¿Quién dijo que Hugo era un señor aburrido? Señor sí lo es, y más esta semana que le ha tocado desempeñar ese rol en la prueba semanal. Pero de aburrido no tiene nada. Aparece cuando debe y se pone a un costado el resto del tiempo, como los grandes concursantes. Y encima tiene la fortuna de cara, hasta el punto de ser capaz de encontrar una aguja en un pajar. La prueba de esta semana arrancó con una noche y madrugada realmente épicas. Llevo días reprimiendo la euforia, pero amigos míos, creo que estamos ante uno de los mejores castings en mucho tiempo.
Esta edición va a ser muy recordada. Llevábamos años esperando un concursante que nos enamorase como está empezando a hacer Hugo. Inteligente y jugador, el uruguayo es un gran embaucador al que casi toda la casa tiene cruzado por envidia. Se salva Rubén, con quien tiene una relación de igual a igual basada en el cariño y la lealtad. Maico completa el trío, aunque todo indica que este jueves será expulsado. A pesar de todas las reservas que me merece este concursante, es una pena que se vaya a quebrar este grupo haciendo que pierdan a uno de sus componentes tan pronto.
Tengo la esperanza puesta en que la audiencia termine salvando a Maico como premio por hacer un buen papel como señores. Si nos gusta Gran Hermano le tenemos que dejar dentro. De momento, han empezado de forma inmejorable. Como ejemplo, el desternillante momento en que Hugo pide cinco manzanillas y que retiren las bandejas para poder jugar al ajedrez mientras los otros cuatro se parten de la risa, y la audiencia más fiel y trasnochadora con ellos. Han bastado unas horas tan solo para que la casa se configure con cinco señores divertidos y doce criados reventados. Y cuidado que ese reventamiento máximo no les cueste sumar otra prueba no superada. El corte de mangas de Mina a Hugo cuando este pasaba al cuarto de baño barrunta la amenaza. Empieza mal el servicio faltando al respeto a los señores.
Hugo tiene algo integrador, una llamativa capacidad para unir al grupo. Esto es bueno aun cuando lo que les una sea el odio a este concursante. El odio les une contra Hugo. Tal vez sea un odio trufado de envidia y resquemor porque están comprobando que les supera a todos en casi todo. Anoche hubo una escena clarificadora, en la que Hugo perreaba bailando con Yangyang mientras Laura y Mina miraban sumidas en una evidente desolación. Encima de señores estaban siendo los amos de la fiesta. Pocas horas antes decían que Hugo no hacía nada. Nada malo, debe ser.
Pero repasemos brevemente cómo se ha llegado a esta situación. La prueba de señores y criados en un hotel de 1818 (muy propio de Gran Hermano 18) empezó ayer formándose los grupos. Cinco señores y doce sirvientes, entre los que hay pastores, camareros también encargados de la limpieza, un jefe de cocina con sus pinches, botones y dos directores. La casa se ha transformado en este hotel de época, con dormitorio con camastros para el servicio y lujosas camas para los señores. La sala de pruebas se ha transformado en una cuadra con seis cabras y un burro. El servicio tiene que ordeñar las cabras, fabricar la harina y no tendrán agua si no le dan al manubrio. Ahí es nada.
Esta prueba de señores y criados es ya un clásico de Gran Hermano y nos ha dado grandes momentos en anteriores ediciones. Lo primero era formar los grupos, como digo, para lo cual tenían que encontrar una aguja entre la paja de la cuadra. El momento fue mágico. Las cabras se concentraron justo donde estaba la enorme aguja y solo Hugo se dirigió hacia allí. Tampoco fue directamente, incluso estuvo a punto de acercarse antes Juan. Finalmente, Hugo encontraba la aguja, lo cual tenía una doble recompensa. Se convertía en señor y tenía el encargo de elegir a los otros cuatro que van a pasar la semana rodeados de comodidades, comiendo bien y atendidos en todos sus caprichos por el resto de compañeros. El destino a veces supera al mejor de los guionistas.
Hugo dijo que elegiría dos chicos y dos chicas. Empezó con Rubén y Maico, como no podía ser de otro modo. Luego dijo el nombre de Yangyang, lo cual también era previsible. Faltaba el cuarto nombre, el que generaba más dudas. En ese momento pensé que sería una buena decisión elegir a Carlos, líder cuestionado del otro grupo. La elección de Hugo superó mis expectativas y se me antoja que es mucho mejor maniobra. Pilar completa el grupo de señores, lo cual también provocó recelos entre los sirvientes reventados. “Ya estoy harta de que me digan que Hugo es muy listo, co”, decía Pilar. Ella termina la mayoría de las frases con el “co”, lo cual tiene a muchos hasta el “co”, cuando no hasta los mismísimos “co”.
¿Por qué me parece inteligente la elección de Hugo? En primer lugar, porque está quitando mano de obra al grupo de sirvientes. La de por sí servicial Yangyang hubiera hecho muy buena labor entre ellos. Y Pilar es especialista en los animales. Nadie como ella sabría ordeñar a las vacas o cuidar al burro. Si se trata de ponerle palos en las ruedas al otro grupo nada como quitarle dos valiosas sirvientes. Por otro lado, Pilar lleva días mejorando su relación con Hugo de forma llamativa. Muchos se sorprendieron el domingo al ver que los dos chocaban sus manos en la cocina después de la polémica entre Juan y Carlos por los comentarios que había hecho Laura. A mí no me llamó la atención.
La escena fue como sigue: Hugo salía del almacén y Pilar estaba sentada en la mesa del comedor junto a algunos compañeros. Hugo pasó de largo por delante de esa mesa y extendió su mano chocándola con la de Pilar. De una manera muy sutil estaba expresándole su apoyo poco después de que Pilar aventase una silla en el jardín enojada por el aprieto que estaba viviendo Juan, hundido en su propia mentira y sin saber por dónde salir. Insisto en que no me extrañó el gesto porque he ido viendo el acercamiento entre los dos. La noche del sábado hablaban Hugo, Rubén, Maico y Gabaldón en el jardín. Coincidían en que una chica les caía bien y no la nominarían. Hugo decía que era buena chica y, además, le hacía gracia. Tenía dudas de a quién se estaban refiriendo y pedí ayuda, pero no me sirvió de mucho porque me dijeron todos los nombres posibles. En realidad, sospechaba que hablaban de Pilar, y luego me reafirmé en mi sospecha.
Hugo explicó anoche que elegía a Pilar porque al principio ella le pidió que la protegiera y él no ha dejado de hacerlo, aunque tal vez no se note. Me perdí ese capítulo. Por lo visto, la mayoría en la casa también. El caso es que su decisión provocó cierto estupor en la casa, lo cual terminó por molestar a Pilar. Los mismos que no paran de acusar a Hugo de estratega se hacen los sorprendidos porque tome una decisión que consideran pura estrategia. No sé de qué se extrañan. ¿Acaso ignoran que los estrategas hacen estrategias? Podría extrañarles lo contrario, pero así tan solo se están confirmando sus teorías. Contentos tenían que estar.
Creo que la decisión de Hugo tiene efectivamente mucho de estrategia. Pilar no solo le cae bien y le hace gracia, sino que le viene bien ganársela para eliminar enemigos. Nunca la ha nominado, todo lo contrario que ella, que siempre lo ha hecho. Tres, uno y dos puntos de Pilar han ido para Hugo sucesivamente en las tres tandas de nominaciones. Es posible que en las próximas no le vaya a nominar. Llevándosela al grupo de señores no solo puede estar evitando sus puntos nominatorios sino que de alguna manera la está apartando del otro grupo unos días. Tal vez lo suficiente como para que desintoxique un poco su mente. Ya digo que la maniobra me parece perfecta.
Lo curioso es que muchos acusen a Hugo de hacer aquello que llevan días haciendo. La impresión bastante extendida es que Pilar pueda ser favorita, apoyada en las reacciones que han escuchado en plató durante alguna gala y otras supercherías semejantes. Desde que piensan en Pilar como favorita muchos no han parado de hacerle la pelota con gran descaro. ¿De qué se sorprenden ahora? Si acaso, podrían acusar a Hugo de estar copiando de ellos. También puede torcerse la elección estratégica de Hugo y ganarse en estos días la enemistad de Pilar, aunque no lo veo fácil porque teniendo el estómago lleno, estando bien comida y descansada, verá las cosas de otro modo. Además, creo que lo pasará bien.
Una vez determinados los grupos tenían que asignar tareas al servicio. En la dirección del hotel están Javi y Mina. Botones es Juan. Carlota, Petra y Dani son camareros, cuya labor incluye la limpieza del local. Como era de esperar, Carlos es jefe de cocina y contará con Laura y Cristian como pinches. En la cuadra estarán Miguel, José María y Gabaldón haciendo de pastores. Mientras escribo estas líneas la actividad del servicio ya es frenética. Preparan su propio desayuno, justo antes de hacer el de los señores. La cuadra espera a los pastores, y así se presenta todo el día. La labor del servicio desgasta mucho. En un par de días se encontrarán exhaustos y superados por las circunstancias. Menos mal que ayer despertaron con un espectacular desayuno para todos, cortesía de Gran Hermano. Les valdrá para aguantar un poco mejor la presión.
Gabaldón no va a tener que esperar tanto porque anoche ya no cabía en el traje de pura rabia. Unas horas antes había estallado contra Hugo por no haberle elegido a él en lugar de a Pilar. “Te has salido del camino, hermano”, decía Gabaldón. Porque él en lugar de “co” dice “hermano” casi en cada frase. Hugo se lo argumentó con paciencia. Le contó aquello que le había molestado de Gabaldón y por lo que el día anterior dijo que quería hablar con él y dependiendo de su respuesta le diría: “Hasta aquí el amor”. Pues bien, al final ha sido Gabaldón el que ha roto peras con Hugo.
Gabaldón piensa nominar a Hugo este jueves y no volverá a considerarse colega suyo. Mucho menos su hermano, aunque siga diciéndolo porque eso no hay forma de evitarlo. Se lo dijo abiertamente, lo cual era tan innecesario como el rebote que se llevó solamente por no haber sido elegido como señor. La verdad, Hugo no le hizo señor porque lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Lo gracioso es que en medio de sus reproches Gabaldón hacía una confesión definitiva: “Yo tampoco te habría elegido a ti”. ¡Acabáramos! No sé qué diablos reclama. Pretendía ser elegido, pero él no lo hubiera hecho. Eso es la ley del embudo… hermano.
El berrinche de Gabaldón no ha sido lo más divertido de esta noche memorable. Miguel decía de Hugo: “Es muy jugador. El público se estará entreteniendo y le salen las cosas bien, pero ya le saldrán mal”. Son muestras de ese ramillete de espontáneas muestras de reventamiento máximo que hemos podido vivir. No puede ser más maravilloso. Si alguien dudaba de que esta edición puede ser mítica le hubiera bastado con estar viendo todo esto la pasada madrugada. Con las dudas ya espantadas ahora toca seguir disfrutando. ¡Gracias, Gran Hermano!
Parecidos razonables
Traigo hoy el parecido razonable de Maxi Iglesias con Rubén. El actor convertido en guardaespaldas de musical en un teatro madrileño tiene un aspecto casi tan aniñado como este concursante. Gracias a Xaxu por el apunte.
Moleskine del gato
Remató esta noche para recordar que hubieron de posicionarse ante la expulsión. Solo Rubén se puso en contra de Yangyang. Partidarios de la expulsión de Javier son Carlos, Hugo y Miguel. A ellos les gusta Gran Hermano. Y la mayoría se posicionó en contra de Maico, que renunció una vez más a defenderse. Esto hizo que fuera reconvenido por sus amigos Hugo y Rubén. Hugo lo dijo en público: “Me hubiera gustado verle defendiéndose”. En la cola contra Maico estaban Gabaldón, Carlota, José María, Laura, Cristian, Juan, Daniel, Petra, Pilar y Mina. Algunas de las razones dadas me parecieron un poco duras. Laura habló de "decepción". Ella que, junto a Carlota, son la viva estampa de la decepción para muchos espectadores, entre los que se encuentra este gato cronista.
El lunes se oyó en la casa una voz gritando: “Petra falsa. Laura ganadora”. Se escuchó tan cerca que no parecía provenir del exterior. Luego supimos que era la voz de Bea, ganadora de Gran Hermano 17. Está claro que aprovechó una visita a la parte de la casa donde trabaja el equipo del programa para proferir sus gritos. Por eso parecían venir de dentro, y es que así era. Anoche Carlota se refería a este episodio con las siguientes palabras: “La p*** nini esa. Te lo juro, como venga otra vez a gritar y diga algo te juro que le voy a partir…”. No tengo nada más que decir. Y ya no estoy.