Sofía e Ylenia rompen su amistad de dos días y se nominan mutuamente
No parecía ni medio normal lo bien que se estaban llevando Ylenia y Sofía. Aparte de un mosqueo eventual, que provocó el llanto en Sofía, parecían condenadas a entenderse y dejar atrás viejas rencillas. Así seguía siendo durante la gala, lo cual pudo comprobarse cuando Sofía casi se abría la cabeza golpeándose con una cámara e Ylenia saltaba por encima del sofá para interesarse por su compañera. Sin embargo, llegado el momento de nominar las cosas habían cambiado de medio a medio. Sofía dijo entonces con tono dramático: “No imaginé hacer esto en mi vida”. Tal vez exageraba un poco. Se refería a nominar a su nueva (y fugaz) amiga.
Los tres puntazos de Sofía y Alejandro iban a parar al trío formado por Ylenia, Raquel y Fede. La iniciativa era de Sofía, porque todos sabemos que Alejandro aceptaría nominar a su mejor amigo con tal de complacer a Sofía. Y si ella se lo pide haría mientras tanto el pino puente recitando poesía en turco y describiendo óvalos perfectos con las manos. Ylenia calló cuando Raquel proponía darle también los tres puntazos a Sofía y Alejandro. “La próxima semana decido yo una nominación”, aseguró. Parecía no querer dar la impresión de que ella y Sofía se estaban nominando mutuamente, pero ya digo yo que sí, se nominaron mutuamente.
Posiblemente Ylenia y Sofía necesiten estar enemistadas. En la escenificación de este repentino cambio de relación Sofía contó que Federico había malmetido entre ellas, con la contribución estelar de Alejandro. Parece que el italiano le contó que Ylenia hablaba mal de ella a sus espaldas. “¡Dice que soy una falsa!”, exclamaba con asombro Sofía. Cruz y raya, si tú me llamas falsa yo lo dejo todo… y te nomino. Más extraño hubiera sido al contrario, porque si se han llevado bien estos días ha sido por los esfuerzos que ha hecho Sofía para ello. Ylenia ya se lo advirtió: “No me fío de ti”. Ni de nadie, añadió.
Esta era la guinda de una gala en la que pensaba saber más sobre los huevos de dinosaurio y casi se los vemos a Juan Miguel. Parece que también hay que sujetarlos con dos manos, como hacen con el de la prueba muchas veces. Los dinosaurios y yo somos así, parecía decir el peluquero ante la sorpresa de Carolina. “Eso es uno solo”, decía ella. Juan Miguel no enseña nunca a la vez sus dos testículos para evitar provocar un paro cardiaco. Sin verlo ya impresiona, no quiero pensar cómo será viéndolo.
El impacto de esto último que comento no se me pasó hasta que volvieron a subir la escalera, que haciendo realidad mi sueño del martes todavía sigue en la casa. Mi descenso preferido fue esta vez el de Carolina, que extendía los brazos como Cristo crucificado descendiendo su particular Gólgota. Me estoy persignando por este símil algo blasfemo. Todo sea por la comedia. No era este traspié de Carolina el único ni el primero de la noche. La cosa empezó a ir cuesta abajo para ella cuando Fortu decidió dejarla en paños menores descubriendo la verdad.
La secuencia fue perfecta porque Jorge Javier habló por separado con Carolina y luego con Fortu, ambos en el ‘confe’. En la primera charla ella confesó que no se llegaron a acostar. Recuerdo que dos días antes habíamos escuchado a esta concursante reprochar a Fortu que ya no recuerde lo que hizo. La ambigüedad calculada de Carolina no llegó a concretarse hasta que el presentador le apretó un poco las tuercas. Fue entonces cuando supimos que no hubo nada de nada entre ellos.
No obstante, Carolina siguió manteniendo su versión del profundo enamoramiento que le hizo necesitar ayuda de psicólogos para superarlo. Psicólogos, así en plural porque impresiona más. Como esos tipos poderosos que dejan los asuntos en manos de sus abogados, porque todo el mundo tiene varios a su servicio. Es lo natural.
Imposible cuestionar los sentimientos de nadie. Si Carolina dice que estuvo perdidamente enamorada solo cabe poner punto en boca. Le faltó decir durante los dos días anteriores que fue un amor platónico. Salvo que yo esté equivocado, creo que dio a entender, o dijo de forma explícita, que habían tenido una relación los dos. Anoche negaba ese extremo. El siguiente turno era para Fortu, a quien también tuvo que apretar las tuercas Jorge Javier porque en un principio parecía tener la intención de no dejar a Carolina al descubierto. Hasta que soltó la bomba.
“¿Por qué piensas que Carolina estaba tan seria el martes?”, había preguntado Jorge. Después de resistirse mucho, Fortu explicó que Carolina se puso en contacto con él para proponerle participar en el programa juntos. Si nunca tuvieron una relación sentimental, ¿podían participar como un dúo? No lo dijo, pero está claro que Carolina propuso a Fortu hacer un montaje diciendo que fueron pareja, precisamente eso mismo nos ha estado vendiendo estos días. Fortu desmontando a Carolina, que ya se nos había caído a muchos antes de verla descender a gran velocidad por la escalera terrorífica.
Carolina me hace reír cuando anda de coñas con Juan Miguel, por ejemplo. La escena en la que están los dos partiéndose de la risa en la cocina hablando de Yoli y aparece esta preguntando de qué se ríen me es hasta familiar. He vivido situaciones parecidas y no hay nada más divertido que estar riendo mientras la mayoría alrededor ignora por qué. Yoli hizo lo que no se debe hacer nunca si se quiere mantener la dignidad: preguntar por qué se reían. Eso de “compartir el chiste para que nos riamos todos” es lamentable. Nunca debe uno compartir su risa ni su pluma con nadie que no vaya a darle un buen trato con total seguridad.
La Carolina que me saca una sonrisa es la misma que me deja frío cuando no me creo lo que dice. Y he de confesar que casi nunca me la creo. Ni creo en su apasionado enamoramiento de Fortu ni su ocasional relación con Julio. No sigo rascando en su historial porque no viene al caso, pero es un suma y sigue. Esto la convierte en la concursante que menos me interesa porque no dejo de tener en cuenta que esto es un programa de telerrealidad. Y de real Carolina tiene más bien poco. Al menos sus historias para no dormir. Tampoco me parece de normal muy natural, pero esto es lo de menos. Lo que directamente no tolero es que me intenten vender como cierta una mentira. Y confieso cierta fatiga al tener que estar escrutando todo en busca de separar la verdad de la mentira, como se separa el trigo de la paja.
La otra gran trama de la noche tiene la misma protagonista que la primera: Sofía Suescun. La ganadora de dos realities tiene ante ella el reto de hacer triplete y no está desaprovechando la ocasión. Es verla discutir con Raquel y olvidarme de que fue ella la que provocó el enfrentamiento por algo sin importancia. Y es que me da lo mismo porque al final gracias a esto comprobamos que Sofía sigue en forma y va a ganar casi siempre en una confrontación. La veo con muchas ganas. Sin embargo, Raquel me dio justo la impresión contraria. Me pareció que no mostraba ganas ni gancho alguno. Está menos entrenada, eso es claro.
Está claro que Sofía necesita el conflicto, lo cual puede ir en contra de ella si se nota demasiado. Pero de momento no va a dejar de aprovechar cualquier ocasión, como digo. En su historia con Alejandro los dos parecen igualmente interesados en mantener los rescoldos de la relación. De otra manera no estarían ahí. Pero tras ese interés común veo realidad. Mi detector de mentiras anda con este dúo dando más tumbos que Fortu bajando la escalera engrasada de las pruebas. Ahora sí, ahora no. Parece el polígrafo de un semáforo en ámbar.
La clave de esta trama es que la mayoría nos vamos a sentir identificados en algún momento con lo que cuentan. En ese sentido han sabido dar en la diana de nuestro recuerdo emocional. Cómo no entender a Alejandro cuando cuenta lo mal que se siente oliendo el cuerpo y el perfume de su ex durmiendo a su lado y sin poder recordar momentos mejores. “Con ella he sido más feliz que nunca”, dijo Alejandro, y entonces nos sangró un poquito el corazón a todos. Como en las buenas películas, aquí hay más hiel que miel. Lo amargo te quita de un golpe el dulzor.
“Eres la única mujer de la que me he enamorado verdaderamente. Sigo enamorado de ti”, decía Alejandro. “Verte mal me mata”, respondía Sofía. Y luego confesó haberse quedado en blanco. Alejandro sacó sus propias conclusiones, porque “si se siente algo no se te queda la mente en blanco”. Tal vez demasiado simple para afirmar que es una gran verdad, pero he de decir que lo es. Luego vino el numerito de las lágrimas de Sofía. Me interesa especialmente lo que dijo después Antonio. “No puede mentir la muchacha, se ha echado una ‘pechá’ a llorar”, afirmaba. Pues eso es lo que pasa.
Mientras Sofía y Alejandro ponían en escena algunas de las historias de nuestras vidas, Federico le preguntaba a Ylenia si está operada del culo. Hasta que ella lo niega no se ve la verdadera intención, nada buena, de la pregunta. Federico respondía entonces: “Me lo dijiste la última vez que nos vimos”. No lo veo como conversación de despedida. “Toma, te devuelvo las llaves de tu casa, el rosario de tu madre y, por cierto, debes saber que me he operado el culo”. Casi tan insólito como que Federico guarde esta información desde hace años para sacarla en este preciso momento.
Observatorio de nominaciones
Así nominaron anoche:
Irene y Kiko > Julio, María Jesús y Carolina (1) > Yoli y Fortu (3)
Yurena y Juan Miguel > Sofía y Alejandro (1) > Yoli y Fortu (3)
María Jesús, Carolina y Julio > Yoli y Fortu (1) > Ylenia, Raquel y Fede (3)
Candela y Antonio > Yurena y Juan Miguel (1) > Yoli y Fortu (3)
Sofía y Alejandro > Candela y Antonio (1) > Ylenia, Raquel y Fede (3)
Ylenia, Raquel y Fede > María Jesús, Carolina y Julio (1) > Sofía y Alejandro (3)
Yoli y Fortu > Candela y Antonio (1) > María Jesús, Carolina y Julio (3)
Nominados provisionales y definitivos: Fortu, Yoli, Fede, Ylenia y Raquel. Irene y Kiko ganaron la prueba de jefes de la casa, por lo cual no solo fueron inmunes y dormirán esta semana en la suite sino que anoche podían utilizar el poder del intercambio, sacando un dúo (o trío) de la nominación y metiendo a otro. No lo hicieron.
Ya pueden pensarse bien las nominaciones antes de la noche del próximo jueves, porque a la mayoría les costó un triunfo ponerse de acuerdo para nominar. Los más desavenidos son Ylenia y compañía, precisamente a ellos les costó más. Ya avisé ayer de que Fortu y Yoli se llevarían bastantes nominaciones. Menos previsible era lo del trío, que no hubieran salido a la palestra sin los 3 puntos de Sofía.
La cosa podría estar entre Federico y Yoli, aunque repito lo dicho el miércoles: la satisfacción de echar a Raquel por tercera vez es grande. Pero no creo que lo merezca. De momento, sigo esperando que espabile y podamos disfrutar de la concursante que nos dejó con ganas las dos veces anteriores. El mano a mano con Sofía da cierta pereza, pero también tiene morbo. A Ylenia y Fortu les veo fuertes de momento, y entre los otros dos creo que interesa más mandar a casa al mueblaco Federico.
Yoli parece demasiado retraída, pero puede sorprendernos. Además, quiero que esté en la casa cuando estalle la trama de Carolina y Fortu. Estoy totalmente convencido de que ella lo hará estallar en cualquier momento, pero igual no todavía esta semana. Por su parte, Federico puede seguir soltando puyitas contra Ylenia, lo cual tiene aún menos interés que ver a Kiko con peluca en un jacuzzi (sí, esto ha sucedido).
Moleskine del gato
¿Por qué se molestaron tanto algunos concursantes por haber sido nominados por otros compañeros? ¿Cuándo aprenderán a no preguntar ni confesar a quién han nominado? ¿El moño de Yurena es real? ¿Se puede ser más cuñado que Antonio? ¿La risa de Juan Miguel seguirá haciendo gracia dentro de un par de meses? ¿La frase “cuando te diga perrito mueves el rabito” fue pensada para Alejandro? Estas y otras preguntas puede que tengan respuesta en posteriores entregas de estas crónicas.