¿Por qué lo llaman teatro cuando quieren decir arte?
Puestos en la tesitura de votar por el concursante más teatrero o teatrera de la casa la mayoría de los concursantes se decantaron por Nissy, aunque hubo algunas excepciones. Como suele pasar en estos casos, hubo diferencias de interpretación sobre lo que significa ser teatrero. Los elegidos se preocuparon de aclarar que ser teatrero no implica ser falso. Álvaro, por ejemplo, eligió a Carlos y la conclusión es que lo considera un bienqueda, algo distinto a lo que se pedía. Según iban argumentando la elección parecía cada vez menos malo eso de ser teatrero, incluso diría que Nissy estaba encantada de convertirse en protagonista de la votación.
A Nissy la eligieron como teatrera amigos y enemigos. Es más, fue Rafa quien rompió el hielo y le puso la primera cruz. Hubiera sido muy falso si no lo hace porque desde siempre ha dicho que actúa para las cámaras. Ella insiste en que es igual fuera, pero no tengo duda de que ha construido su personaje en el concurso con una prioridad: no escatimar intensidad, especialmente a la hora de expresar su postura ante un conflicto. Sabe que eso también vende y no está dispuesta a dejar de aprovechar su temperamento impulsivo como una de sus principales bazas en el concurso. Que sea teatrera no significa que esté actuando o comportándose con impulsividad forzada, pero está claro que no se controla y muestra un histrionismo complaciente.
También creo que la mayoría confundieron el teatro con el arte y eligieron a Nissy movidos por la envidia, como en el cuento de la serpiente y la luciérnaga. Cuentan que una serpiente empezó a perseguir desesperadamente a una luciérnaga. Ésta huía rápido y con miedo, pero la serpiente no pensaba cejar en su intento. Un par de noches más tarde seguía la luciérnaga sin poder zafarse de la feroz depredadora que seguía persiguiéndola. Y al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga se detuvo para preguntar a la serpiente: “¿Puedo hacerte tres preguntas?”. “No acostumbro a hacer este tipo de concesiones, pero puedes preguntarme porque te voy a terminar devorando”, contestó. “¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?”, fue la primera de las preguntas, y la respuesta fue un rotundo “no”. “¿Te hice algún mal?”, siguió preguntando, a lo que recibió otro “no” igual de rotundo como respuesta. La luciérnaga fue a por su tercera y última pregunta: “Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?”. A lo que la serpiente respondió con sinceridad lo siguiente: “¡Porque no soporto verte brillar!”.
Dice el refrán que se tiran piedras solo a los árboles que tienen frutos. A nuestra luciérnaga Nissy le pasa que no soportan verla brillar. Cuando Carmen dice que ella y su hermana son chusma habla cegada por el brillo de una concursante capaz de anular cualquier atención hacia los demás, concentrando más interés en ella que en casi todo el grupo mayoritario junto. Varias Virginias, Martas y Colcheros juntos no superan el brillo que irradia Nissy. ¿Qué es insoportable muchas veces? Cierto, además de desconcertante. Con este reality me está pasando algo inédito y es que siento con frecuencia un mareo importante ante el cambio constante de panorama. No es que cambie de hoy a mañana, más bien lo hace varias veces en el mismo día. Y las mellizas tienen buena parte de culpa.
Ayer amaneció Nissy ofendida con su hermana porque había llevado al cubo un pan entero mientras le racionaba el pan a su propia hermana. La bronca que había en la casa mientras este gato escribía el texto de ayer hubiera conllevado en cualquier otro caso una enemistad filial que duraría necesariamente varios días. Sin embargo, Nissy y Laila se estaban besando a media tarde, para volver a discutir amargamente antes de la medianoche. ¿No es una locura? Me hago cargo de las quejas de sus compañeros de encierro, y al tiempo no me cabe duda de la envidia que despierta esta luciérnaga murciana y marroquí, mezcla explosiva en su caso.
A Nissy se le ve venir y una vez asumido su carácter tan cambiante como explosivo transmite confianza, además de ser alegre y creativa. Desde luego, una auténtica joya al lado de compañeros suyos como Virginia, a la que el pelo rosa no le vale para dejar de parecer una concursante gris y sin sustancia. Y como Virginia hay algunos otros más. Anoche casi todos señalaron a Nissy como teatrera. Y, aunque lo fuera, la mayoría optaba por la postura fácil, sin salirse de la senda marcada. Carlos prefirió la reciprocidad y se decantó por Álvaro, que antes lo había elegido a él. Convertir la propia elección en una venganza dice poco bueno de la persona. Por otra parte, Laila elegía a Carmen.
Se salió del guion mayoritariamente impuesto Cora, que elegía a Alatzne y en su argumento dibujaba con precisión el perfil de esta concursante. “Creo que eres más jugadora de lo que parece”, decía Cora dando en la clave del personaje. Cada día tengo más claro que Alatzne no es lo que parece, lo cual le otorga un especial interés como concursante al tiempo que le quita valor. El reto de descubrir a la auténtica Alatzne es la base de ese interés al que me refiero. En cuanto a su valor devaluado viene dado por el hecho de que en su caso ser teatrera sí implica un grado de falsedad dado que lo estaría usando para ocultar parte de su auténtica personalidad. Alatzne actúa poniéndose un disfraz bajo el que escamotear su realidad. “Siento que en algunos comportamientos no te muestras como tú eres”, seguía diciendo una Cora no solo acertada en sus observaciones, también en atreverse a salirse del rebaño.
Mientras Cora señalaba a Alatzne como teatrera varios de sus compañeros asentían y creo adivinar que se arrepentían de no haber hecho ellos lo mismo. Marta y Colchero, por ejemplo, reconocieron después que esa era su segunda opción. ¿Por qué no la primera? Pues porque la mayoría eligió a Nissy, y es mucho más cómodo escudar la propia opinión en la de la mayoría. A Nissy la eligieron no solo por su cegador brillo, también por la cobardía de no significarse destacando entre la masa. De otro lado, atentos a las señales porque Cora no solo destaca en esto. Por lo pronto, duerme en la habitación rosa, la de Rafa, Álvaro y las mellizas. Es así por su buena relación con Laila, pero tiempo al tiempo.
Alatzne despertó ayer de mal humor porque no la dejaron dormir en condiciones sus compañeros de habitación. Se levantó, tocó la campana de la prueba (que ya les han retirado), se desahogó gritando un poco y volvió a ponerse el disfraz de pobre chica que se siente desubicada y eso la convierte en un blanco fácil. Le contaba luego a Carlos su temor a salir nominada por eso. También lamenta que vayan a por su secreto. Por el momento es la única concursante de la que han pedido ya las dos pistas. Le molesta hasta que se diga que la de mañana es la expulsión más importante porque ahora comienza el juego, dado que ella lleva semanas seguidas nominada (las tres primeras, en realidad) y eso parece no importar a nadie. “Parezco transparente”, decía a modo de queja. Pues un poco sí.
Alatzne se siente sola, sin haber encontrado acomodo en ningún grupo, y además de nominarla no le dejan dormir y le roban la comida. El panorama justifica practicar un poco el noble arte del victimismo, recurso del concursante mediocre. Como si ella no robase también comida. Entendiendo robar como hacer un uso privativo de un bien común, lo cual no es, en puridad, un robo. La madrugada de ayer, sin ir más lejos, cambiaba de sitio cuatro huevos, que viajaban desde el almacén (lugar accesible para toda la comunidad) hasta el maletero de su armario (uno de los pocos sitios privados en la casa). Ya sé que ella lo justificaría como respuesta a otras cosas que le han desaparecido previamente. Igual que les han dicho en el cubo que no pueden hacer colas (para ir a la playa, por ejemplo) bien harían en volver a aclararles que no se puede dividir la comida. Y mucho menos esconderla en otro lugar que no sea el almacén o la cocina. Aunque viendo el poco caso que hacen con lo de las colas no vale apenas para nada.
Sobre lo del secreto, Alatzne tiene la sensación de que están yendo a saco para adivinarlo. Tras un primer careo con las mellizas, y conociendo ya las dos pistas, parece inminente que vaya alguien a pulsar para hacer otra apuesta, si no lo han hecho ya. Aunque ella se haya encargado de negar a todos que su secreto sea el de las croquetas de cemento, muchos están totalmente convencidos de que sí lo es. Rafa y Álvaro lo hablaban ayer por la mañana, y ambos coincidían en el siguiente paso que debería dar Alatzne. No es otro que perder su esfera como sea, para así proteger su secreto. Debería ser la más interesada en accionar el pulsador, aunque fuera apostando al azar por un secreto cualquiera. Y luego confirmar la apuesta, claro está, con el fin de perderla y ceder su esfera. Sin esfera nadie apostará por su secreto, lo cual garantiza que nadie lo vaya a acertar por el momento.
Anoche se activó el pulsador de nuevo y aunque ignoró quién pudo pulsarlo me temo que no haya sido la de Urretxu. Tampoco lo del teléfono le está saliendo bien. Ayer recibían la llamada de Sonsoles Ónega desde Ya es mediodía y le pusieron tanto empeño que la cosa pudo terminar en desastre. Llegaron casi al tiempo Brenda, Carlos y Alatzne. En realidad, cuando Brenda ya tenía su mano en la puerta de la cabina Alatzne iba la tercera, por detrás de Carlos. A partir de ese momento se produjo una escena de gran tensión, donde se podían haber hecho mucho daño.
Alatzne avanzó en un esprint que le permitió coger el teléfono la primera. En ese momento Carlos frenaba su embestida contra la puerta, lo cual casi aprisiona a sus dos compañeras. Y entre ellas dos hubo de todo: empujones, codazos y yo qué sé. Confieso que he visto dos tomas distintas del momento al menos unas veinte veces cada una y termino sin tener claro cuál fue el comportamiento más censurable. Fueron a saco y sin medida, lo cual tiene sus peligros. Bien es verdad que me llama especialmente la atención la frase de Alatzne y su actitud corporal posterior. “No me pegues”, dijo dirigiéndose a Brenda. Esta se había zafado de ella mientras le arrebataba el teléfono. No fue acertado que dejase caer la idea de una agresión. Donde dijo “no me pegues” bien podría haber dicho “no me empujes” y habría resultado menos impactante. Después de esto salió de la cabina con las manos en alto y dando pasos hacia atrás, como si la estuvieran apuntando con una pistola.
De todas formas, no creo que nada de lo que allí pasó merezca más que un comentario. Cuando no se establecen reglas en un juego significa que está todo permitido. Nadie ha dicho que no puedan empujarse para llegar antes al teléfono. Por otra parte, todo transcurrió a tanta velocidad que no parece razonable pedir corrección a ninguno de los implicados. Ni siquiera la fea frase de “no me pegues” se debe tener en cuenta porque Alatzne no tuvo tiempo para pensar si lo podía decir mejor. Me parece bien que no haya reglas, pero sí pediría una aclaración sobre si vale la persona que coge primero el teléfono o es posible arrebatárselo después. Otra opción sería que bastase con tocar la puerta el primero. Lo digo más que nada para evitar que la cosa termine en una batalla campal, como pasó ayer.
Moleskine del gato
Los porcentajes oficiales ciegos estaban así anoche: 49,6 %, 33,8 % y 16,6 %. Creo recordar que ya hice la observación sobre el escaso movimiento de los votos cuando son gratuitos. Desde ayer apenas varían los tres datos uno o dos puntos arriba o abajo. Parece que el expulsado está decidido, falta saber quién es.
Brenda acertó que Urdangarin y Cristina se han separado y eligió a Virginia para cenar hamburguesa. El tema de conversación durante la cena fue casi monográfico: Nissy.
Virginia pidió ayer explicaciones a Rafa porque una voz del exterior dijo “Virginia falsa”, “Carmen expulsión” y “Rafa ganador”. Creo que no entendió que eran tres mensajes independientes, aunque los lanzase la misma persona. Tampoco se le ocurrió que los de dentro de la casa no controlan con un mando a distancia los mensajes que llegan del exterior.
Colchero dice que la persona que grita desde fuera de la casa es siempre la misma. Es más, que lleva yendo a gritar ¡desde hace dieciocho años! Ni uno más, ni uno menos. ¿Se puede tener más imaginación?
El lacrimógeno escenario montado anoche en torno al harén de Adrián se traduce en que una parte de la audiencia desease anoche más que nunca su expulsión o la de Brenda. Y eso tiene su conversión en votos. Dramas innecesarios no, gracias.