Intentan apartar al Koala de Miriam
Con maniobras diferentes, Mónica y Aramís intentan apartar al Koala de Miriam. Tras el alegato a su favor del Koala tuvo Mónica unas palabras amables para él. Lo que en otro caso hubiera interpretado como un avance positivo para la convivencia, en este creo que forma parte de un acercamiento con intenciones no tan buenas. Mónica mostró su radical enemistad con este concursante porque se le había escapado una risa cuando ella hablaba de su enfrentamiento con Miriam. Risa que bien podría haber sido motivada por algo diferente, así como la típica reacción nerviosa, frecuente en algunas personas ante una situación de tensión. Después de ese episodio, escuché a Mónica decir que guardaría siempre rencor al Koala. Rencor por una risa. Es que produce ídem.
Mónica parece ahora dispuesta a guardar en un cajón el rencor hacia el Koala, lo cual sería intrínsecamente bueno de no ser porque en realidad creo que pretende apartarlo de Miriam. Ella tiene dos enemigos en la casa que de alguna manera son aliados. La relación entre Miriam y el Koala mejora cada día. Sin ir más lejos, ayer por la mañana estuvieron hablando mucho rato. Probablemente es el día que más he escuchado hablar al Koala desde que empezó el encierro. A Mónica no le interesa que crezcan las alianzas de Miriam porque eso la haría fuerte y va en contra de su objetivo de aislarla. Por tanto, intenta ganarse al Koala para apartarlo del entorno de su enemiga.
La consecuencia de esta maniobra sería doble: reducir a la mitad el número de sus enemigos y evitar que fracasase su objetivo de aislar a Miriam. Es una táctica de libro para la cual encuentra ayuda y complicidad en bastantes compañeros, particularmente de Aramís. En el Límite 48 horas de anoche, Aramís estallaba contra Miriam de forma inesperada: “Que te calles, diablo de los cojones. Eres asquerosa. ¡Diablo, más que diablo!”. Lo cual remataba con otra frase final que no llegué a entender. El caso es que la reacción de Aramís no solo le pareció a Miriam que daba miedo, lo cual expresó en el momento y mereció la siguiente respuesta de la bruja: “Miedo das tú, desgraciada”.
Tras esta poco bonita intervención, por decirlo suave, Aramís todavía guardaba alguna sorpresa en contra de Miriam. Al finalizar el programa le decía al Koala: “Darle pábulo a Miriam te va a costar caro. Al tiempo. Es una persona que se rebela contra Dios”. Por lo visto, no había valido de nada que Jorge Javier le advirtiera de que no fuera por ahí. Las palabras tienen distinto significado dependiendo del tono y el contexto. Una cosa es decir que alguien “es un demonio”, y otra bien distinta es la bruja acusando a una persona de ser un diablo y “rebelarse contra Dios”, al tiempo que la califica de “asquerosa” y “desgraciada”.
Los excesos de Aramís cobran especial relevancia cuando van dirigidos a apoyar la estrategia de Mónica. Advierte al Koala contra Miriam con el mismo fin de evitar fisuras en el aislamiento al que está siendo sometida esta concursante. Tal vez fui demasiado cauto ayer cuando afirmé que me parecían palabras mayores las pronunciadas por Ángel sobre lo cerca que están del bullying con Miriam. Hoy estoy más cerca de la visión del actor, que en petit comité expresa esa opinión y cuando es preguntado en directo se achanta. Los esfuerzos de Ángel por quedar bien con todos, sin ofender a nadie con sus palabras, se me antojan excesivos. Esa tibieza le convierte en la segunda decepción del casting de esta edición. La otra es Aramís, que al menos nos regala sus momentos de locura, aunque tampoco compensa a cambio de verla participando en el reprobable complot de todos, o casi todos, contra Miriam.
Ángel lleva casi tres semanas como los tres monos sabios de Toshogu que representan el “no ver, no oír y no decir”. Lo único que él sí ve. Es más, diría que lo observa todo con atención desde su particular atalaya en la cocina, y aun así calla casi siempre. Ayer se quejaba de que Asraf come demasiado y de forma insolidaria, pero haciendo ímprobos esfuerzos por no alterarse. Y sin expresarlo a la cara, además. No negaré que para la convivencia es una inmejorable actitud, al menos a corto plazo. A la larga puede lograr que los problemas se enquisten y termine explotando todo cuando ya no tiene arreglo. La actitud de Ángel es demasiado cobarde, aunque no es el único.
Asraf, el presunto comilón, se pone del lado de Miriam y le muestra su apoyo cuando habla con ella. Incluso se enfrenta a Mónica llamándola “metemierda”. Lo tenía muy fácil anoche. Una vez posicionado de un lado, bien podía haber rematado la faena dando en directo el apoyo que ofrece a Miriam en privado. Sin embargo, cuando es preguntado por el alegato de esta no acierta a decir nada más que “ha estado bien”, sin volver a intervenir el resto de la noche. En parte es producto del terror que infunde el grupo mayoritario, soy consciente de ello. Entenderlo no me evita lamentar ver a estos concursantes perdiendo las oportunidades que les tienden para desmarcarse del resto y ganar puntos ante la audiencia. Su vida ahí dentro puede convertirse en un infierno por posicionarse junto al débil y oprimido, pero aquí fuera les espera el reconocimiento de muchos.
No exagero cuando hablo del terror, algo patente en la voz temblorosa de Verdeliss, la única que anoche tuvo los redaños necesarios para evidenciar ante la audiencia esa cerril posición de casi todos contra Miriam. Dijo poco, pero con suficiente miga. La postura de la mayoría dominante es básicamente inexplicable. Nada justifica que al resto de habitantes de la casa se les pase todo, mientras Miriam es sometida a una observación crítica minuciosa. Si falta comida la sospechosa es Miriam. ¿Por qué? No se sabe. Es un muñeco de pimpampum, el objetivo a abatir. Y para ello todo vale.
Verdeliss no estuvo especialmente brillante, pero por contraste con los demás me pareció lo mejor de la noche. Ya se sabe, en el país de los ciegos el tuerto es el rey. Podemos reprochar a esta concursante que haya tardado tanto en decir lo que piensa y hacerlo cuando toca, aprovechando el prime time. En el día a día de la casa ya se había expresado antes, con mayor o menor determinación. Anoche su voz temblorosa no quitó fuerza a sus palabras, más bien al contrario. Se valora especialmente el esfuerzo y la capacidad de sobreponerse a su miedo. De nuevo temo que una vez rota la cadena no sea capaz de separarse por completo de la estaca, como en la historia del elefante sumiso que conté ayer.
Me hubiera gustado ser autor de la teoría expresada ayer por Jorge Javier sobre la “peruana rica” (Mónica) y la “peruana pobre” (Miriam). Es determinante para entender la inquina de la primera hacia la segunda, no solo motivada por el hecho de que se convirtiera en novia del padre de su hija. Otra cosa hubiera sido si Miriam no perteneciera a un estrato social bien distinto al de Mónica. Al hilo del brillante comentario del presentador surgieron anoche una serie de comentarios en Twitter que no me resisto a recoger.
Particularmente interesante me pareció el análisis de @LeaFlowerss, que enriquece mucho este debate y dice lo siguiente: “En América Latina y, sobre todo, en países como Perú, Ecuador o México, aparte de esa diferenciación tan marcada socialmente del rico y el pobre, está la pureza de la sangre respecto a la indígena. Mónica por cierto dejó caer que su padre era como Darek… blanquísimo”. Y añade: “Además, en esa zona del Perú, de donde es el padre de Mónica, sus nativos tienen sobre todo sangre europea. Así que sí, hay por parte de ella un desprecio hacia Miriam desde el punto de vista de la clase social. Y es un tema muy recurrente en las telenovelas, por cierto”. Peruana pobre e indígena, no me digas más.
Por lo visto, la señorita Mónica tiene algo más en contra de Miriam que su relación con Carlos Lozano. Este culebrón peruano refleja la pretendida supremacía de la actriz y presentadora, lo cual llega al máximo paroxismo en el episodio en que la primera presume ante su ex de que ella lo llevó a la televisión peruana. Repase el lector la trayectoria televisiva de una y otro. Verá que no hay color. También presume de su posición cuando dice que Miriam está ahí por ella, haciendo ver que es habitante de segunda porque se incorporó tres días después. Como dice @cbb430: “Mónica tiene una reina en su cuerpo”. Isa también dice que Omar está ahí por ella, aunque dado que ella no es nadie y está ahí por su madre, el silogismo concluiría con que Omar es concursante gracias a la cantante Isabel Pantoja, no a su hija.
Esa recurrente insinuación sobre la falta de currículum de Miriam se me antoja inocente al lado de la relativa a la motivación económica de su relación con Lozano. Aquello del “amor a primera VISA” que Mónica hace más explícito cuando directamente acusa a su némesis de haber estado con él por dinero. Como dice la frase popular cuando alguien advierte que huele a mierda: “El primero que lo huele, debajo lo tiene”.
Debo decir que Mónica es una buena villana, por lo que prefiero verla dentro de la casa algún tiempo más. Sobre todo, por ver su evolución según vaya viendo a Miriam salvarse una vez tras otra, como espero que suceda. Otra cosa interesante sería comprobar la reacción de Mónica cuando vaya perdiendo apoyos y fracasando en el intento de aislamiento de su enemiga. De momento sigue repartiendo veneno hacia ella, como hizo ayer en una conversación con Aramís. “Esa tía no es nadie”, decía esta. Otra muestra del clasismo que Mónica comparte con algunos compañeros. El culebrón de la peruana rica y la peruana pobre tiene a menudo un buen fin, como nos dice @Rebonit: “Lo bueno es que el protagonista de la novela siempre acaba con la peruana pobre”. Voilà.
El gato responde
Defender o criticar a la concursante Verdeliss significa recibir una cantidad importante de comentarios no demasiado amables que defienden a esta concursante. La torpeza de sus seguidores es tal que no hay apenas diferencia entre decir una cosa u otra, porque la reacción es semejante siempre. No creo que merezca esa defensa una concursante que caería mejor si no pareciera intocable para muchos, lo cual expresan de forma excesivamente ruidosa. No quisiera tener semejantes defensores. Ya molesto yo solo, gracias.
Moleskine del gato
Omar dice que “las traiciones se pagan con más traiciones”. Su dulce venganza puede que sea una reacción muy humana. Tanto como primitiva y, sobre todo, de mal concursante. Se ha puesto a parte de la audiencia en contra el primer día, y eso que hace gracia desde antes de convertirse en concursante. Imposible negarle la gracia. No conozco a nadie capaz de contar un drama personal de forma graciosa. Haciendo la curva de su vida iba desgranando desgracias: “De pequeño me pegaban por ser gitano”, “se murió mi prima (que aparte de ser mi prima era también mi novia) con 12 años”, “mi madre se separó”, “el padrastro me maltrataba”. Y a todo esto el público en plató no paraba de reír.
Se completó el protocolo de abandono de animales. La vaca Juanita, las cabras y las gallinas desfilaron ayer hacia fuera de la casa de Guadalix, como si se tratase de un crossover entre ‘Gran Hermano’ y ‘Rebelión en la granja’, las dos obras más conocidas de George Orwell. Miriam lloró y el Koala parecía sincero al mostrarse desconsolado. “Era lo mejor que hay en esta casa”, dijo el Koala. Mejorando lo presente, claro.
Así estaban anoche los porcentajes ciegos: 67,4 %, 18,4 % y 14,2 %. No tengo duda de que el más abultado corresponde a Aramís, aunque puedo equivocarme. Si se va Aramís y la prueba del jefe de la casa no hace inmune a Miriam, el Koala o Verdeliss, está claro que estos serán los tres nominados de esta semana. Por eso es necesario que nominen en la soledad del confesionario, además de que los jefes tengan un privilegio con el cual se evite que salgan a la palestra los tres concursantes que están claramente en contra de la mayoría dominante. Eso o cualquier disidencia será aniliquilada.