Quiero pensar que fue por los nervios del primer día, pero de las misiones secretas que les encargaron no se puede decir que fuera un éxito ninguna. Una chica alemana llamada Emmy Russ (ni un caniche pulgoso merece llamarse así) debía hacer creer que no habla apenas castellano y los Gemeliers (bendito momento en que los rescataron del olvido) apoyarla haciendo que se defienden con el alemán. Pensé que los gemelos cantantes fallarían a la hora de traducir y hacer que hablan el idioma de Angela Merkel, pero resulta que la culpa del fracaso de la misión fue más bien de ella. Emmy, que dice de sí misma que es muy inteligente y tiene su nombre colgado de una pared de su salón (imagino que por si se le olvida), saludando a sus compañeros dijo “me llamo Emmy”. Que, visto lo visto, igual no era tan grave porque al menos sigue recordando su nombre.
La misión de Emmy, Dani y Jesús duró menos que un caramelo a la puerta de un colegio. Los gemelos son dos soportes orgánicos, pero cuentan como solo uno con vistas al concurso y mucho me temo que también suman una mente tan solo. Dijo Miguel Frigenti que quiere llegar al fondo del asunto y pienso yo que como sea el cerebro de los Gemelier puede que llegue enseguida. La segunda misión no salió mucho mejor, aunque al ser tan inverosímil llegaron a pensar que es cierto porque de inventar algo se lo hubieran currado un poco más. Esto decía anoche Luca, que tiene la mismísima voz de su hermano y solo queda por ver si también hace piadinas o dice “maracaná” siempre que no sabe por dónde salir.
Sofía debía decir que quería abandonar de manera repentina y consumar luego su deseo. No se trataba de un ‘play maletin’ (¡qué grande Pepe Flores!) sino un abandono por sorpresa en la primera noche de encierro. Dejaron a su imaginación la excusa para tan rápida despedida e igual ahí estuvo el error. ¡Pues no va y dice que se ha olvidado algo en su casa! Por un momento pensé que iba a contar que tenía algo calentando en la vitro. Fue todo tan absurdo que se escuchó la risotada de uno de sus compañeros de encierro. Luego explicó que tiene una perra enferma de 11 años a la que había dejado sin su medicación. Porque, claro, no ha dejado a nadie a cargo del animal y no hay quien tenga llaves de su casa para arreglar el asunto.
Una vez completado el protocolo de abandono de Sofía esta debía elegir un compañero al que el programa diría que estaba expulsado por la audiencia. Abandono y expulsión en la gala de presentación parece un comienzo demasiado fuerte para ser cierto, pero si encima la concursante encargada es tan torpe la cosa no puede terminar bien. El elegido por Sofía fue Luis (“mi maridito”, dijo), sin pensar que sus compañeros sospecharían de que los dos fugaces concursantes fueran grandes amigos. ¡Qué casualidad! La primera elección de Sofía fue Emmy, así que igual hubiera podido ser peor. Se les presentó como una decisión de la audiencia, no de Sofía, lo cual tampoco parecía muy normal dado que los tres últimos en entrar llevaban apenas cinco minutos en la casa. Pues si que era esa audiencia rápida expulsando. Miguel adivinó esta madrugada que Sofía y Luis estarían en una sala espiando a sus compañeros. Le faltó decir que deben boicotear la primera prueba de la casa de los secretos.
Las misiones secretas no salieron como se esperaba en esta primera gala de comienzo vertiginoso. El plano desde un dron con el enorme pantallón del cubo en el jardín dando la bienvenida a la casa me dejó muy impresionado. Luego el ritmo bajó un poco, aunque ni con el ritmo más frenético hubiera sido posible mostrar los vídeos de presentación que se quedaron fuera. Tampoco imagino una gala de reality terminando sin prisas, lo cual no recuerdo cuando fue la última vez que sucedió. Pero compensó ver esa casa de nuevo con vida y muy bien decorada. Así como ese plató más brillante que nunca, y no me refiero a los reflejos del suelo. Luce fenomenal y el milagro de la tele hace que parezca un espacio enorme.
Alba Carrillo fue a la casa para despedirse de su madre y asegurarse de que llevaba puesta las bragas cortadas con láser. Alba en un reality pierde mucho si no se cae a una piscina, y creo que en esta solo tienen jacuzzi, aunque yo aún no lo he visto. La reunión familiar de madre e hija fue interrumpida por Miguel Frigenti, enemigo declarado de las dos. No sé si también fue la magia de la tele u otra magia la que obró el milagro de que se prodigaran en abrazos entre los tres, aunque los de Alba fueron entre plásticos para no violar la cuarentena que han pasado todos los concursantes como protocolo anticovid. Frigenti y el “bicho infernal” (así llama a Lucía el experto en realities) hicieron las paces nada más verse, lo cual no es garantía de que sean capaces de mantener el buen rollo. En la madrugada ya andaba Miguel indagando sobre la metedura de pata de Lucía a cuenta del calzoncillo perdido por José Antonio Canales y recuperado por Cynthia. Esta dice que no le molestan las bromas con el calzoncillo, pero no le sentó bien que Lucía bromease sobre ello. A ver si nos ponemos de acuerdo con nosotros mismos.
A todo esto, no solo conocimos al resto de los concursantes, sino también en titulares todos sus secretos. Sería demasiado obvio que fuera Cynthia la de “robo la ropa interior de mis amantes”. Y ya aviso de que el secreto de Cristina no es su propia identidad. A la periodista deportiva “de otro canal” (porque decir laSexta debe tenerlo prohibido) le ha salido un grano italiano llamado Luca, que no se separó de ella en las primeras horas de encierro. De los secretos me inquita este: “En la infancia me llamaban bola de sebo con patatas”. Cada vez que lo leo pienso que es una errata y en lugar de “patatas” debía poner “patas”. Tampoco entiendo este: “Soy hermano/a de mi padre”. Y dudo si el de Arrocet es que heredará un marquesado o que hizo un milagro. El de escapar de “villa Campos”, podría ser.
No faltó la prueba con aceite en el suelo y concursantes disfrazados de egipcios. El primer egipcio que vimos fue Arrocet, que iba de faraón. Supongo que bromeaba cuando le contaba a Cynthia que había salido de casa disfrazado. El humor de Bigote debe ser de otra generación porque tampoco le vi la gracia a eso de que era el faraón “Tutan Tranquilo” (piticlín, piticlín), que repitió tres o cuatro veces. Lo de ver gente caerse por una escalera resbalando en el aceite puede parecer pueril, pero a mí me hace reír. La más espectacular fue Sofía, volando literalmente por encima del último tramo. Mañana tendrá más moratones en su trasero que fiestas ha amenizado Chimo Bayo en su vida. El rey del “hu-ha” está un poco desubicado en la casa, casi como elefante en una cacharrería, pero seguro que se entona pronto.
Por no dejarme a ningún concursante sin mencionar diré que Sofía y Fiama amenazan con vivir una aventura inédita para esta última. O sea, que igual tienen un rollito en la casa. Muchos deseaban anoche que Sofía eligiese a Fiama para el encierro dentro del encierro que van a vivir al menos hasta el domingo, pero se decantó por un Luis Rollán que a los diez minutos de estar en la “white room” ya estaba sufriendo por su claustrofobia. Encerrarse en una casa teniendo claustrofobia es todo un acierto. Me quedan Julen y Sandra, que estuvieron tonteando casi toda la madrugada. “No me felicitaste por mi cumple”, le reprochó ella a él, que respondió: “¿Cuándo es tu cumple?”. Han tenido sexo, pero no se conocen apenas. No lo critico, en realidad debe ser bastante cómodo ir así por la vida. Nadie les ha debido de decir que los primeros días conviene tener un perfil bajo. Y sobre Isabel Rábago no sé qué decir, pero seguro que será por poco tiempo.
Al ser edición de famosos muchos se conocen, aunque no todos. Los Gemeliers no sé dónde han estado este tiempo porque no conocen a nadie. Cristina Porta tampoco. Y Chimo dice que conoce a Bigote de toda la vida, pero se refiere a haberlo visto por la tele, y eso no vale. Otros tienen larga relación. Arrocet y Canales coincidieron en la selva de Antena 3 hace 17 años (no es que ese canal sea una selva, sino que hicieron un reality en selva en lugar de en isla). Salvo casos particulares, las amistades entre famosos no suelen ser merecedoras de llamarse así. Son más bien conocidos que han coincidido circunstancialmente. Pero conocerse de verdad, todavía menos que Sandra y Julen.
No está la mecánica de Secret Story completamente contada sin hablar de otra estancia secreta, aparte de la habitación blanca. Se trata de una sala en la que los concursantes que se lo hayan ganado podrán ir descubriendo pistas sobre el secreto de algún concursante. Además, el concurso tiene un premio para el ganador elegido por la audiencia y otro de 50.000 euros para el que haya elegido o elija la bola que lo contiene. Las primeras bolas fueron elegidas anoche y el resto de concursantes lo hará el domingo. Bigote se habrá de quedar la bola sobrante. Es el precio a pagar por ser faraón, elegido para ello por el artículo catorce. O algo por el estilo.
Solo una cosa más. Una notaria del colegio de Madrid custodia el sobre en el que figura la delicada información sobre cuál de las bolas contiene el premio mencionado. Ahora me quedo haciendo la lista de concursantes a los que cambiaría por la señora notaria. Amigos, ¡ha nacido una estrella!