Juan se queja del "totalitarismo" de Carlos y luego lo niega
No parece buena idea la de declararle la guerra al cocinero de la forma que algunos están haciendo. En el peor de los casos pueden reforzar su posición y convertirle en un pequeño héroe. Menos malo, pero también inconveniente, que la audiencia simpatice con un concursante no demasiado simpático por sí mismo. El pulso a Carlos no ha salido bien hasta el momento, ni tiene visos de prosperar. Algunos que se han opuesto al chef quedaron ayer como falsos y cobardes al no ser capaces de mantener delante de él lo que habían estado diciendo a sus espaldas. Es el caso de Juan, y de forma indirecta su defensora incondicional Pilar. Tampoco ha quedado bien Laura, que intenta congraciarse con quienes hasta hace unos días eran enemigos mediante dimes y diretes.
La torpe maniobra de Laura hace fuertes en el concurso a Carlos, Hugo, Rubén y Gabaldón. Puede que también haya logrado perjudicar a Juan, pero se me antoja que es una renta demasiado pobre. Anoche estalló la polémica coincidiendo con el horario habitual del Debate (ahora con un comienzo más tardío). Carlos jugó muy bien hasta en eso, eligiendo el momento teóricamente perfecto. Impecable su planteamiento, medido y planificado con esmero. Es posible que lograse incluso frenar los votos que Juan y Pilar pensaban darle en las próximas nominaciones, de lo cual estuvieron presumiendo todo el fin de semana.
No sabría precisar quién es el ideólogo de la fatal idea consistente en dividir la compra en compras individuales para aquellos que lo deseen, dejando que quienes lo deseen sigan haciendo una compra común. Al menos he podido hacer la lista de quienes se han ido sumando a esta iniciativa separadora, poco práctica para la convivencia en el grupo. Maico, Gabaldón, Rubén, Hugo, Juan, Pilar, Carlota y José María expresaron su deseo de hacer compra individual. Estos dos últimos estaban dudosos la tarde del sábado, pero casi habían decidido hacerlo, especialmente por lo singular que es la alimentación de José María.
A favor de seguir haciendo una compra unitaria estaban Carlos, Petra, Cristian, Mina, Daniel, Laura y Miguel. Carlos habló el sábado de siete personas, por lo que no sumo a Javier, que es duda. También desconozco si se ha pronunciado sobre esto Yangyang, y de hacerlo es posible que no la hubiera entendido. El principal inconveniente de esta iniciativa de hacer compras separativas es que va en contra de las reglas del programa, por lo que en caso de decidir llevarlo a cabo el programa les advertiría del error (como confirmó anoche Jordi González) y quedaría el plan desmontado. Por desgracia no se va a dar esta situación aún porque anoche la audiencia no votó lo suficiente a favor de que superasen la prueba de baile. Era necesario más de un 70 % de los votos para darla por superada, y solo obtuvieron un insuficiente 58 %.
Me hubiera gustado que superasen la prueba para ver la evolución de esta trama y la reacción de los mentores de la compra individualizada, pero tendrá que ser más adelante, si acaso. En paralelo a esta iniciativa se han ido pronunciando algunos en contra de la labor de Carlos como cocinero. A sus oídos solo ha llegado una parte, especialmente comentarios que sin llegar a cuestionarle es entendible que hayan terminado por minar su moral. Después de escuchar dos docenas de veces cosas como “qué asco de comida” es normal que se haya dado por aludido. Los mimbres han sido muy escasos, a pesar de lo cual no les ha faltado nunca un plato de comida. El programa ha ayudado a ello facilitándoles algunos alimentos básicos como el famoso (y denostado) bacalao, o algunos vegetales. Ayer mismo tenían una calabaza entera y un par de patatas, suficiente para hacer una crema de calabaza.
A un Carlos cansado de escuchar ciertas cosas no muy agradables sobre la comida le fue ayer Laura a malmeter contándole que había escuchado decir que algunos estaban hartos de su autoritarismo en la cocina. La palabra “autoritarismo” parece un invento de Laura en su textualidad, porque el término correcto es “totalitarismo”, que viene a ser sinónimo o equivalente a la empleada por ella. No le dijo Laura a Carlos quién había dicho supuestamente tal cosa, y él tampoco se lo preguntó. Prefirió aguardar el momento preciso en la noche, justo antes del baile final y la resolución de la prueba. En horario de máxima audiencia y con un desarrollo posiblemente mejor que el imaginado por este concursante, encargado de la cocina desde el primer día.
Carlos había prometido que no cocinaría si perdían esta prueba. Creo que por ahí debía haber ido el pulso. Si temían que sacase provecho o ventaja de cocinar siempre él, podrían haber planteado una votación para decidir que esa labor rotase entre quienes quisieran hacerse cargo de la cocina. Con el mismo apoyo que iba a tener el plan de dividir la compra tenían asegurado el triunfo. En lugar de esto prefirieron el plan imposible, contrario a la normal convivencia y las reglas de la casa. Veremos si cumple su promesa Carlos y le vemos fuera de la cocina esta semana.
¿A quién se refería Laura cuando va a comerle la cabeza a Carlos con el chisme de las quejas por su “autoritarismo”? Fue Juan quien utilizó el término equivalente “totalitarismo”. El sábado por la tarde estaban en el jardín Petra, Laura, Juan, Carlota y Pilar. Juan dijo entonces: “Y yo estoy harto ya del totalitarismo aquí”. Estaban hablando de la cocina y los planes de separar la compra. Laura acababa de protestar por “tanto egoísmo y tanto yoísmo”. De ismos va el asunto. Justo después de decir esa frase Juan se levantaron Petra y Carlota, que o no escucharon bien lo dicho o evitaron implicarse anoche guardando silencio absoluto. Carlos cuenta al grupo cómo se siente al haber escuchado ciertos comentarios sobre la comida y lo que ha llegado a sus oídos sobre su supuesta posición de autoridad. No dice quién se lo ha contado, otro acierto claro en su planteamiento.
El único que abre la boca tras el parlamento de Carlos es Hugo para explicar que él se quejó de que no pudieran disponer cuando quisieran de la harina, lo cual aclaró con Carlos de forma amigable. Hugo pensó que quien fuera con el cuento a Carlos había malinterpretado sus palabras. Y todo porque nadie más salía a decir nada. Ni Juan, que fue quien habló de “totalitarismo”, ni Laura, la persona que podía deshacer este entuerto. Entonces Rubén y Gabaldón intervinieron de forma acertada acusando a Laura de estar metiendo mierda sin atreverse a sacar el nombre de quien dijo eso. La presión de estos dos hizo que finalmente Laura decidiese confesar: “Lo dijo Juan”. Juan lo niega una y otra vez, y acusa a Laura de ser una falsa por estar inventando. Pilar, recientemente aficionada a comer a escondidas de madrugada, sale en defensa de su amigo elevando el tono y hasta llega a golpear una silla. Juan, visiblemente afectado, se va a llorar al dormitorio.
Está claro que Laura no tiene muy claro el momento en su memoria. Cuando Pilar niega que Juan dijese eso asegura que ella no estaba delante. Además, se queda hablando con Mina y le asegura que se lo ha escuchado esa misma mañana en el jardín donde se encuentran. Pero repasando las imágenes fue la tarde del sábado y sí estaba Pilar delante. Igual que flaquea el recuerdo de Laura podría haber pasado que Juan no se acordase de lo dicho, pero él mismo se encarga de descubrirnos algo verdaderamente sorprendente. Hablando a media voz con Pilar le reconoce que sí dijo “totalitarismo”, pero fue junto a ella en el ‘confe’. Luego, es consciente de que en alguna ocasión lo ha dicho y, por tanto, lo piensa. Aunque no recuerda que lo repitió la tarde anterior delante de Laura.
Juan ha negado delante de Carlos haber dicho tal cosa queriendo dejar a Laura como mentirosa. No se ha atrevido a reconocer que lo piensa, por mucho que no recuerde haberlo dicho delante de esa compañera. El sábado por la noche él y Pilar presumían de que armarían jaleo el próximo jueves con sus nominaciones. Carlos y Mina estaban entre sus objetivos. No solo ellos dos han criticado a Carlos. Daniel ha insistido por activa y por pasiva en que Carlos ha querido asegurarse la cocina para tener una ventaja en el concurso. ¿Quién va a nominar y querer ver expulsado a quien le pone cada día un plato de comida? Como si la comida la trajera Carlos a la casa. Aunque cocinar no sirva para llevarse el maletín puede valer para aguantar más en la casa. Tiene razón, por tanto, Daniel en que la de Carlos es una posición de cierto privilegio.
Como dije al principio, de este episodio sale Laura perjudicada porque la mayoría de la casa desconfía de ella. Cuando menos ha quedado de lianta y ‘metemierdé’. Como villana es torpe, lo cual demostró ayer disparándose al pie con esto. Hasta logró que Pilar saludase después a Hugo en la cocina como a un colega querido. Carlos demostró que es un concursante de lujo, dominando la situación en todo momento y saliendo reforzado de esto. Insisto, dudo mucho que Juan y Pilar mantengan sus votos en contra de él. Hugo mostró coherencia y valentía al ser el único que salió a hablar respondiendo a un Carlos inquieto y preocupado. Y tanto Rubén como Gabaldón dejaron en evidencia lo injusto de que Laura no diese nombres y dejase que una sombra de duda se cerniese sobre todos. Gracias a ellos salió el nombre de Juan.
Pilar quedó anoche preocupada con todo esto. Podemos sumarle que Lola González la destacó como una de las tres personas que menos habían contribuido a que el baile saliese bien, junto a Maico y Miguel. “A mí me tiran de aquí, ya verás”, le decía Pilar a Juan. No ha sido el mejor fin de semana de estos dos concursantes. El sábado amaneció con Pilar acusando a Juan de estarse montando un papelón con el tema de la lectura de cartas. “Te lo estás inventando todo con unas cartas hechas con un cartón de leche”, le dijo. Tal vez suene demasiado duro viniendo de la principal amiga y defensora de Juan dentro de esa casa.
Mina es, junto a Carlos, la otra pieza débil de la habitación pequeña, y objeto nominatorio de Pilar y Juan. Entre Mina y Pilar echaron chispas el jueves durante la gala, cuando aquella advertía de que dejasen de salir a la frutería (el cuarto de fumar) con estas palabras: “No seáis mongolos y dejad de salir al jardín que nos han dicho muchas veces que no lo hagamos”. Pilar se dio por aludida y desde entonces tiene a Mina entre ceja y ceja. No beneficia a Mina que anoche fuera la única en apoyar a Laura tras destaparse que había ido a Carlos con chismes. No sé para cuál de las dos es más tóxica la relación entre Mina y Laura. Porque no olvidemos que Laura no era muy amiga de Mina antes de marcharse Miriam. Rubén pretende destapar nominando lo que Laura decía de Mina. Todos quieren remover el avispero con sus nominaciones. Esto es fantástico.
Moleskine del gato
Miriam aclaró anoche en el Debate lo que quiso decir cuando recomendó a Laura que volviese con las personas junto a quienes estaban al principio. En la casa pensaron que se trataría de Carlota y José María. Laura, por su parte, creyó que se refería a Petra y Mina, lo cual no termino de entender. Pero Miriam dice ahora que se refería a Yangyang. También asegura que si volviera a la casa se acercaría de nuevo a Rubén y Hugo, a pesar de su horrible despedida de ambos, especialmente de Rubén, que anoche no rectificó. Creo que solo pretende el favor de la mayoría para facilitar su regreso. No sé si será repescada, pero la veo bien pronto en la sala de los encuentros.
Todos saben que el 77,8 % de los votos de anoche en las nominaciones ciegas corresponde a Maico. Por lo que sea ha logrado concentrar un rechazo importante en la audiencia, quedando los otros dos porcentajes en valores tan bajos como el 12,1 % y 10,1 %. A pesar de lo dicho, Hugo y Rubén no han dejado solo a Maico, lo cual dice mucho positivo de estos dos concursantes una vez más. Maico lo explica diciendo que es ‘controsociale’. Quiere decir antisocial, supongo que por su perfil perroflautil. En realidad, algo de eso tiene, pero no creo que sea el motivo de su presumible expulsión. Rubén también es bastante ‘antisociale’, y Hugo más bien poco ‘sociale’. La diferencia es que estos dos son leales y no veletas. Además de listísimos. Es una pena lo de Maico, porque es liante, desestabiliza y le da conversación a Hugo, el poco ‘sociale’. Preferiría ver fuera a Javier, gran mueblazo. Pero Maico lleva escrita la palabra “expulsado” en la frente.