Dijo que no iba a ir a preguntar ni hablaría con ellos sobre el distanciamiento observado en los días anteriores. Hugo pensaba que habrían de ser Rubén o Maico quienes fueran a hablar con él si es que tenían algo que decirle. Pero Hugo es noble, va de frente y nada tiene que ocultar. El viernes no pudo evitar afrontar lo que para todos era una evidencia: los que habían sido sus más afines le habían dado la espalda. No deja de llamarme la atención que nadie en la casa haya utilizado esta situación en contra de Hugo. Esto dice mucho a favor de Carlos o Gabaldón, que tendrán muchos defectos, pero ni han traicionado a nadie ni son desleales ni parecen dispuestos a medrar en el concurso a costa de los demás. Lo mismo es aplicable a Pilar o Yangyang. Y no hace falta decir que todo lo contrario a lo visto en Rubén, Maico y Miriam.
Atribuiría a Lorena la estrategia de unirse al grupo que está contra Hugo desde que entró en el juego de no ser por un pequeño detalle: me parece poco espabilada para urdir una estrategia, por sencilla que sea. Si así fuera la realidad le ha estallado en la cara porque al poco de regresar a la casa los malos dejaron de serlo para ocupar su lugar los que habían sido buenos. Obviamente estoy simplificando, para lo cual recuerdo la frase aquella de: “Ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos”. Ahora le daría una vuelta para convertirla en: “Ni los buenos lo son todo el tiempo, ni los malos tampoco”. Si Lorena tuviera la estrategia que parece, aunque vuelvo a insistir en mi extrañeza al respecto, se debería haber juntado a Rubén, Maico y Miriam.
Voy a ver si ordeno las ideas que los lunes cuesta a veces. La supuesta (y dudosa) estrategia de Lorena anula las críticas por entrar con mucha información del exterior e ir contra quien más defensores parece tener aquí fuera. Vamos a ponernos en su lugar: ¿qué haríamos sin entramos dos meses después de empezar el concurso? Lorena es muy improbable que pudiera llevarse el maletín. Solo una concursante reserva, Judit Iglesias en Gran Hermano 9, ha ganado el concurso, y entró poco más de una semana más tarde del comienzo. Con dos meses lo normal es que Lorena tuviera descartado su triunfo. Siendo así, podía unirse a Hugo o a los otros.
En el momento que Lorena entró Hugo todavía no había sido traicionado. En esa circunstancia, unirse a los demás en contra de este concursante al menos podía darle una visibilidad mayor. Tal vez alguna polémica en el exterior, una vez finalizada la edición. Esa sería una estrategia no tan evidente como entrar tan tarde y unirse al supuesto favorito. Nos extrañamos de que hiciera lo contrario, pero no sería lógico toda vez que ha asumido su papel de comparsa. No obstante, esto era válido hasta hace una semana, aproximadamente. En el momento que los compañeros de viaje de Hugo se ponen en su contra todo cambia. Lorena hubiera sacado muchos más réditos si se llega a unir a Hugo y trata de desenmascarar a los traidores.
Lorena ha acariciado la posibilidad de hacer un gran concurso en unos pocos días, pero no ha tenido la suerte ni el acierto suficiente. Si sale este jueves, como creo y deseo, será recordada como la concursante que lloró la expulsión de Carlota y estaba siempre en medio de todo, como un pasmarote, diciendo frases aprendidas en anuncios. No ha dado para más, por eso sería injusto que se quedase en la casa viendo marchar a otros que no solo han pasado ahí dentro dos meses más que ella, sino que lo han dado todo. Con todos sus errores, Carlos ha sido un concursante generoso y entregado. No puede salir él en lugar de Lorena. Sería una auténtica locura.
“Me acosté un día a la una y media mientras que ellos tres lo hacían a las cinco, y cambió todo. Eso se ve mal fuera, más cuando no hay motivos”, decía Hugo hablando con Carlos este fin de semana. Si había algún temor de que no se diera cuenta bien de lo que sucedía a sus espaldas ya ha quedado disipado. Sendas conversaciones con Carlos y Gabaldón han demostrado esto y lo que comenté antes sobre la discreción de sus interlocutores, que han dado muestras de una integridad infinitamente mayor a la de los traidores de medio pelo que han estado acompañando a Hugo y aprovechándose de él durante tanto tiempo. Maico habría salido hace semanas sin la protección de Hugo. Rubén imposible porque no ha estado nunca nominado, pero igual digo.
Lo más llamativo no es que la ambición y la codicia les lleve a hacer lo que están haciendo. Mucho más sorprendente es su torpeza, que no sean capaces de darse cuenta de lo mal que se lo están montando. Y rozando el delirio que no tengan la más mínima valentía y sigan ocultando a Hugo todo lo que dicen de él. Rubén volvía a precisar de pañal y astringentes cuando su otrora amigo se acercaba a él para hablar con franqueza. Hugo a calzón quitado frente a un huidizo Maico al que cada vez tiene más ganas buena parte de la audiencia y cuya expulsión, cuando acontezca, puede convertirse en la más celebrada de esta edición. Y también frente al cobarde del niño Rubén, que saca pecho después, pero se descompone en cuanto alguien le planta cara.
La respuesta de Rubén cuando Hugo le hizo saber que estaba incómodo con esta situación fue esquiva y nada sincera. Parecía como esas parejas que recurren a uno de los más manidos lugares comunes, el “no eres tú, soy yo”. Casi literal era lo que acertaba a decir Rubén. Según él a estas alturas del concurso necesita estar a su bola y eso le hace que viva el momento mucho más a gusto. Absurda explicación, además de cobarde, porque no es que ahora esté solo, sino que solo se relaciona con Maico y Miriam. Hugo entiende bien que Rubén haya optado por Miriam, concursante con la que él no se relaciona. Pero no es solo eso. Está claro que le mueve el fulgor del maletín. Aunque todos menos él sabemos que ha optado por la estrategia equivocada.
“Lo peor de todo es que creo que es malo para él”, dice Hugo refiriéndose a Rubén y su nueva actitud. Todavía se preocupa por su devenir en el concurso. Elegimos bien en su momento al considerar que Hugo era inusualmente bueno. Su concurso está siendo ejemplar y será recordado durante mucho tiempo por haber devuelto a este bendito y maltratado programa su autenticidad. La autenticidad de este concursante dignifica a Gran Hermano. Como decía @MissDarknessGH esta madrugada: “Hugo está demostrando que se puede hacer un gran concurso desde la educación, la madurez y la simplicidad”. Y añadía, con extraordinario acierto: “No sois conscientes de lo importante que es, y con el tiempo lo veremos”.
Rubrico, subrayo y aplaudo esas palabras sobre Hugo. Sobre todo, cuando veo que sigue su camino y comenta su nueva situación, realmente incómoda, sin un ápice de odio ni resentimiento. Pero tampoco lo afronta con complacencia, sin asumir la nueva realidad. Todo lo contrario. “Cada vez lo tengo más lejos de mi energía”, dice sobre Rubén. Como cabía esperar, de Maico no podía esperar nada, pero sí del gallego. “Me gustaba más cuando me llamabas uruguayo, no Hugo”, le dijo a Rubén para finalizar la conversación del viernes. Una charla en la que Rubén guardó en un baúl (y lo enterró a varios metros bajo el suelo) todo aquello que había estado hablando con Maico. Este se levantó y los dejó solos al comenzar la conversación, como si no fuera con él.
No solo evitó decirle a la cara todo aquello que llevaba días soltando a sus espaldas, sino que mintió con descaro varias veces. Lo hicieron Rubén y Maico al comienzo de la charla cuando Hugo les preguntaba si le habían contado ellos a Miriam sus planes de nominarla. Negaron tres veces, como Pedro a Jesús, sino más. Suerte que habíamos podido ver en el directo a Maico diciéndole a Miriam que Hugo pensaba darle puntos. Han mentido en muchas otras cosas, pero no merece la pena enumerarlas. La gran mentira es que Rubén hiciera como si no pasara nada, enmascarando todo con la patraña de su estado de ánimo y su particular “no eres tú, soy yo”. Versión absurda y edulcorada de una deslealtad fruto de su infinita cobardía.
Junto a todo lo que comenté anteriormente veo deslizarse a estos tres concursantes por el sendero de la injuria, tanto o más peligroso para ellos que para Hugo, a quien empiezan a hacer responsable de todos los males del planeta, poco más o menos. A la codicia, la torpeza y la cobardía se une ahora una maldad retorcida y venenosa que me escandaliza todavía más, si cabe. Decía Maico: “A Hugo le van bien todas y si tiene que ir a la cama por jugar, juega”. ¡Qué barbaridad! No tienen límite. Hagan caso a lo que digo: no tienen límite, no lo tienen. Miriam dice que Hugo ha estado jugando con Yangyang, cuando todos hemos visto que le dejaba bien claras las cosas en todo momento. El único juego fue esa broma no tan acertada en la que fueron precisamente ella y Laura las protagonistas, metiéndose en la cama con Hugo para hacer rabiar a su amiga.
Rubén le ha preguntado a Yangyang un par de veces en los últimos días cuándo empezó a sentir algo por Hugo. Ella respondía que bailando en las fiestas al principio del programa y Rubén, muy ufano, se decía a sí mismo: “Eres un crack”. Prefiero no pensar en lo que pretende porque tiene pinta de ser tan sucio que me estomaga. Lo mismo que ver a Miriam manipulando a Yangyang, diciéndole lo que debía nominar el jueves pasado. Su punto a Gabaldón se lo había dictado Miriam. Me inquieta sobremanera que no sean capaces de poner freno a su loca escapada. Miriam y Rubén planean fingir un enfado entre ellos para ver la reacción del resto de compañeros. Todos excepto Maico, que era cómplice de otro plan avieso que no parece tener ninguna buena intención.
Con todo, debo decir que agradezco a Rubén, Maico y Miriam este final de edición que nos están dando. Pasando de los 60 días (hoy se cumplen 70) los concursantes suelen andar oscilando entre la nostalgia del pasado y el deseo irrefrenable por ver llegar la final. El recuerdo de los compañeros que ya no están se mezcla con el ansia porque llegue lo que se está deseando, el momento en que alguien se lleve por fin el maletín. Esto hace que el último mes de concurso suela ser más plano que los anteriores, a lo cual también contribuye la falta de sorpresas al conocer ya sobradamente a todos los intérpretes de esta historia.
Sin embargo, esta vez estamos teniendo la gran atracción de tres concursantes que han hecho replantearnos todo. Ante ellos uno echa de menos a Petra, Cristian o Miguel, que salen muy favorecidos por la comparación. Como decía antes, los malos tornando en buenos y, por contraste, lo contrario para casi todos los demás. Veo la amargura continua de Maico y Rubén, maquinando todo el día, haciendo trajes de forma permanente a Hugo, y no puedo evitar sentir gran simpatía por Carlos o Gabaldón. Veo a estos mejor que nunca. Todas esas cualidades negativas que están demostrando Maico, Rubén y Miriam hacen que resalte todo lo positivo de estos otros.
Como dije antes, Carlos ha soltado auténticas barbaridades por su boca. Su procacidad hablando con Yangyang, por ejemplo, no puede tener mi aprobación en ningún caso. Pero más allá de sus excesos verbales y cierta inconsciencia, ha sido siempre leal, no ha maquinado contra nadie y nunca ha hecho mal de forma consciente. Incluso esa inconsciencia contribuye a hacerle un gran concursante. Es otra cosa por la que todavía habré de estar agradecido a este trío de concursantes que tanto están animando la recta final de esta edición. Solo falta que vayan saliendo uno a uno y sufran las consecuencias de su inesperado cambio de rumbo. Tal vez sería bueno que lo hagan tras encontrarse con Hugo y la realidad incómoda de su propia actitud en un apasionante visionado de vídeos. ¿Qué tal reabrir la sala de los encuentros para ello? No sé, es tan solo una idea.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos muestran una clara ventaja para uno de los cuatro nominados. Apuesto con certeza de que los dos porcentajes menores pertenecen a Hugo y Yangyang. Sobre el más destacado, no me hace falta repetir mi deseo de que corresponda a Lorena. Anoche estaban así: 74,6 %, 16,7 %, 5,5 % y 3,2 %. Contaba anoche Jordi González que este martes será salvado el poseedor del porcentaje menor, sin esperar a la gala del jueves. Sospecho que el 3,2 % es de Yangyang por lo que estoy tentado de meterle unos puntitos a ver si sube un poco y el martes es Hugo el salvado. Puede ser de postal la cara de Miriam, que ayer le expresaba a Carlos su esperanza de que salga Hugo este jueves.
También hemos sabido anoche en el Debate que el jueves comienza la recta final y habrá posiblemente más de una expulsión. Cuando se dice posiblemente ya sabemos que así será. No conozco en absoluto los planes que tiene Gran Hermano de aquí hasta el final, pero puedo imaginar que sea algo parecido a lo sucedido la pasada edición y este jueves tras la expulsión tengamos prefinalistas, se abran los teléfonos para empezar a votar en positivo y el menos votado salga un rato después. Siendo así, sería interesante que Maico bajara de su nube y lo hiciera de un tortazo como el menos votado entre los ocho que quedarán en juego. Voy a seguir echando a volar mi imaginación y a disfrutar con ello.