Laura intenta modificar sus alianzas tras la visita de Miriam
Miriam visitó la casa anoche y lo hizo, como acostumbra, cargada de munición y con el machete entre los dientes. Si llega a estar un rato más igual incendia la casa entera. Desconcertada, temblorosa y al borde del colapso dejó a Laura, a la que dijo que se apartase del grupo con el que se estaba relacionando últimamente, profiriendo descalificaciones importantes sobre ellos, en especial de Mina. La recomendación de Miriam tenía apariencia de imposición. Según ella, Laura debe volver con Hugo y Rubén, ni siquiera mencionó a Yangyang. Otra opción que le dio fue hacer su concurso sola. Mejor sola que con tanta gente mala como hay en la casa.
Miriam es una kamikaze. Su carácter incendiario hace que amenace con provocar un auténtico tsunami a su paso. Como al coronel Kilgore en ‘Apocalypse Now’, a Miriam le gusta el olor a napalm por la mañana. Ella reparte napalm a diestro y siniestro, ya sea a distancia, despidiéndose de la casa, o dentro de ella, en fugaz visita. Anoche estuvo en el ‘confe’ y en la sala de los encuentros. Primero vio a Hugo y todo fueron sonrisas y palabras bonitas. Sabe que le conviene si quiere aspirar a la repesca. Su último contacto fue con Rubén, del que esperaba una disculpa sin estar dispuesta a rectificar en nada de lo que dijo una semana antes desde el plató. Y entremedias vio a Laura, a la que dejó tocada y hundida, pensando en lo mucho que había errado su penúltimo volantazo.
La cadencia de los encuentros fue perfecta, también el orden en el que se produjeron. Hugo, Laura y Rubén no pudieron hablar entre ellos después de cada encuentro. En la casa ya sabían lo que estaba pasando porque un fallo técnico hizo que escucharan el comienzo de la primera comunicación de Jorge Javier con Miriam en la sala de los encuentros. Un simple “vuelves a casa, y todavía no es Navidad”, les bastó para estar razonablemente convencidos de que Miriam estaba a escasos metros del salón donde estaban todos. No se equivocaron, pero asistieron perplejos al movimiento de sus compañeros, que al volver callaban. Hugo no dijo una palabra al volver. Rubén ya no estaba, y al rato también era llamada Laura. Estos dos también callaron a su vuelta. El encuentro con Laura sería el gran momento de la noche.
Si Laura tuviera un mínimo de personalidad habría planteado su concurso sin ese sometimiento tan equivocado a la supuesta opinión de otros y lo que la audiencia pueda preferir. Como una veleta a merced de por donde sople el viento, Laura ha ido acercándose a unos u otros. Lo ha hecho sin disimulo, y obviando que si algo no tolera la audiencia de este programa es el cambio interesado de alianzas. Que se lo digan a Candelas, concursante de Gran Hermano 17 a la que perdimos por mucho menos de lo que ha hecho hasta ahora Laura. Anoche volvía a dar un giro, diría que más bien dio un salto mortal con voltereta, tirabuzón y triple pirueta al aire hacia atrás. Para haberse matado. Primero fue a Hugo y Rubén, justo antes de comenzar a nominar, para emplazarles a una conversación posterior. Parece que también les pidió que confiaran en ella y no la nominaran.
La audiencia quiso que los señores nominasen en secreto en el ‘confe’, mientras que el servicio lo hizo a la cara de nuevo. Pensé que sería mejor al revés, pero al final me alegré de esta decisión. Esto sirvió para confirmar el poco arrojo de algunos y su escasa personalidad al dejarse llevar por la mayoría, como reses en manada. Y especialmente porque así veríamos si Laura hacía caso de forma inmediata a las indicaciones de Miriam o no se atrevía a hacerlo delante de todos. No lo hizo y volvió a nominar a Maico, Rubén y Hugo. No tengo palabras para describir lo incoherente que puede llegar a ser Laura pidiendo a Hugo y Rubén que no la nominen y acto seguido metiéndoles sus puntos. Además de incoherente es tener un rostro pálido que asusta. Y una enorme desfachatez.
Rubén se dio cuenta de que Laura intentaba jugar con su mente en una larguísima conversación que comenzó nada más terminar la gala. Por suerte, no se dejó, y tampoco cayó en la trampa de contarle gran detalle de su encuentro con Miriam. “Si me lo pide el cuerpo ya te contaré”, le dijo. Dejó a Laura sin la información que buscaba respecto a esto, aunque pudo enterarse de que la nominó. Debió suponer que alguien más lo hizo en el ‘confe’ porque acabó saliendo a la palestra. Seguro que no se lo esperaba. Tanto esfuerzo, tanto vaivén entre unos y otros para evitar salir nominada y luego esto. Rubén le decía anoche que necesita verse en el banquillo de los nominados, todo lo contrario que ella. Mal concursante es quien prefiere ir salvando nominaciones y llegar al final sin someterse a la decisión de la audiencia votante.
Laura no es que sea mala concursante, sencillamente es pésima. Veleta, infiel e interesada, ha dejado su concurso en manos de Miriam dos jueves seguidos. Otros le marcan el paso y dominan su voluntad. Más que veleta es uno de esos muñecos que no pueden ni tenerse en pie, lo que viene a ser un pelele a punto de ser manteado por la turbamulta. Pero como nominaba a la cara no podía dejar que la mayoría desconfiasen de ella. Por eso nominó como ellos, dejándose llevar por la estrategia de un grupo del que Miriam le acaba de conminar a apartarse. Una estrategia horrorosa, por otra parte, que no lograba subir a Hugo, Rubén y Maico al temer que hubiera salvación, según ha sucedido en las semanas anteriores. Se equivocaron de nuevo, y la víctima de ese error fue precisamente Laura.
La última granada de mano que llevaba Miriam en el bolsillo fue para Rubén, aunque siendo justo debo decir que no fue excesivamente dura con él. Rubén ganó y perdió en su encuentro. Ganó al demostrar que no se deja dominar y no antepone su interés en el juego a sus principios. Todo lo contrario que Laura. Y perdió por mostrarse inflexible y no ser capaz de vencer su orgullo pidiendo perdón a Miriam. A los dos les cuesta hacer un ejercicio tan sano y liberador como solicitar el perdón del otro. Nadie está en posesión de toda la verdad, todos nos equivocamos muchas veces, y pedir árnica es lo menos que debemos hacer para purgar nuestros errores. Otra cosa hubiera sido ver a Rubén disculpándose anoche con Miriam si realmente le ha dolido lo que dijo, por mucho que fueran conversaciones medio en broma entre amigotes.
Poca voluntad de arreglar nada tenía Rubén aplazando sus excusas hasta salir y comprobar por sí mismo lo que dijo. Entiendo la reacción de Miriam y hasta celebro que no antepusiera el objetivo de darle a la audiencia un final feliz. Solo las malas películas tienen un final feliz. Prefiero las de Sydney Pollack y sus fracasados personajes. El tahúr de ‘Havana’, ese actor disfrazado de mujer en ‘Tootsie’, o la pareja de ‘Tal como éramos’ despidiéndose con tanta amargura como Rick e Ilsa en ‘Casablanca’. “Estás estupenda, te has vuelto a dejar el pelo rizado”, dice Robert Redford, y Barbra Streisand responde: “Así es como lo llevo cuando puedo ser yo misma”. Si por lo menos Rubén hubiera acertado a piropear a Miriam. Hasta en eso fue más listo Hugo.
El orgullo de Miriam hizo que no fuera capaz de mostrar ni un mínimo arrepentimiento de su despedida el jueves anterior. Eso fue definitivo para que Rubén se levantase y abandonase la sala de encuentros sin ni siquiera despedirse. Feo gesto por el que luego se disculpó y del que estaba arrepentido. Por lo menos una disculpa, pequeña isla de sensatez en un mar de orgullo que anoche ahogó las esperanzas de un acercamiento entre nuestros protagonistas. Si de fondo llega a sonar ‘The way we were’ hubiera sido ya perfecto. ¿Miriam dio mucha información del exterior? No me importa lo más mínimo. Sus encuentros de anoche valen oro. A veces a mí también me gusta el olor a napalm, mejor si viene de Guadalix y es noche de jueves.
La noche no podía salir mejor que con un ‘sorpasso’ tan deseado como poco esperado. Salió Javier y eso nos dejó el regalo impagable de ver a Maico volviendo a la casa cantando el cumpleaños feliz para Hugo. El seductor se ha metido en el bolsillo a Maico, casi con tanta facilidad como a buena parte de la audiencia. Hasta las madres de concursantes en plató parecían entregadas anoche. La de Laura elogiando sus palabras sobre la historia de vida de su hija, manera particularmente delicada de referirse a eso que tantos comentarios ha generado en la casa y con mucho menos tacto. Anoche mismo decía Gabaldón: “Lo único que dije es que le había quedado de puta madre al cirujano”. Sin comentarios.
Y la madre de Pilar mostraba su desacuerdo con que su hija nominase a Hugo, aunque fuese con un punto, porque es una persona educada y se porta bien con ella. Bien pensado, no me extraña que provoque sofocos de envidia en la casa, que se transforman en puntos de nominación. Ayer volvió a liderar el marcador, con 26 puntos. Mientras tanto quedaba en blanco el de Carlos, Gabaldón, Cristian, Daniel, Petra y Pilar. Curioso fenómeno que todos ellos hubieran de escuchar abucheos del plató y cuando le tocó a Hugo el silencio fuera sepulcral.
Poco se puede decir de Javier. Aparte del episodio en el que terminó pareciendo culpable por pedir que no le tocasen más las narices con el color de su piel, poco más nos ha dado en este primer mes de concurso. Se entiende que en pro de la buena convivencia no tuviese en cuenta la reacción de muchos después de sus quejas a Carlos y Mina. Menos comprensible me resulta que anoche se despidiese de casi todos y se dejase a compañeros como Hugo o Rubén, que no participaron en el hostigamiento al que fue sometido entonces. Me pareció tan poco educado como desagradecido.
Observatorio de nominaciones
Las nominaciones se desarrollaron así:
Petra > Hugo (3), Rubén (2) y Maico (1)
Dani > Maico (3), Rubén (2) y Hugo (1)
Juan > Rubén (3), Laura (2) y Maico (1)
Cristian > Hugo (3), Maico (2) y Rubén (1)
Laura > Maico (3), Rubén (2) y Hugo (1)
Carlos > Hugo (3), Rubén (2) y Miguel (1)
Mina > Hugo (3), Maico (2) y Rubén (1)
Hugo > Laura (3), Mina (2) y Carlota (1)
Pilar > Laura (3), Rubén (2) y Hugo (1)
Miguel > Hugo (3), Yangyang (2) y Laura (1)
Gabaldón > Hugo (3), Maico (2) y Laura (1)
José María > Maico (3), Hugo (2) y Yangyang (1)
Carlota > Maico (3), Hugo (2) y Yangyang (1)
Maico > Carlota (3), Laura (2) y Yangyang (1)
Rubén > Laura (3), Juan (2) y Mina (1)
Yangyang > Maico (3), Miguel (2) y José María (1)
Nominados: Hugo, Maico y Laura.
El grupo mayoritario había hablado de arrasar en estas nominaciones imponiendo su supremacía. Querían subir a Hugo, Rubén y Maico, una vez que este último había vuelto de la sala de expulsiones para sorpresa de casi todos. Si hubieran nominado con el secreto de la sala de confesiones hubiera sido distinto. No solo Laura hubiera quedado menos de falsa, pidiendo a Hugo y Rubén que no la nominasen y dándoles dos y un punto, respectivamente. También otros concursantes habrían repartido sus puntos de otra manera. No dudo de que Juan hubiera dado puntos a Carlos o Petra a Mina. Prometer para no cumplir sería el mejor resumen en ambos casos. Miguel confesaba esta madrugada que quería nominar a Carlos y Mina, pero en el corral Cristian y José María le habían aconsejado que no lo hiciera para no ponerse al grupo en contra. Nominar con miedo debe ser frustrante y poco sano.
La estrategia de subir a la palestra a Hugo, Maico y Rubén era pésima teniendo en cuenta que hasta ahora uno de los nominados iniciales era salvado. Se tuvieron que dar cuenta de ello por una observación de Rubén. Aunque ya era tarde, intentaron rectificar la estrategia y a partir de entonces empezó a sonar el nombre de Yangyang. Miguel, José María y Carlota lo intentaron. El objetivo era que no subiera ninguno de ellos cuando fuera salvado uno de los nominados. Pero resulta que anoche ya no hubo salvación. Sin esa rectificación de última hora podían haber puesto en la palestra a Rubén en lugar de Laura. Lo evitaron los tres que nominaron a Yangyang y no a Rubén.
Moleskine del gato
La noche salió a pedir de boca. Esas caras de pasmo al ver regresar a Maico solo pueden ser superadas si el próximo jueves es expulsada Laura y se vuelve a salvar el italiano. No porque lo merezca más, sino por el mensaje que esto supondría para el grupo mayoritario. Si no reciben una señal como esa van a seguir machacando a puntos a todo el que se acerque a Hugo, poniendo a este, Rubén y Yangyang en la palestra. La única forma de cambiar esta dinámica es con la expulsión de Laura. Entonces seguramente empezarán a nominar de verdad, y comenzará una nueva etapa del concurso. Me relamo.