Gabaldón sale malparado de una discusión con Miriam
Miriam se ha enfrentado en estos últimos días a Hugo y a Gabaldón. Se trata de situaciones muy distintas puesto que Hugo ha estado siempre entre sus cercanos, aunque hayan pasado momentos mejores y peores, mientras que Gabaldón nunca se acercó a la gallega. Es bien curioso teniendo en cuenta que este concursante es de los que portan una justificada fama de llevarse bien con todos. Miriam discute el viernes con Hugo y pasa un par de días vagando por la casa en solitario haciendo que aparente gravedad el asunto. Durante ese tiempo Miriam hace gimnasia sola, desayuna sola y sola le cambia a otro compañero su manzana sin que se entere porque estaba menos pocha. También se pudo ver a Carlos teniendo algún detalle con ella, no así a Gabaldón. Por eso no es equiparable una discusión con otra, aunque tienen un importante punto de unión. Es Gabaldón quien hace por ligarlas.
Tampoco tienen las dos discusiones consecuencias parecidas. En la primera no queda bien ni Miriam ni Hugo. Pero Gabaldón sale malparado de su discusión posterior con Miriam. En la discusión de Hugo y Miriam parece que los dos luchasen por parecer más mezquino que el otro. Lo normal es tener la pretensión de parecer más listo, culto, comprensivo, rápido o sagaz. En este caso da la impresión de que desean conseguir el discutido premio al que vocifera más y tiene la empatía más corta. Sería como la estúpida competición de chicos adolescentes para determinar quién es capaz de mear más lejos, pero al revés. Aquí el premio parecía para el que pierde. Y ya he adelantado antes que perdieron ambos por igual.
Las discusiones que no tienen una utilidad concreta son imprevisibles. Si al menos uno hubiera tenido claro dónde quería llegar todo se hubiera desarrollado con mayor normalidad. Porque ser más desagradable y ofender de manera más certera no cuenta como objetivo, sino que es más bien una consecuencia. ¿Por qué se enfadaron tanto? Rubén dijo que se había sentido incómodo y comparto su impresión. El resto de casa se mantuvo en silencio, excepto Carlota. Antes había propuesto utilizar bellotas para hacer los grupos. ¡Los “belloteros” atacan de nuevo! Luego intentó meter baza para meterse con Miriam de esta forma: “Ella habla siempre así”. Como queriendo decir que a Hugo otras veces no le molestó porque no iba con él.
Que Carlota tuviera razón no quita para que fuera muy oportunista su intervención. Carlos la disuadió de que siguiese por ese camino, tal vez porque tuvo una visión más práctica de la situación. Lo aprendió Maquiavelo de los clásicos de Roma: “Divide et vinces” (Divide y vencerás). Que el enemigo esté dividido solo puede traer beneficios. Por tanto, mejor dejarles que se enzarcen hasta sangrar. O algo así. No llegó la sangre al río porque los dos acotaron sus ofensas con los correspondientes “punto”. “Ya vale con tus malas formas. Punto”, decía Hugo. “Eres perro viejo. Punto”, contestaba Miriam. Y así varias veces seguidas. Diría que Miriam le ha copiado el stop a Hugo, pero eso es lo de menos. El caso es que así la discusión tiende a no prolongarse. Tanto parón no lo pone fácil. Mira, ahí acertaron. De casualidad, pero acertaron.
La discusión vino de que Hugo propuso hacer grupos mixtos, compuestos por chico y chica, para la prueba semanal. Miriam saltó con que esto era “clasista” y antiguo. En resumen, esto ocasionó la discusión, aunque analizándolo con ese otro “divide y vencerás” del ‘Discurso del método’ de Descartes podemos ver lo que hay detrás. Es cuestión de dividir cada dificultad que se examina en tantas partes como sea posible. Por ejemplo: me llama la atención que Miriam deje pasar tanto tiempo entre que Hugo hace su propuesta y ella se opone a ella. Lo hace de forma innecesariamente ofensiva, calificándola de “clasista”, lo cual demuestra que no sabe lo que eso significa. Pongamos por caso que se equivocó entre “clasista” y “sexista”. Tampoco parece una reacción normal, menos tratándose de alguien afín.
Para resolver esta parte del conflicto es necesario observar lo que pasó en esos largos minutos hasta que Miriam estalla. No fue fácil seguirlo en directo porque intervenían muchos más concursantes en la acción y se dispersa la atención de cámaras y sonido, pero entre lo que vimos y lo que nos contaron después sabemos que Hugo no quiso hacer pareja con Miriam. No hace falta pensar mucho para imaginar que estaba haciendo un poco de celestino intentando que se emparejase con Rubén, pero eso debió molestar a Miriam. Puede que también en ese rato temiese que Rubén terminase emparejado a Lorena. Son puras deducciones, pero no soy el único en hacerlas. El propio Rubén se lo decía a Hugo después, y este lo dio por bueno.
El nivel de la conversación no da para mucho más análisis, si acaso un balance de ofensas. Hugo se equivocó al sacar el tema de Laura en la discusión para mostrar una Miriam que discute con todo quisque. Ya lo hizo con su amiga y ahora lo estaba haciendo con él. Golpe bajo de los que uno siempre se arrepiente después. Miriam, por su parte, atacó con un argumento falaz. Llamó “perro viejo” a Hugo y quiso poner de escandaloso que reaccionase así teniendo cuarenta y tantos años. Tiene esa edad, ¿y qué pasa?
El argumento ad hominem que usa Miriam sería de un subgénero no estudiado, aunque muy utilizado en Gran Hermano. Esa falacia consiste en desacreditar al otro señalando una característica o creencia impopular de esa persona. En este caso es la edad. Lo hacen mucho los jóvenes respecto a los que son algo más mayores e igualmente al contrario. Esa diferenciación de edades es absurda. No somos tan distintos. La ira, la envidia o la soberbia nos competen a todos y no dependen de la edad, lo mismo que el resto de pecados capitales y otras miserias. Sí es cierto que Miriam posiblemente modere su pronto y mejore su (inaguantable) carácter con los años. La juventud es un defecto que se cura con la edad. Aunque también los de más edad tienen mayor tendencia al gesto amargo. Espero que Miriam no abunde en su amargura. Por su bien lo digo.
No me gustó ninguno de los dos. Siendo sincero, Miriam fue ella misma siguiendo el consejo que le dio Hugo cuando tuvo la discusión con Laura. Entonces le afeaba el tono al tiempo que la animaba a que siguiera siendo ella misma. Y el viernes no le gustó porque iba en su contra. Así de simple. Lo cual no quiere decir que Miriam estuviera bien. Ella fue quien prendió la espoleta. De todas formas, no todo está roto entre Hugo y Miriam, aunque se hayan comunicado poco en estos días. Hugo ha dicho de Miriam: “Sigue enfadada, pero es buena chica”. Parece más comprensivo y menos radical que muchos de sus seguidores. Rubén también se distanció en un principio de Miriam. Nada más terminar la discusión, Hugo le reprochaba a su amigo que apenas hubiera intervenido. Anoche hizo lo mismo Miriam. Esto le va a pasar cada vez más a Rubén. Es la consecuencia lógica a su tibieza. Tener el culo entre dos sillas es peligroso y presagia caída. De una maldita vez debería decidirse por algo.
Algunos insectos no solo picotean entre las flores, también en el estiércol. Esto sería aplicable a Rubén, sin que signifique ofensa para nadie. Quiero decir que no solo es incapaz de decidirse entre Mirian y Aly (o incluso Lorena, si se da el caso). También le cuesta decidirse entre Hugo y Maico o Gabaldón. Ayer llegó a advertirle a este último que se posicionaría contra Carlota, como si tuviera alguna obligación de darle explicaciones. Lo argumenta diciendo que no quiere hacerle daño, pero más bien veo a Rubén con un permanente miedo a crearse enemigos. No es capaz de quitar de su cabeza una idea equivocada del concurso. Lo demuestra que cuando Hugo se entera de esa conversación de Rubén le dice que no le puede hacer ningún bien. Hugo se refiere a lo personal, pero Rubén interpreta que se refiere al concurso. Eccolo, que diría el uruguayo.
Aunque Rubén haya dicho por activa y por pasiva que desea quedar nominado la verdad es otra bien distinta: tiene pavor a que llegue ese momento. Necesita tener gente a su favor. Cuantos más, mejor. Teme perder a Gabaldón y eso le lleva a algo peor que la tibieza. Anoche tras la discusión entre este y Miriam primero le daba la razón a ella, luego coincidía con Hugo y Maico en dudar de Gabaldón y finalmente iba a ponerse del lado de este. Terminaba de compadreo con Carlos, Carlota, Pilar y Lorena en la cocina. En este concurso solo hay algo peor que la tibieza: ser camaleónico. El que se mimetiza con el que tiene al lado anda siempre a un paso de la traición. Rubén lo tiene cada día peor. Su situación se me antoja insostenible.
Gabaldón se metió anoche en un intercambio de opiniones entre Carlota y quienes se habían posicionado en su contra durante el Debate. Contra Yangyang solo se puso Gabaldón. Carlos, Carlota, Pilar y Lorena contra Maico. Y contra Carlota, como era previsible, Hugo, Rubén y Miriam. Rubén estaba súper nervioso por estar cargando contra la amiga de Gabaldón. Hugo y Miriam estuvieron perfectos en sus razones para ponerse donde estaban. Algunos todavía no se han dado cuenta de que se trata de dar razones por las que prefieren que se vaya un concursante antes que los otros. Carlota respondía alegando su derecho a hacer lo que hace, sin considerar que los demás tienen idéntico derecho a posicionarse en contra precisamente por ello.
Las razones esgrimidas fueron principalmente dos. Que el jueves al saberse en la palestra preguntase de malas maneras quién la había dado nominado, y que los engañase a su regreso diciendo que había estado aislada, lo cual ella misma ha demostrado después que no es cierto. Intercambiaron sus opiniones sobre estas dos cosas con Carlota. Hugo lo resolvió con celeridad, mientras que Rubén era quien más se afanaba en charlar de buen rollo con Carlota. Ya he dicho antes por qué creo que actúa así. Miriam tampoco prolongó mucho la conversación, pero a ella fue Gabaldón. “A los defensores de pleitos pobres me los paso yo por el forro de…”, dijo Miriam al respecto. Y yo rompí a aplaudir.
Gabaldón utiliza también un argumento ad hominem intentando desacreditar a Miriam por haber llamado “patético” a Hugo un par de días antes. Estaba claro que a Gabaldón no le interesaba nada el fondo de la discusión y solo pretendía azuzar a Miriam para colgarse la medalla ante Carlota. Llamó “hipócrita” a Miriam confundiendo sus argumentos. Pero ella fue lista no entrando en la provocación y dejando a Gabaldón con las ganas. También le dejó en evidencia porque si algo une a Gabaldón con Rubén es que aquel también teme salir a la palestra. Ambos lo han evitado hasta ahora.
La respuesta de Miriam mereció que Maico dijera: “Estoy totalmente de acuerdo”. Parecerá una tontería, pero esa simple frase tiene gran sentido para mí. Mientras Rubén y Hugo callaban, Maico era el único que abría la boca. Y lo hacía para apoyar lo que considera justo, aunque nunca haya tenido una buena relación con Miriam. En mi opinión, ahora mismo es Maico quien más se merece ganar este concurso. En la conversación posterior de Hugo y Maico, a la que se unió Rubén, quedó claro que desconfían de Gabaldón. Tras un largo periodo de auge, creo que comenzó su caída. Sobre el asunto del aislamiento mucho me temo que ayer Carlota volvió a escamotear a sus compañeros la realidad, por no decir que volvió a mentir. Lo que no entiende Gabaldón es que no están censurando que recibiera información durante los cuatro días que estuvo fuera de la casa, sino que les mintiese afirmando que había estado completamente aislada.
No tiene sentido decir que Miriam critica a Carlota por haber recibido información del exterior cuando ella está en su misma situación o aún mayor porque estuvo más tiempo fuera. No es ese el asunto. Carlota faltó a la verdad diciendo que había estado aislada, sin mencionar que habló con su madre y esta la estuvo orientando sobre cuál debía ser su actitud en el concurso o lo que supuestamente habían hecho o dicho los demás. Anoche les dijo que había estado totalmente aislada salvo una conversación telefónica con su madre. Sin embargo, el otro día escuché como Carlota le hablaba a Carlos del mensaje que había transmitido a su novia, que le había parecido muy guapa. Ergo, anoche volvió a mentir.
Por otra parte, Miriam también argumenta con razón que a ella la castigamos por atacar a Yangyang dando por buena una información de Maico y consecuentemente deberíamos castigar a Carlota por hacer caso de la falsa información que le han dado. Personalmente, me da igual si mintió a su regreso o lo volvió a hacer anoche. De ningún modo entenderé que en esa situación pudiera su madre preocuparse por transmitir cierta información a Carlota para ayudarla en el concurso. Así lo justificaba ella anoche. Y eso es, precisamente, lo que a mí me espanta.
Molesksine del gato
Los porcentajes ciegos están así: perdón, no hubo. Supongo que habremos de esperar al martes para conocer este dato en el Última hora. No sé si voy a aguantar la espera.
Y ya no estoy.