Carlos: tibio, pero no tanto

telecinco.es 29/03/2022 08:00

Comienzo hoy los daguerrotipos a los finalistas. Esos perfiles que intentan resumir mi opinión sobre el paso por la casa de aquellos que han llegado hasta la recta final. Por delante tengo el análisis de Rafa, Marta, Adrián y Carlos, empezando por este último. Antes de este primer daguerrotipo haré un muy breve repaso de lo ocurrido ayer en la casa.

Se viven horas de tranquilidad en la casa. Por suerte, no parece haber ganas de forzar enfrentamientos y ayer se vivía un ambiente de camaradería que se agradece. Aunque haya un punto de nostalgia evidente y sea el momento propicio para acordarse de todos los que han sido sus compañeros de piso, la suerte es que no estén todo el rato mirando al pasado. La presencia de los invitados VIP también hace pensar en un futuro que probablemente no vaya a llegar para ellos. Me transmitía cierta ternura el interés que tenía Marta sobre lo que la fama condiciona la vida de Tom. Que si a veces ni le dejan comer o tiene a alguien esperando a que termine para poderlo saludar. O los grupos de gente que le gritan a la salida de Telecinco. Esto último me cuesta creerlo (le ha podido pasar en alguna ocasión concreto y ya está), pero mucho más que Marta vaya a vivir algo semejante.

Entre Carlos y Rafa se ha formado una pareja que puede ser la carpeta más interesante de la edición. La amistad de Ralos se ha ido forjando en las últimas semanas y me parece más sólida y sincera que la mayoría. Dicen que una semillita está naciendo entre ellos, pero yo creo que ha brotado ya un sólido tronco. Lo veo en su mirada y me da un gusto particular escuchar a Carlos contar cuando se dio cuenta de que Rafa calmaba a Nissy con sus bromas en lugar de provocarla, como creían en su grupo. Esa fue la revelación definitiva. Carlos tenía que ser quien dejase a un lado los prejuicios y no siguiera escuchando lo que le decían, prefiriendo hacerse una opinión propia.

Adrián le confesaba ayer a Marta que si sus amigos le dicen que la relación entre los dos es un espejismo y está autoengañándose se replantearía las cosas. Creo que ella ha llegado a acostumbrarse a estas cosas y aunque ponga caras raras y le siga doliendo lo que escucha prefiere no entrar más en discusiones. La cercanía de la final hace que algunos pongan sordina a sus sentimientos. Creo que ese es el caso de Marta. Parece mentira que el secreto de Adrián fuera lo del engaño a su familia por amor y ahora no esté dispuesto a pasar por alto lo que le digan sin dejarse condicionar por ello. Bueno, los detractores dirán que es una prueba más de la falta de convicción que tiene respecto a esa relación. Los detractores y también yo.

Daguerrotipo de Carlos

“Quien tiene el culo entre dos sillas se caerá de costillas”, dice el refranero. Lo cierto es que con un culo no se pueden tapar dos sillas. Carlos se ha dado cuenta de ello tras muchas semanas de convivencia y después de ser descubierto en un doble juego al que se vio abocado por miedo a las consecuencias de ser libre y dejarse llevar por su intuición. Dije antes que es quien más podía esperar que fuera a hacer oídos sordos de lo que decían las personas con quienes había decidido estar cerca para vivir esta aventura. Más importante que la opinión de los otros es la propia. Carlos está acostumbrado a hacer de su capa un sayo y ponerse el mundo por montera para terminar haciendo lo que le rota. En la casa de los secretos lo ha hecho una vez más.

Es frecuente confundir la tibieza con el exceso de amabilidad, que serían más bien antónimos. El tibio es poco afectuoso y escasamente leal. Eso sí, no hace distingos. Ser poco leal solo con algunos no es de tibios. Ellos practican la deslealtad con todos por igual. No cabe otra cosa en aquel a quien le cuesta decir si el agua que corre está fría o caliente. Carlos ha disimulado su tibieza escondiéndose en el grupo mayoritario porque era la postura más cómoda. Mientras hacía eso, analizaba la situación y tenía veleidades que no llegaron nunca a encender las alarmas en su grupo. Solo lo hicieron cuando quiso conocer de verdad a Rafa, concursante a quien todavía veían todos no solo como el enemigo, también como un bicho raro al que no convenía ni acercase.

Carlos es de esos concursantes que se caracterizan por no haber tenido ni una mala palabra ni una buena acción. Aunque llegado el momento de descubrir que Rafa no era ese monstruo que pintaban algunos le pidieron explicaciones intentando condicionar sus actos. Marta llevó entonces la voz cantante, descubriendo ya entonces su tendencia a intentar manipular a los demás. El poco oculto talento para controlar a los demás que ha demostrado tener Marta no pudo con un verso libre como es Carlos. Alguien con su pasado no se iba a dejar mangonear por una compañera con quien siempre ha tenido buena relación, tal vez por eso la conozca especialmente bien. El intento fallido puede que echará a Carlos todavía más a los brazos de Rafa, que le acogió encantado.

Guardo en el recuerdo como uno de mis momentos preferidos de la edición esa tarde en que Miriam enredando un poco contó a Marta lo que le había confesado Carlos ese mismo día. A preguntas de la que fue ganadora de Gran Hermano VIP, Carlos elegía compañía preferida para llegar con él a la final y no dudaba en nombrar tanto a Rafa como a Sara. Los dos nombres le sonaron a Marta como dos saetas clavadas en su orgullo. No salía de su asombro porque Carlos había dicho a Marta y Adrián que quería llegar con su grupo a la final. Que eligiera a Rafa le parecía increíble porque seguía siendo para ellos el enemigo a batir. Pero también que metiera a la recién llegada.

La torpe explicación de Carlos fue que prefería medirse con Rafa por ser un peso pesado en el concurso. “Vale, ¿y lo de Sara?”, preguntó Marta desarmando por completo ese endeble argumento. Carlos no podía en ningún caso reconocer que a cada uno le había dicho aquello que quería escuchar. En el baño junto a Miriam estaban los dos elegidos por Carlos, lo cual pone en contexto definitivamente la historia. Carlos podía haber merecido un “de repente” de no ser por dos razones. Una de ellas es que no hay opción a sorpresas con las cosas tan claras como estuvieron en esta edición desde tan temprano momento. La otra que Carlos no tuvo la reacción que lo hubiera hecho merecer. Si llega a decir “prefiero llegar a la final con Rafa y Sara porque me parecen mejores que vosotros” le hubiera hecho la ola, cuando menos.

El cambio de Carlos con Rafa ha sido estrictamente progresivo. Se puede comprobar en sus últimas nominaciones, habiendo pasado de darle 3 puntos al fontanero (en retirada) en las séptimas nominaciones a 2 puntos en las octavas, uno en las novenas y ninguno en las décimas, última ronda de nominaciones en esta edición. Parecido ritmo ha sido el experimentado por el tiempo que pasaron juntos, y también de forma progresiva fue consiguiendo que sus antiguos amigos asumieran el cambio. Colchero, Cora y Adrián terminaron nominando las dos últimas veces a Carlos. Solamente Marta evitó darle siempre puntos, con la salvedad de la semana que lo hizo en su nombre Susi, madre de la concursante.

Este catequista que casi toma los hábitos y al final decidió seguir su instinto se volvió a dejar de guiar por los mismos impulsos en este concurso. Le faltó un poco más de empuje para no suavizar sus respuestas cuando quienes aparentaban ser sus amigos, y el tiempo demostró que tan solo eran aliados, le pedían explicaciones por sus actos. “La relación que tengo con vosotros no la tengo con Rafa. Para mí, es un entretenimiento”, dijo a Marta. Que Carlos se ha reído con Rafa más que con ninguna otra persona en esa casa está más que claro. Ahora bien, la semillita de la que hablaba antes ha germinado entre Carlos y Rafa, no con ningún otro. También creo que Carlos no se habría echado a los brazos de Rafa si no hubiera sido el eslabón más débil.

Carlos se sintió como un animal herido una vez que habían desaparecido algunas de las personas con quien mejor había conectado en la casa. A pesar de las diferencias, siempre se llevó bien con Laila y aunque tuvo los lógicos enfados tras las más sonoras broncas no tuvo mala relación con Nissy ni con Carmen. Lo digo por citar las tres personalidades más polémicas de la edición. Su falta de prejuicios y, en cierto modo, la tibieza lo hicieron posible. También esa estrategia consistente en llevarse bien con todos para evitar ser nominado y aguantar todo el tiempo posible en el juego, lo cual denota cierta falta de seguridad en sí mismo y sus posibilidades frente a la audiencia.

En cuanto al Carlos estrella de dos metros y pico, que cuando se calza sus plataformas parece que fuera sobre zancos, se trata de un concursante con gran concepto del espectáculo. Sus modelos imposibles y rompedores, o su esmerado e imaginativo maquillaje, le convierten en una sorpresa permanente. Carlos ha sabido entender el sentido del humor de Rafa porque sabe reírse de todo, empezando por sí mismo. Enemigo de las discusiones, siempre ha tenido claro que su papel está en otro lugar. Difícil adoptar así cierto liderazgo y ser un concursante completo, pero ojalá muchos Carlos Fucking Peña (su nombre en redes sociales). Solo por su labor de difusión del no binarismo (concepto no tan moderno) y en pro de aceptar la diversidad ha merecido la pena conocerle.

Moleskine del gato

Dice Rafa que se va a poner tetas, pero no por volumen sino por cantidad. En concreto, seis. Como los gatos. ¡Saludos!

El chisme del momento fuera de la casa es la buena relación que tienen Carmen y Nissy. Incluso han dormido juntas en el hotel este último domingo. También Laila ha acercado posturas con Carmen. Las tres coinciden en preferir que gane Rafa. Me relamo pensando en lo diferente que hubieran sido las cosas si se llegan a llevar bien dentro de la casa.

Esta noche en un especial de última hora dará comienzo la campaña para ganar la segunda edición de Secret Story. El pistoletazo de salida que anuncia el fin está a punto de sonar.

Y una última cosa medio personal. En toda la edición no he hablado de los compañeros que hacen el minutado en esta misma web. Por falta de tiempo no les puedo leer con frecuencia, pero confieso que últimamente me he vuelto fan de los pies de foto del turno de tarde. Mi querido José Viruete está derrochando ingenio no solo en sus descripciones, también en los pies de foto. Especialmente en los pies de foto, diría. Me saca una sonrisa cada vez que lo leo. Y eso había que reseñarlo. Un saludo a todo el grupo y enhorabuena por vuestro trabajo.

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