Carlos puede ir solicitando plaza de residente en el helicóptero de Supervivientes. Si sigue así, se va a pasar casi tanto tiempo ahí como en el barco encallado. No sé si un ganador nato, como se define él mismo, podrá aguantar semejante humillación. El ganador Carlos ha perdido ya dos veces la votación de la audiencia sobre quién debe convertirse en superviviente de pleno derecho. Lo de esta noche puede ser demasiado para este concursante, sobre todo si sus compañeros le han contado que han hecho fuego en la playa. El jueves pasado se burlaba de ellos por no haber conseguido lo más preciado para el náufrago, por lo que no me extrañaría que hoy estuviera dispuesto a pavonearse por haberlo conseguido ellos en el barco. Otro chasco para el chef. Además, en realidad fue Palito, precisamente su rival de anoche, quien hizo el fuego en su equipo.
El domingo pasado le cedió a Antonio el lado del helicóptero desde el que se hacen los saltos, como todos sabemos. Anoche prefirió ponerse en ese lugar privilegiado, pero ni así logró saltar. Tuvo que cambiarle el sitio a Palito, nueva habitante de la isla del pirata Morgan. Palito saltó emocionada, nadó emocionada y recorrió emocionada unos metros andando hasta alcanzar la orilla de la playa. Una vez allí, abrazó con emoción a los compañeros que la estaban esperando. Solo estaban aquellos que la habían preferido como nueva compañera: Mellysa, Alejandro y Antonio. El resto querían tener a Carlos.
“Les criticó porque son mis rivales”, dijo Carlos sobre los de la isla, sin darse cuenta de que por el momento rivales son sus compañeros de barco. Ellos pueden retrasar su incorporación al juego de verdad. En concreto, la semana pasada lo hizo Antonio y esta semana Palito. Los otros no son rivales todavía. La frustración de Carlos de vuelta en el helicóptero, sabiendo que aquellos a quienes considera rivales ya hicieron fuego y habiéndose quedado su equipo sin probar las natillas del juego de recompensa porque no lograron hacerlo en tiempo y forma. Pero él solo concibe el triunfo. Qué infeliz se debe ser sin disfrutar de los éxitos de los demás, sumido en la tristeza del fracaso propio. Su cara viendo a Palito saltar del helicóptero lo dice todo.
Lo del fuego empieza a tener cada vez menos secreto. Todavía me cuesta entender cómo no lo hicieron durante tanto tiempo, porque viendo el cansino ritmo de Gianmarco y Olga frotando las cañas parece que lo pueda hacer hasta un manco. En el barco hubieron de esperar a tener un recipiente donde alojar el fuego, lo cual les dio en una misión el pirata Morgan. Una vez tuvieron donde hacer fuego enseñó Palito un método sorprendente. Hace con la yesca un rulo, le pasa una caja de madera (creo que es la del kit de pesca) por encima contra una mesa y en un momentillo logra tener lumbre. Aunque sabiendo que a veces les vemos partir un coco y empezar a repartirlo en segundos cuando en realidad les ha llevado un par de horas, igual el esfuerzo de Palito fue bastante mayor del que aparenta. Pero, vamos, que tuvieron fuego a la primera.
Carlos ha hecho alianza con Agustín. Me está empezando a parecer que estos son dos señoros concursantes que se apoyan entre sí y tratan con cierta condescendencia a sus compañeras. En la isla está Omar deseando que lleguen, posiblemente identificado con ambas personalidades. Marta y Olga también, porque hay mujeres más señoros que muchos hombres. Gianmarco y Tom son los últimos que apostaron por ese caballo defensor de la religión del triunfo. Al menos Carlos no está solo, hay otros que también confían en su espíritu ganador. Supimos hace días que se había molestado porque Sylvia le acusó de tener una actitud dictatorial, y anoche nos contó que estaba otra vez molestó porque Lara les había dicho a su amigo Agustín y a él que son “machistas”. Como cocinero seguramente conocerá la expresión “el que se pica, ajos come”. Pues eso.
A pesar de todo lo dicho, Carlos mostró una generosidad admirable el pasado domingo cuando decía preferir que fuera Antonio el primero en ir a la isla, con lo cual renunciaba a hacerlo él mismo. El voto de la audiencia decidió, pero condicionado por lo que dijo Carlos y la habilidad de Antonio para jugar la carta de la pena. Anoche Antonio no le devolvió el favor a Carlos y dijo preferir que saltase Palito, como ya he contado. Si llega a apoyar a ese compañero se hubiera alineado con Omar, su verdugo el jueves pasado. No le sentó nada bien al bailarín que el líder le nominase directamente. “Has nominado a un inválido”, le reprochó después. Y añadió: “Un varón con nobleza nunca nominaría a un inválido”.
No sé si Antonio estaba dudando de la hombría o de la nobleza de su compañero por haberle nominado, pero en un caso u otro el disparate es de idéntico calibre. No digo nada lo que me parece que se califique de “inválido”. ¿Perdona? El inválido hizo anoche una dura prueba de recompensa junto a Melyssa, tirando entre los dos de una rueda de madera más grande que ellos y muy pesada sin tener más problemas que el resto para completar el circuito marcado. Es más, en la misma gala del jueves le contó a Jorge Javier que ya estaba bien de las manos. Hablando con Omar también hizo alusión a su edad, como si los más jóvenes no pudieran nominarle por serlo. Antonio quiere jugar siempre con ventaja. Además, una ventaja exagerada. No le basta con llevar las cartas marcadas, quiere que los demás jueguen con los ojos tapados mientras contienen la respiración. ¡Así cualquiera!
Pienso que Alexia no tiene un problema alimentario. Al menos, no más allá de lo que ella misma se pueda estar procurando. Tengo pocas dudas de que apenas ingiere comida o bebida por elección propia y tiene un objetivo para ello. Con cariño y sin ningún tono de crítica o reproche se lo dijo bien claro Palito: “Te estás boicoteando tú misma”. ¿Qué razón puede tener para dejar de comer y beber? Una bien clara: que los médicos recomienden su abandono del concurso y así volver a casa sin abonar la sanción económica correspondiente. Solo con que Alexia bebiera isotónico evitaría el daño que puede estarle haciendo a su salud. Ya puestos, igual sería más directo que se liase a puñetazos con algún compañero. Es muy evidente cuando alguien está buscando un atajo.
Por eso anoche le proponen la prueba de la pizza, que come con ritmo cansino y aparente esfuerzo. No niego que le costase ingerirlo, pero insisto en que ella misma se está boicoteando, y no me cabe duda de que es su atajo para intentar tomar gratis el vuelo de regreso antes de que le toque. De momento conserva el apoyo de sus compañeros, no creo que por mucho tiempo. Al comenzar la conexión con el barco aparecía tendida y medio mareada. Luego le tomaron la tensión y era correcta. Alexia debió pensar que dejando de comer al tiempo que exageraba vómitos y mareos podía conseguir la baja o, en su defecto, ser elegida para ir a cayo Paloma. Pero ni una cosa ni la otra. Tendrá que esperar para reencontrarse con Marta López.
Anoche se llevó una alegría la pobre Lola, desterrada a la última playa, devorada por los insectos y aburrida mortalmente de estar todo el santo día sola. Le llevaron hasta cayo Menor a Horus, el perro que comparte con su exnovio. Bueno, no era el mismo Horus en carne y hueso, sino una réplica con más cartón que otra cosa. Pero parece que le hizo igualmente ilusión. También le dieron un trozo de pizza como el de Alexia, que con toda seguridad devoraría con mucha más alegría. Y se llevó un consejo de Jordi para las picaduras que más parecía venir de Txumari Alfaro. “Una mezcla de orín y tierra”, decía el presentador. Pensé que añadiría la proporción correcta para hacer la mezcla.
Antonio Canales conoce a Fidel Albiac (marido de Rocío Carrasco, exmujer de Antonio David Flores, que a su vez es actual marido de Olga Moreno) más de lo que dijo el jueves. “Le he visto dos veces”, dijo. También negaba que hubiera estado viviendo en su casa. “Vinieron cuando lo del collarín y estuvieron todo el día, pero por la noche se fueron a su casa de La Moraleja”, contó. Sin embargo, varios medios han recuperado viejas declaraciones de Canales diciendo algo bien distinto, y Belén Rodríguez aseguró anoche que Fidel estuvo viviendo un mes en casa de CanalesBelén RodríguezFidelCanales, la mitad de ese tiempo también junto a su madre.
Son tantas las evidencias de que Antonio negó a su amigo y faltó a la verdad conscientemente que hasta su defensora en plató lo reconoció. Y en imágenes inéditas hemos visto como él y Olga esperaban que saliera el tema y sabían cuál sería la respuesta, si es que no la habían pactado previamente. Tan preparado lo tenían que Olga aprovechó para preguntarle a Canales por su marido. Con su respuesta fue cómplice de un claro intento de blanqueamiento de imagen. Mi teoría es que prefiere tener a Olga como amiga a tenerla como enemiga. Con su colaboración en la causa puede evitar que esta compañera pronuncie su nombre en las nominaciones. Y, si se piensa con detenimiento, evitar puntos en las nominaciones bien vale una mentira.
Aunque mi momento preferido de cuando Antonio niega a Fidel es aquello de: "Estuvimos hablando con Ro, con Fidel y con los collarines". Dan una pedazo de conversación los collarines.
Cuando escucho que llaman Palito a Palito me pregunto hasta dónde habrá llevado lo de su sobrenombre. ¿También era Palito para sus profesores? ¿Se presenta como Palito a las entrevistas de trabajo? Esto me recuerdo una vez que esperaba en la recepción de Mediaset para cumplir los formalismos que me dejasen entrar y delante de mí había un personaje que se había presentado como Pepino Marino. Con gesto incrédulo, la chica de recepción repreguntó: “Pero ¿cuál es tu nombre?”. Y respondió ofendido: “¡Pues Pepino Marino, Pepino Marino!”. Al final la pobre decidió acabar con aquello pidiendo que le enseñase el DNI. Y no, efectivamente, no se llamaba Pepino. Marino tampoco.