Kiko da la cara y El Cejas se esconde
Kiko está haciendo todo lo posible por ser el villano que debe haber en cada Gran Hermano, pero acierta solo a medias. Su traición a Mila tiene luces y sombras, aunque he de reconocer que ha jugado fuerte, arriesgando más de lo que es habitual. Es de agradecer su apuesta en comparación con la de tantos concursantes cuyo proyecto es esconderse entre la mayoría, dejar pasar el tiempo y destacar lo menos posible. En el lado negativo está su desagradable chulería y que la audiencia siempre castiga la traición.
Kiko ha dado la campanada porque nadie esperaba que moviera ficha el jueves de la forma que lo hizo. Si hubiera compartido su proyecto con la audiencia, dando muestras previamente de su intención de ir a por la emperatriz (como la llamaba Hugo), no habría sido arrastrado por lo que tiene de negativa la estética de la traición. Lo que ha hecho es visto inevitablemente así, como una puñalada por la espalda. Y bien podemos someterlo al test del pato, del que siempre hablo. Si parece un pato, nada como un pato y grazna como un pato, entonces probablemente sea un pato. La traición está servida.
Otra cosa hubiera sido si Kiko da alguna pista previamente. Por ejemplo, si reserva para Mila el punto que dio a Noemí, complementando su nominación a Dinio (2 puntos) y Adara (3). En tal caso hasta habría hecho pleno de nominados finales. Imposible no reprocharle su incapacidad de nominar a la cara a Mila y que luego la meta en la terna cuando es llamado al ‘confe’. Aunque Kiko era consciente de que Mila se enteraría bien pronto, tal como sucedió anoche mismo. En cualquier caso, solo podía quitarse de encima esa losa de la traición dando la cara y asumiendo lo realizado con todas sus consecuencias. Y he de reconocer que ha hecho precisamente esto.
Kiko ha dado la cara, planteándole a Mila una guerra sin cuartel cuyas consecuencias no es posible prever. Todo lo contrario de lo que ha hecho El Cejas, hipócrita y sin personalidad, pidiendo perdón por lo que considera un error. Esto pensaba anoche, porque el viernes bien que reía cuando acordaba con Kiko las tareas de la casa y decidían asignar a Mila y Adara la limpieza de los baños. Luego Kiko decía haber escuchado a Mila afirmar que iba a “convencer a todo el mundo para que me nominen”, a lo que apostillaba: “Y lo que no sabe es que está nominada”. Más risas de Kiko y El Cejas. En ese momento no había rastro alguno de arrepentimiento por parte de este.
A pesar de que no trago las formas chulescas de Kiko, prefiero su actitud valiente que la temerosa de El Cejas. Su juego es lícito, aunque arriesgado. El Cejas se deja primero arrastrar por Kiko y luego se arrastra ante Mila. Cuanto más se hace el machito más hay que cambiarle el pañal. Anoche fue incapaz de reconocer que ha faltado repetidamente al respeto a Adara. Lo negaba una y otra vez, pero la verdad es que el sábado fue a reclamarle la tarea y ella respondía que haría los baños cuando quisiera. De inmediato fue El Cejas a contárselo a Mila y dijo: “A esta le faltó oxígeno al nacer”. A ver qué otra cosa es esto si no es faltar al respeto.
En mi escrito del jueves pasado preveía que Kiko era candidato a heredar el rol de concursante polémico y odiado, que hasta ese momento correspondía a Hugo. Lo expresaba así: “A poco que vaya bajando el protagonismo de Hugo en la casa, bien porque sea expulsado o porque decida tranquilizarse un poco, puede ser Kiko quien le sustituya como objeto de las críticas de sus compañeros, particularmente de ellas. Ya he visto gestos y miradas de desaprobación. Pero de momento se está yendo de rositas”. Pues bien, al final es El Cejas quien se ha ido de rositas.
Mila anoche se acordaba de Hugo, en este caso para bien. No han dejado de hablar del último expulsado desde el jueves, pero hasta ahora nunca había escuchado algo positivo, como lo afirmado por Mila. “Cuando vea a Hugo en plató me voy a abrazar a él y le voy a decir ‘ven aquí, ven aquí, que eres muy grande’. Qué equivocada estaba. Que vuelva aunque sea de sargento. ¡Repesca!”. Este repentino apoyo y reconocimiento une a los dos enfrentados desde anoche, porque Kiko repitió al menos una docena de veces que Hugo tenía razón. Después de muerto (virtualmente) la cebada al rabo.
“Yo sé quién eres y cómo eres”, le decía Mila a El Cejas mientras se fundían en un abrazo. No sé si hubiera hecho lo mismo Mila de saber que el discurso exculpatorio en el que calificaba de “error” la decisión de meterla en la terna de nominados lo había elaborado Kiko. El Cejas se limitó a repetir de forma milimétrica lo que le había sugerido Kiko. Ese es El Cejas, concursante sin personalidad que necesita tener un guionista. Pero ante Mila le está funcionando tener una doble cara. Esta debería valorar que Kiko no haya reculado y sea consecuente con sus actos. Pero ya le ha hecho cruz y raya. Ahora por lo menos algunos dejarán de dar por bueno todo lo que haga este concursante.
Hasta ahora todo lo de Kiko era aprobado por la mayoría, aunque está claro que se ha estado limitando a criticar, comer, tomar el sol y en los últimos días a mandar. Eso parece que le gusta. Algo megalómano parece por el curioso concepto que tiene de lo que significa ser jefe de la casa. Se proclama “jefe supremo”, en detrimento de El Cejas, a quien califica de “líder de mentira”. Y compara ser jefe de la casa con gobernar un país, por lo que reclama la condición de aforado, inmune ante la injusticia. “Nosotros nos limitamos a ordenar y ellos a obedecer”, ha llegado a afirmar.
Kiko y El Cejas se comprometieron a ayudar a todos en sus tareas, pero no lo han hecho. “Si alguien falla nosotros estaremos allí”, dijo Kiko. Pero donde ha estado es tomando el sol. Ayer Alba se quejaba por esto a El Cejas. Este fue a transmitirle a Kiko la queja y solo le importó saber quién había opinado así. Los jefes de la casa están descansando durante su mandato. Y disfrutando de imponer sus caprichosas condiciones a los demás. Quieren decidir no solo quién hace cada tarea, también a qué hora y cómo deben hacerla. Se han emborrachado de poder.
Los jefes de la casa justificaron de forma absurda poner a Mila y Adara juntas en la limpieza de los baños aludiendo a un supuesto objetivo de “limar asperezas y acercar posturas”. Como si fueran ellos quienes deban decir quién y cuándo debe resolver sus conflictos. Lo que han buscado es provocar, justo aquello de lo que acusaban a Hugo. Y no han tenido en cuenta que Mila dobla o triplica la edad de muchos en esa casa, a pesar de lo cual ha demostrado una disposición al trabajo por encima de la mayoría. Darle una de las tareas más duras era una crueldad innecesaria. Eso me parece mucho más importante que ponerla con Adara porque el conflicto entre ellas solo ha tenido un motivo y se llama Hugo.
El conflicto entre Mila y Adara no ha sido otra cosa que el rechazo hacia esta última por llevarse bien con Hugo y formar parte del trío del búnker (también llamado ‘team uva’). Por eso no me extraña que estas dos concursantes puedan ahora aliarse. Les motivará a hacerlo haber escuchado los aplausos de plató y leer un tuit de anoche mismo (que ni siquiera era una pregunta) proclamando de manera precipitada el nacimiento de “Milara”. Veremos hasta qué punto les une la traición de Kiko. Adara fue la primera en afear la conducta a este concursante, poniéndose del lado de Mila, pero esto no quiere decir que vayan a cambiar sus alianzas.
Prefiero a Adara concursando sola y animando junto a Dinio las fiestas, mientras todos los demás miran aburridos. Mila verá bien una alianza con Adara porque puede beneficiarse del gran apoyo que esta tiene. Sin embargo, a Adara no creo que le pueda venir bien este plan. Mila puede convertirse en una rémora para ella y terminar arrastrada a su lado al pantano de la tristeza. Haría bien Adara en huir de la negatividad que le puede transmitir Mila. Hay algo en lo que no le falta razón a Kiko, aunque suene a excusa. Mila ha dicho innumerables veces que se quería ir. No debería molestarla tanto que le hayan facilitado la salida.
Sí entiendo que a Mila le haya dolido ver cómo casi toda la casa conocía la decisión de Kiko y El Cejas y ella se enteraba anoche en el Debate. Patético me pareció el disimulo durante todo el fin de semana y más lo de anoche. Mintieron como bellacos, desde Estela hasta Antonio David. Y, por supuesto, Kiko. Estela no escuchó desde ‘los pajaritos’ (el sitio donde fuman) lo que había sucedido. Se lo dijo con gestos y miradas Kiko, como se pudo ver perfectamente anoche. Luego se abrazaban durante una publicidad porque Estela le había exculpado. Buen intento, pero lo hemos visto todo. Los concursantes seguirán desobedeciendo la indicación de no decir nada mientras que esto siga sin tener ninguna consecuencia. Como espectador lo lamento enormemente.
Corea central
Gianmarco ha pasado el fin de semana de flor en flor (de pica y flor, picaflor), como diría Nuria catando caldos (de cata y caldo, catacaldos). Le he visto hablar con Estela, Irene, Alba, Adara y Mila. Y a todas, menos a Mila, hacía ojitos. Cómo me cansa que se vea obligado a mantener esa imagen de italiano conquistador. Esa es casi su única labor, incluso descuidando la tarea que los jefes le han encomendado. Lo más divertido es que la cosa puede terminar en frustración, porque no tiene pinta de avanzar con ninguna. Quizá por eso parece apuntarse al carro de Kiko. Algo es algo.
El otro día mencioné el motín de la Bounty y parece que hubiera llamado a que algo así sucediera en la casa. Estela propuso que se amotinaran durante la fiesta del viernes. Antes de la medianoche estaban planeando irse a dormir. Solo Adara y Dinio seguían bailando, ajenos al aburrimiento y los planes de rebeldía del grupo. Les debieron dar un toque porque desistieron de acostarse, pero el siguiente plan fue mucho peor. “Si hacemos un motín y entramos todos en las habitaciones”, propuso Estela. “¿Qué va a pasar? Apuesto por el motín”, insistía. El Cejas fue más sensato haciéndole ver que los motines no se anuncian a los cuatro vientos. Al menos los hombres de Fletcher Christian se amotinaron en el siglo XVIII porque habían descubierto un mundo nuevo: Tahití y sus mujeres. Estos se quieren amotinar de puro aburrimiento.
Moleskine del gato
Los porcentajes ciegos estaban así al final del Debate: 71,9 %, 18,6 % y 9,5 %. Se movieron un poco desde el comienzo del programa, momento en el que estaban así: 76,9 %, 14,5 % y 8,6 %. Está claro que la incipiente idea de una alianza ‘Milara’ convenció a unos cuantos y por eso bajó el porcentaje mayor.
Es muy cansado ver a concursantes intentando vender sus montajes. Mucho más que haya alguien dispuesto a comprar. Kiko intentó hacernos creer que está preocupado por si Sofía se quedó embarazada en Maldivas. Y ahora quiere hacer como que da celos a Sofía con Estela, de quien dice que le pone nervioso. Los esfuerzos por meter a Sofía en la casa son evidentes. Casi tanto como que la relación entre los dos es puro artificio. Por otro lado, Joao dice que ahí dentro quiere dejar a un lado las cosas de fuera. Además, Pol le ha pedido que no hable de él. Por eso habla de Pol y, sin venir a cuento, revela su infidelidad con un viceverso hablando con Adara. También quiere meter con calzador a Pol. Como bien dijo el viernes Joaquín Prat: “Los montajistas no nos engañan”.