De nuevo Marta y Olga en el ojo del huracán, y no por capricho de sus compañeros, sino por sus actos. Los supervivientes recibieron unos insectos comestibles premiando sus aciertos en el juego de líder de la semana pasada. Recordará el lector que se trataba de adivinar la respuesta mayoritaria del grupo a respuestas sobre la personalidad de los propios concursantes. A más respuestas acertadas más bolsitas de ese snack de moda en algunos ambientes, que da bastante repelús a otra gente. Pero con el hambre que están pasando hasta eso les vale.
Es sabido que las recompensas individuales no se pueden compartir. Pues bien, Marta compartió algunos de sus apetitosos insectos con Olga y el pirata Morgan castigó a las dos sin recompensas que incluyeran comida caliente durante una semana. En un principio el castigo era para ellas dos solamente, pero esto cambiaría en unas horas. La reacción de las sancionadas no fue otra que chivarse de que no fueron solo ellas quienes compartieron. Según Marta y Olga, también Palito compartió, y ella misma con otros compañeros. La conclusión final de Marta era que todos habían faltado a la norma de no compartir recompensas individuales. Solo Alejandro rechazó la generalización sin excepciones de Marta. Una generalización por la cual el pirata Morgan extendería la sanción.
La delación de Marta y Olga, innecesaria a todas luces, perjudicó a todo el grupo porque la sanción dejó de ser para ellas dos solamente y se hizo extensiva a todo el grupo. Ninguno podría disfrutar durante toda una semana de ninguna recompensa que tuviera comida caliente. Y, obviamente, la prueba de recompensa de la gala de anoche era una hamburguesa tres equis ele (XXXL) para todo el grupo. Una recompensa grupal que quedaría anulada por una sanción grupal. Luchaban supervivientes contra encallados y ganaron los primeros, pero sustituyeron el premio por un siempre práctico kit de pesca.
Hubiera podido prever una actitud de cierta moderación en la gala por parte de Olga y Marta tras saberse que habían perjudicado de manera tan grave a sus compañeros. Habrían evitado la generalización de la sanción si llegan a permanecer en silencio cuando se la comunicaron. Pero en lugar de la mesura que reclamo vimos anoche a Marta señalando a casi todos sus compañeros, calificándoles de vagos y poco interesados por superar la prueba de supervivencia que supone este programa. Marta debió pensar que la mejor defensa es un buen ataque y metiéndose con la mayoría de sus compañeros evitaría que se hablase más de lo suyo.
Por supuesto, el principal objetivo de Marta fue anoche, una vez más, Melyssa. Pero no se quedó ahí y puso a funcionar el ventilador delante del montón de mierda para verla esparcirse entre todo el grupo. Según Marta, también pasan demasiado tiempo al sol Omar, Palito o Tom. No vale de nada que luego disculpase a casi todos por estar pasando un mal momento. Era el caso de Omar (dos días de bajón), Palito (más de lo mismo) o incluso Tom (según él pasó un par de horas enfermo, según Marta debieron ser dos de días). Y así pasó la gala Marta, delatando a sus compañeros de nuevo.
Marta debe tener complejo de capataz. Pero de esos capataces que apuntan el número de cigarrillos que se echa cada currito. Esos que critican a todos los demás porque trabajan poco mientras llevan las manos en los bolsillos tocándose lo que enseña Canales (ver más adelante). Y, por supuesto, si alguien se molesta dirán que lo hace por el bien de todos, lamentándose porque ninguno de sus compañeros crea sus buenas intenciones. Marta es buena para esto porque te forma un lío a la mínima, pero lo que vienen a ser buenas intenciones no ha tenido nunca desde que se dedica a los realities.
Arremete contra casi todos porque es consciente de su escasa capacidad para la supervivencia, va de un fracaso a otro en las pruebas y tiene la sensación de estar demasiado en la sombra. El protagonismo le está negado a Marta debido a las dos primeras cosas mencionadas en este mismo párrafo. Esta es una estrategia que a corto plazo puede funcionarle, pero tal vez haya arriesgado demasiado. De momento se ha ganado una nominación y ya decidirá el público si la castiga con el destierro. Su salvación puede ser que se vota en positivo y Omar parece que no estuviera en la isla, además de ser mucho menos popular que Marta. Porque si votásemos en negativo sería la cosa diferente.
Dije ayer que me temía la expulsión de Antonio porque en cualquier caso se enfrentaría a dos concursantes más jóvenes y conocidos por el perfil de la audiencia votante. También afirmé que no veía todavía fuera a Tom. Se cumplieron ambos augurios. Primero se salvó Tom y a isla Destierro viajó Palito. Ya no podremos ver el momento que hace aguas la aparentemente inquebrantable relación entre Lola y Antonio. Hasta el último momento se han expresado cariño y admiración mutua, lo cual les ha mantenido allí con fuerza y determinación, sorprendente situación si tenemos en cuenta las horribles condiciones de vida en esa playa.
Lola y Antonio supieron disfrutar de lo poco bueno que les ofrecía su ubicación. La visita a los pelicanos en la parte alta de unos riscos demuestra que quien lo desea puede sacar buen provecho de esta experiencia. Confieso que me emocioné doblemente anoche, primero al ver que era desterrada Palito, una concursante por descubrir y una persona que no muestra ni un solo defecto. A pesar del bajón de esta semana, es fuerte, amable y transmite muy buenas vibraciones. Y de nuevo triste al ver la despedida de Antonio desde el barco. Es todo un personaje, de esos concursantes que no imitan a nadie y derrochan personalidad. Todo lo malo que se pueda decir de Canales como concursante (que es bastante) no logra hacer tambalear ni un poco la pila con todo lo bueno.
Si el miércoles hablamos del viacrucis vivido por Alejandro (no salvado, destinado al barco encallado, donde le recibieron fríamente, y menospreciado por Marta, lo cual tampoco es novedad), hoy podemos hablar de su gran noche. A saber: se libró de seguir en el barco encallado, salvado de la nominación y, por si no tuviera suficiente con lo anterior, ganador de la prueba de líder. Seguro que se encuentra especialmente orgulloso de haber ganado a Tom y a Gianmarco en una prueba especialmente dura.
Antes, en la prueba de recompensa, Agustín perdía con Omar y Sylvia con Palito. No siempre ganan los aparentemente más fuertes. En el duelo entre Carlos y Gianmarco hubiera apostado que se lo llevaría de calle el cocinero, pero terminaron en tablas tras más de quince minutos en una lucha de auténticos titanes. Solo le quedó a Alejandro ganar esto contra Tom. Hubiera sido perfecta la noche, aunque se hubiera quedado igualmente sin recompensa.
Esto fue lo que nominó cada concursante:
Melyssa > Marta
Marta > Melyssa
Omar > Valeria
Tom > Omar
Olga > Melyssa
Valeria > Omar
Gianmarco > Marta
Nominados por el grupo: Marta, Melyssa y Omar. Alejandro, como nuevo líder del grupo, nominó a Tom.
Marta y Olga contra Melyssa de nuevo. A Omar lo nominaron Tom y Valeria, mientras que Melyssa y Gianmarco metían en la terna a Marta. Fue listo Gianmarco porque podía suponer a quien había dado su voto Melyssa. En caso de que alguien le hubiera dado un voto al italiano era importante para librarse de la nominación que otros sumasen por lo menos dos votos.
Melyssa no eligió a Alejandro el martes por no ser amigos y la apreciable frialdad en la relación entre ambos. Es la explicación dada por ella, pero no parece cierta. Elige a Alejandro porque ha visto las votaciones de sus compañeros y sabía que peligraba Tom si no ponía el nombre de Alejandro en la pizarrita. Fue una decisión preventiva y estratégica cuyo objetivo era proteger a la persona que va dudando de ella en conversación con sus principales enemigas (las mismas que le dieron sus votos en las nominaciones de anoche).
Si Alexia no hace nada protestan y dicen que ya está bien, aparte de negarse a seguir haciendo fuego siempre los mismos. Carlos ha dejado de intentarlo para que lo hagan los demás. Es una decisión lícita y bastante lógica, aunque estoy casi seguro de que no le hemos llegado a ver haciendo fuego nunca (la primera fue Palito). Cuando Alexia propone intentar hacer fuego con un método distinto se encuentra con la oposición de Agustín. Este prefiere esperar a que vuelva al barco Carlos. Dice el presentador que se pueden cargar el arco construido según las indicaciones de Alejandro. Pobre Alexia, si no hace nada porque no hace nada, y si intenta hacerlo no la dejan.
Dice Sylvia: “A veces me evado. Soy un poquito Lubina”. ¡Lubina! Que podría haber dicho Chanquete o Camarón, que son más famosos. Pero no, ella es Lubina.
Y les dejó con el momento Canales enseñando la parte del envés y lo que cuelga. Por si lo quieren ver, Jorge Javier también terminó la gala haciendo un Canales. Vídeo disponible en esta web. Por si alguien lo ha pensado: no, la audiencia del programa no va en absoluto de culo. Por suerte.