Llevo días pensando que Alatzne hace siempre la misma maniobra: cada vez que Carmen discute o está mal con Rafa se acerca a ella para volver a tener una relación parecida a la del principio. Y lo más llamativo, Carmen lo acepta de buen grado, sin dar muestras de estar apreciando la causalidad señalada. Anoche mismo fue uno de esos momentos en que vi a Alatzne abriéndose de nuevo con Carmen, justo en medio de una de las repetidas crisis entre esta y Rafa. En esos momentos descubrimos otra Alatzne, menos amarga y malhumorada, como si estuviera esforzándose en parecer amable. No es la primera vez que tengo idéntica sensación.
Lo más curioso es que el propio Rafa hacía esta observación ante mi absoluto pasmo por la coincidencia. Para este concursante se trata de una estrategia de Alatzne. Va, por tanto, un poco más allá porque personalmente solo señalo dos situaciones que se dan a un tiempo de forma repetida. A partir de ahí que cada uno saque sus propias conclusiones. El fenómeno es parecido al observado cuando la propia Alatzne se apartó del cuarteto, en cierta medida obligada por lo que le dijo Rafa. Fue dar muestras de querer cambiar de aires y el resto de la casa se volcó en el intento de captación para su causa. Se dan las circunstancias para que las deslealtades sean premiadas por quienes creen que pueden obtener algún beneficio de ello.
La relación de Alatzne con Carmen es intermitente, pero no le pasa solo en ese caso. También con Nissy pasa de expresar la ternura que le transmite a censurar actitudes suyas, posicionándose con aquellos que la ponen al límite para luego censurar su reacción y aconsejarla que permanezca en silencio. Esto también se repite una vez tras otra y deja al descubierto una discutible intención. No creo que sea muy mal pensado por creer que les gusta poner a prueba a Nissy, y cuando dicen que le pierden las formas ya sabían previamente que eso volvería a pasar. Lo vimos anoche con lo del caldo de cocción de los garbanzos.
En el recuento del día, Nissy protesta porque no encuentra una de sus bandas de maquillaje, porque se ha estropeado la vitrocerámica, porque alguien se ha puesto su ropa interior y porque le dejan la ropa de la prueba con mayor talla siendo la más delgada de la casa. Son todas ellas situaciones en las que entra en brote, con mayor o menor intensidad. Pero el gran momento llegaría de noche. Me refiero, por supuesto, a su protesta porque han tirado su cena. Esta fue la principal causa de Nissy ayer, y es de justicia reconocer que la razón está de su parte sin ningún género de duda. Resulta que había guardado cuidadosamente el agua de la cocción de los garbanzos. Es lo que ella llamó “sopa” y “mi cena”, con evidente generosidad. Y Colchero, según propia confesión, se lo tiró por el desagüe del fregadero.
Según respondió Colchero cuando Nissy fue a preguntar, lo tiró porque pensaba que era agua sucia de fregar. Pero ese líquido estaba en un tupper, cuidadosamente guardado en un estante alto de la cocina, de tal manera que no había lugar a tal confusión. Si lo hubiera dejado en la misma olla podría perfectamente haber interpretado que era para tirar y al ir a fregar deshacerse de ello. Pero tal como sucedió parece claro que Colchero miente cuando dice que no tuvo mala intención.
Yo creo que Colchero pretendía poner al límite una vez más a Nissy para que luego se sucediera el conjunto de reacciones habituales y cada uno siguiera el patrón establecido. Unos señalando lo molesta que resulta cuando se pone a gritar enfadada, otros recomendándole con condescendencia que no se altere porque las formas le pierden y hace que pierda la razón y, para remate de la situación, alguien termina aconsejándole que mantenga silencio y responda con humildad. Aunque lo que pretenden en realidad es que humille cual animal acorralado.
Lo que ofrece pocas dudas es que no habría necesidad de tanta queja, menos de los consejos y recomendaciones, si no se hubiera producido la acción inicial. No por retorcido es menos cierto que Colchero pone a prueba a Nissy sabiendo lo que va a pasar después. Por tanto, parece claro que está buscando su reacción. ¿Por qué lo busca? No quisiera hacer un proceso de intenciones, pero tampoco haríamos bien olvidando que este formato es un juego de eliminación competitiva donde el infortunio de un concursante puede estar garantizando algo bueno para el resto. En la medida que Nissy siga quedando mal ante la audiencia tendrá más posibilidades de salir en una próxima nominación. Y, por consiguiente, menos opciones habrá de que los demás corran ese mismo riesgo.
Lo dicho anteriormente no quita para que, efectivamente, Nissy se pase ocho pueblos llamando a Colchero “mala sangre”, “mala persona” y otras lindezas. Y que con sus gritos puede poner la cabeza como un bombo a cualquiera, según suele decir Rafa. Entiendo perfectamente que visto desde casa, con la ventaja de poder poner el mute y evitar la saturación que suelen producir sus típicas reacciones, se ven las cosas de forma diferente a ahí dentro. Pero este análisis se vuelve inservible cuando existe la evidencia de que todo es a consecuencia de algo que un concursante hace a propósito. Desde el perfil en Twitter de Colchero se reconoce que lo hizo a propósito, algo de lo que caben muy pocas dudas.
La provocación de Colchero es grosera y carente de gracia alguna. Por eso no es comparable a bromas como la que ayer intentaron, con poco éxito, Laila, Cora, Álvaro y Rafa. Pretendían hacer creer que los chicos estaban meando en un cubo mientras ellas lo grababan. Usaron para ello botellas de agua que iban vaciando para que el sonido ayudase a hacerlo más creíble. Al final parece que fueron descubiertos y no hubo más. Me apoyo en esta anécdota para recuperar algo que hemos visto hace un par de días en el programa nocturno con Sandra Barneda. Me quiero referir a esa singular escena en la que se ve a Rafa metiéndose en un armario para descargar en un florero, o vasija similar.
No lo comenté cuando empezó a circular el vídeo porque me parecía poco reseñable y ayer tenía demasiadas cosas que contar como para encontrarle un hueco a esto. Por otro lado, veo muy normal evitar entrar en el baño si poco antes habían preparado la típica broma del recipiente que deja caer agua cuando se abre la puerta de esa estancia de la casa. La solución no es tan disparatada y consiste en coger un recipiente, buscar un lugar discreto inaccesible para las cámaras y descargar ahí mismo la vejiga. Es mejorable, eso sí, lo que hizo después.
En lugar de vaciar el recipiente en el fregadero podría haber buscado un sitio en el jardín. Por ejemplo, ahí donde están esas flores que tan bien conocemos los espectadores de mitele y mitele PLUS. No es válido cualquier sitio porque lo que se ve en el jardín es un césped artificial y el pis en la moqueta deja un olor no muy agradable. También podría haber utilizado una bolsa de basura, más fácilmente desechable que el frasco de vidrio. Las imágenes están incompletas porque no se ve que luego Rafa limpió el fregadero y el recipiente utilizado. Aún así, le forzaron a tirarlo después de que él mismo contase lo sucedido. Me parece llamativo tanto escrúpulo, más que nada porque no se corresponde con la nula importancia que le dieron a cocinar en las ollas que algunos habían utilizado para asearse en la ducha. O donde Brenda había lavado sus bragas. Una guarrería no justifica otra, pero es que entonces nadie dijo nada, salvo Rafa y Álvaro, siempre en tono de humor.
Quiero comentar esta respuesta en Twitter de una vieja conocida:
No hubiera imaginado tener que aclarar algo tan evidente. Claro que se puede añadir aceite a la masa del pan. Ayuda a suavizarla y también hace más sencillo el amasado. Es ideal, siempre y cuando se tenga aceite de sobra. Cuando se vive una economía de guerra y apenas se tiene que comer, desperdiciar el aceite de oliva para el pan me parece un monumental disparate. Sin aceite se puede hacer un buen pan. Por prescindir se puede hasta de la sal, incluso de la levadura, aunque esto último lo complica mucho. Haber vivido un confinamiento estricto hace algo menos de dos años ayuda mucho a saber que solo es imprescindible la harina y el agua para hacer un pan aceptable.
Sobre lo de la cama de Alatzne, la frase “ella es así” iba dirigida a Carmen.
En cualquier caso, gracias por tan interesantes aportaciones. Tal vez alguien no sabía que no es raro poner aceite a la masa del pan y muchos más desconocerían las otras revelaciones.
Y cambio a esta otra respuesta de la VIP que esta noche entrará en la casa de los secretos:
Debo decir que esto es de lo menos faltón que he encontrado. Creo que la preocupación suscitada entre muchos espectadores no es ningún disparate dada la situación sanitaria en la que estamos todavía. En todo caso, personalmente confío ciegamente en la decisión, siempre oportuna, del programa. Ahora bien, no entiendo que una persona tan impertinente y maleducada como Carmen Lomana pueda aspirar a dar clases de protocolo.
Adrián cogió el teléfono y el reto planteado fue en este caso ponerse 30 camisetas en cinco minutos, una encima de la otra. Lo hizo en cuatro. Le facilitó la labor que las camisetas eran cada vez más grandes.
Nissy parecía ayer dispuesta a darle dos o tres puntos a Cora en contra del deseo de su hermana, junto a la que nomina, que delegó en ella la decisión esta semana con la condición de que no dieran puntos ni a Rafa ni (precisamente) a Cora. “Ella me va a dar a mi tres puntos”, alegaba Nissy. No le falta razón, pero exagera cuando interpreta que su hermana quiere más a Cora que ella. Ahora bien, no es un argumento del todo falaz porque si sigue Cora en la casa hay muchas posibilidades de que Nissy salga en la palestra.
Esta noche tenemos una fiesta, con Carlos Sobera como anfitrión. Casi 1,2 millones de votos están decidiendo si sale Laila, Marta o Virginia. Tras la expulsión asistiremos a una nueva ronda de nominaciones, y una vez más tendrán que resolver un dilema. Volverán a jugar en parejas por ellos mismos formadas. Luego, cada pareja decidirá quién de los dos nomina directamente y quién delega su poder en el familiar o amigo que le esté defendiendo en plató. Y entrará Carmen Lomana, pero no, no voy a apagar la tele.
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