Naomi Asensi pudo con "me encanta la Jessi"
Hacía falta reivindicar que la final no era solo de “me encanta la Jessi”, porque también estaba luchando por ganar una concursante con nombre propio. Sería inacabable el listado de razones por las que Naomi Asensi merecía el maletín más que Luitingo. Por poner algo, al menos la ganadora no necesitó apoyarse en nadie durante la final. Ni siquiera arremetió contra Laura Bozzo, consciente de que no se debe hacer leña del árbol caído. Sin embargo, Luitingo utilizó a Jessica Bueno como un señuelo, esperando pescar en su caladero de votos.
La final que vivimos anoche nos deja una enseñanza y la confirmación de algo ya sabido. Esto es que Gran Hermano VIP lo gana siempre una mujer. Así ha sido en las ocho ediciones habidas, sin que aparente haber otra pauta repetida. Hubo una francesa, una mexicana, una americana de Seattle y una peruana, pero también varias españolas, como Naomi. Al igual que las edades y formaciones son distintas. Lo único repetido siempre es que son mujeres. La enseñanza es algo que a mí también me sirvió como confirmación, no así para la mayoría: con el triunfo de Naomi Asensi hemos comprobado que Jessica Bueno no tenía tanta fuerza como muchos le habían supuesto.
Nos hemos pasado semanas dando por seguro el poder de Jessica. Se le suponían muchos seguidores y muy fieles. Muchos dieron a Luitingo como seguro ganador por contar con el apoyo de esta exconcursante, además de por concentrar el voto de los seguidores de todos los que fueran componentes del equipo azul, aunque ellos siempre negaran que existiera tal equipo. Lo sucedido durante todo el concurso hubiera valido para descartar el poderío de Jessica y la capacidad de concentrar el voto de los azules. No en vano, la mayoría salieron con un porcentaje de votos en torno al 80 por ciento. La capacidad de ese conjunto de exconcursantes para hacer ganador a nadie era más que discutible.
Pero es que la propia Jessica Bueno salió expulsada en duelo contra Pilar Llori. Si tenemos en cuenta que Jessica perdió y Luitingo ganó contra Pilar, él sería más fuerte ante la audiencia votante. Ni Jessica ni los azules han sido capaces de hacer ganador a Luitingo, aunque tienen como excusa que al no ser una mujer tenía de partida vedado el acceso al premio. Luitingo quedó segundo con un 43 por ciento de los votos frente al 57 de Naomi. Una diferencia relativamente corta que podría haber sido mayor si el programa hubiera sido con el cantante tan prolijo y diligente a la hora de sacar sus meteduras de pata del mismo modo que lo hicieron con Laura Bozzo. Si el objetivo fue proteger al concursante, me parece que hubiera estado más justificado aplicar tal criterio a la concursante sobre la que descansó casi toda la edición.
Luitingo tuvo la suerte de esquivar algunos de sus gestos más feos
En las últimas horas hubo motivos para que la final comenzase con actitudes censurables en Luitingo. Me refiero a sus críticas a la peluquera que el programa mandó a la casa para que estuvieran guapos en la final. Dudar de su profesionalidad es un gesto feo de Luitingo. Peor me pareció su burla a una de las personas que salían en el vídeo con desconocidos seguidores que le apoyaban, visto durante la semifinal. En el trascurso del programa, Luitingo decía haber sentido pena por uno de esos seguidores porque parecía que le habían despertado para grabar el vídeo. ¡Cómo de mal vería el comentario Jessica que le tuvo que frenar para que no siguiera en esa línea! “Tú tienes que agradecer que te hagan esos videos”, le dijo, mientras los demás le explicaban que igual lo había grabado mientras sus padres dormían y por eso no hablaba alto.
He tenido durante estos tres meses largos la sensación de que Luitingo iba sorteando quedar en evidencia por comentarios que la audiencia suele repudiar. Está visto que no lo ha sabido aprovechar. Tampoco la ultraexposición en el canal 24 horas durante los últimos días. Carmen Alcayde llegó a hacer la broma de llevar a Albert Infante al sofá donde estaban Luitingo y Jessica para que pidiera el voto delante de ellos y así garantizar que saldría. Habían apreciado que las cámaras estaban centradas todo el rato en la pareja. También esto debería servir como lección aprendida de que una excesiva exposición en la emisión en directo no beneficia necesariamente, si es que no puede llegar a resultar perjudicial.
Tras saber que Albert era tercero tuve la sensación de que la posición de los cuatro últimos finalistas estaba invertida de acuerdo con mis gustos personales. Hubiera hecho ganadora a Laura, en segunda posición Albert, y a partir de ahí me es indiferente si venía Luitingo o Naomi. Me da igual quien ocupara el tercero y cuarto puestos, aunque para ganar me parece obvio que lo merecía más la valenciana. Al final triunfó el equipo naranja, a pesar de haber colocado a cuatro de los seis finalistas, lo cual se entendía como una desventaja, incluso un hándicap, al dividir el voto entre varias personas. De los azules solo estaban Luitingo y Michael, y este último era un cadáver muy evidente. No obstante, del equipo naranja ha ganado posiblemente la concursante que menos se lo ganó.
Naomi Asensi fue la concursante del equipo naranja que menos merecía el triunfo
Naomi Asensi ganó con poco esfuerzo, habiendo estado en la casa solo 67 días (frente a los 97 de Laura Bozzo). Como curiosidad, ninguno de los concursantes de esta edición permaneció en la casa los 98 días que esta duró. De los tres finalistas hubo dos que fueron repescados, y la ganadora entró un mes después del comienzo. Pero es que Naomi tampoco se ha dejado las pestañas para hacerse con el triunfo. Tuvo una actitud bastante pasiva en sus primeras semanas, una pasividad que mantuvo después la mayor parte del tiempo. Tras semanas en que se maquillaba y solo cambiaba de actividad cuando debían pactar las nominaciones. Luego despertó durante las galas y resto de emisiones nocturnas, que aprovechaba para destacar las contradicciones de Laura.
Naomi ha vivido la mayor parte de su concurso valorando lo que hacía mal la fundadora del team al que ella se había unido desde la noche que entró. Está claro que Naomi llevaba información valiosa del exterior. Por ejemplo, sabía que los naranjas eran claros favoritos. No hacía falta ser un lince para darse cuenta. Desde dentro lo podían intuir al ver las expulsiones de cada semana, pero no es lo mismo una presunción que tener la más completa confirmación. Esto le valió a la valenciana para unirse al grupo fuerte. Pero también para llevar grabado a fuego quien era su principal rival: Laura Bozzo. Esta era la líder del team y la concursante más fuerte durante dos meses, por lo menos.
El problema de Naomi no es que se perdiese un tercio de concurso, aunque por eso anoche hubo de saludar a muchos concursantes a los que nunca conoció. Esto no hubiera sido grave si lo llega a compensar con una actividad parecida a la que tenían Laura Bozzo o Carmen Alcayde. Lejos de esto, Naomi Asensi prefería ir despacito, dejando que sus compañeras se fuesen quemando para emerger el último mes. Es decir, de los tres meses que duró esto no existió en el primero, estuvo ausente en el segundo y solo supimos de ella en el tercero. Es una simplificación, pero se corresponde bastante con la realidad. Naomi ha llegado a la final descansada, con poquísimo desgaste en comparación al de los otros finalistas. Desde luego, a años luz del que pueden atesorar los demás miembros del team naranja.
Albert Infante y el saber perder
Como pasa siempre, se le puede dar la vuelta a lo que yo destaco como algo negativo y decir que Naomi ha sido inteligente o especialmente talentosa al haber logrado el triunfo con tan poco esfuerzo. Y así visto esto también es cierto. Al menos supo afrontar la final con el hacha de guerra enterrada. Solo la tuvo que recuperar del suelo cuando Luitingo sacaba los pies del tiesto. Nunca contra nadie del team naranja. Es más, todo el team terminó votando y cantando su himno, con Laura Bozzo cogida de la mano de Naomi.
También me pareció admirable el buen perder de Albert Infante. Recibió la noticia de su tercer puesto con una sonrisa que revelaba su convicción de que iba a pasar eso. Todo lo contrario a lo que fue la experiencia de Luitingo y Naomi, que no llegaban a creerse estar viviendo la final en esa posición privilegiada de disputarse el triunfo. Como ellos mismos reconocieron, les costó asumir que uno estuviera a punto de llevarse el maletín. Y esto se me antoja como lo más característico de la final que vivimos anoche. Una final entretenida en la que los dos candidatos al premio no podían creer que este fuera para uno de ellos. En esto coincido con ellos completamente.
Moleskine del gato
Como cosa aparte de la final, anoche presentaron a los dos primeros concursantes oficiales de Gran Hermano Dúo. Son Elena Rodríguez (madre de Adara Molinero, que estaba en plató para entregar el maletín a la ganadora) y Luca Onestini. ¿Se puede ya votar para expulsar a Onestini? También se pudo ver un precioso vídeo homenaje a Pedro Piqueras, que un rato antes se había despedido de la audiencia poniendo fin a su carrera diciendo gracias. Una contradicción, porque somos nosotros quienes debemos darle las gracias a él.
El jueves próximo habrá debate final, aunque dadas las fechas me parece que nosotros nos leemos, y nos vemos, a partir del 12 de enero.
Último Moleskine de la temporada, con algunas reflexiones en torno a la final de anoche. ¡Y ya no estoy!