaba Hugo y, como era inevitable, añadía que también sería una forma de mostrar su gratitud por lo que ella hizo. Recordemos que está ahí gracias a Miriam. Consideremos que esa ha sido su principal aportación al concurso.
Ayer olvidé mencionar que el parecido razonable de Gabaldón fue una sugerencia de @antzekoparecido en Twitter. Que conste el dato y perdón por el olvido.