Nadie se esperaba que Laura Bozzo no estuviera en la final
Sorprende ver a Luitingo en la final y no a Laura Bozzo. No porque aquel fuera del equipo azul, extinguido en la casa de Guadalix de la Sierra hace eones (en realidad, el domingo salió Michael, último vestigio). La sorpresa viene porque Laura ha tenido el apoyo de la audiencia durante meses y a Luitingo lo expulsamos una vez y en la repesca no estuvo entre los dos más votados. Si ha llegado hasta aquí no es por la decisión de la audiencia sino por el capricho de Jessica Bueno, quien quiso gastar un dinero del premio final para que no se fuera.
Luitingo llega a la final gracias a los votos de la audiencia, pero después de que esta decidiese dos veces mandarlo a su casa. Además, pasó unos días fuera de la casa, descansando y acumulando información. Mientras tanto, Laura Bozzo seguía en la casa sin descanso, víctima de intoxicadores profesiones como José Antonio Avilés. Los otros dos finalistas tampoco han estado tanto tiempo aislados en la casa como Laura Bozzo. Albert Infante también fue expulsado y posteriormente repescado, solo que fue el más votado para volver a la casa. Y Naomi Asensi entró un mes más tarde, aproximadamente. No voy a insistir en esto porque el tema del Moleskine de hoy (video al pie de este escrito), pero esto que tanto ofende a Naomi es una realidad incuestionable: Laura lo ha tenido más difícil que los otros tres concursantes que llegaron a la semifinal.
A lo dicho podemos añadir que Laura tampoco lo tuvo fácil al estar permanentemente expuesta, algo de lo que solo fue responsable ella misma. Su maniobra en la última subasta fue perfecta para generar contenido, sacarse de la manga un debate especialmente interesante y que el programa anulase las votaciones y acusase a la diva de tramposa. Todo a favor del espectáculo, pero en contra de ella. Laura fue la misma desde el primer día, pero después de dos meses algunos de sus compañeros habían tomado conciencia de que solo tendrían algo que decir en el concurso si lograban tumbar a esta incombustible compañera. Si a esto unimos la información del exterior tras pasar semanas fuera tenemos un cóctel explosivo que fue estallando en las manos de la estrella de la televisión latinoamericana.
Poco airada me pareció la respuesta de Laura Bozzo a su eliminación
Quiero decir que Laura Bozzo lo tuvo todo en contra porque sus rivales tuvieron un tiempo para refrescar sus mentes y regresaron a la casa con suficientes claves para ir a tocar el talón de Aquiles de la diva. Tampoco tuvo todo el apoyo que era de esperar por parte de algunos de los más destacados opinadores del programa. Que una voz autorizada, haya sido gran hermano o no, retire su apoyo a Laura con la peregrina justificación de que ha cometido errores viene a ser como vender todos los discos de tu cantante preferido tras sus primeros gallos. Cualquiera diría que estaban deseando hundirla. De poco valen las lamentaciones de anoche.
Me siento, una vez más, raro disfrutando con el brote de ira con el que dejó Laura Bozzo la casa anoche. No pidió su pasaporte esta vez, pero sí exigió recoger ella su ropa y ser conducida directamente al aeropuerto. Por suerte no fue así y pasó por plató, como todos los exconcursantes. Hablando con Marta Flich aseguró que tiene una oferta de otro canal de televisión donde espera empezar en enero. ¿No me digan que no es maravilloso? El enfado era tan monumental que a los pocos minutos de salir de la casa poco más o menos que ya era una estrella en la programación de otra cadena. No remató la información haciendo un corte de mangas, pero seguro que ganas tuvo de hacerlo.
Podemos ir de dignos y criticar la actitud poco considerada con la audiencia al abandonar la casa con tal enfado que parecía desear prenderle fuego a todo. Lo cierto es que hubiera sido poco fiel a ella misma haciéndolo de otro modo. Donde algunos ven mal perder yo aprecio una proverbial coherencia. Esta es la Laura Bozzo que hemos conocido y tanto celebramos. Esto es como cuando a Alex Caniggia le pedíamos que dejase el importe del premio a cero y cuando Laura Bozzo casi lo hace la criticamos por estar jugando con el dinero de los demás.
Vimos las curvas de la vida de los cuatro finalistas
Primero supimos que Albert Infante estará en la final, lo cual celebro sinceramente. De no ganar Laura es Albert quien más lo merece. Igual que diría con Laura finalista y Albert cuarto clasificado, nada podía beneficiar más a la Infanta que no llegar al último día de concurso junto a su madre virtual. Con Laura en la final habría acaparado los votos, no dejando ganar a nadie más. También al contrario, de manera que a ambos hubiera perjudicado ser finalistas juntos. Luitingo fue el segundo en saber que estará en la final y, visto lo visto, me temo incluso que pueda llevarse el premio. A Naomi le tocó vivir un pequeño duelo con Laura y se despidieron de mala manera, aquella acusando a esta de haberla echado mientras la finalista le recordaba que no vale todo.
Los jefes de campaña acompañaron a sus defendidos hasta el final de la gala, aunque estuvieron un poco de más. Solo Jessica tuvo cierto protagonismo, nada comparado con la atención que ella y Luitingo han concentrado en la emisión del canal 24 horas. Tanto es así que por momentos parecía no haber nadie más en la casa. La realidad es que eran en ese momento cuatro finalistas, que por igual se estaban disputando un premio. Jessica reconoció sus sentimientos por Luitingo, lo cual significa que se ha pasado meses engañando a la audiencia.
Reconozco que me pareció extraño el protagonismo de Jessica en una semifinal donde estaba de convidada de piedra, como jefa de campaña de uno de los finalistas. Ella salió incluso en la curva de la vida de Luitingo, la menos interesante de los cuatro finalistas. La única que logró emocionarme fue la curva de Albert, como él mismo dijo “la vida de una travesti”. Este concursante tiene una magia poco frecuente y trasmite siempre realidad. Sin forzar el drama, el resumen de su vida casi me hace llorar.
Albert desmonta el maniquí con su vestido de esta noche
Para esta noche queda el último plato fuerte de la edición. Albert, Naomi o Luitingo se harán con un maletín que anoche era enriquecido con una prueba en la que los finalistas y sus jefes de campaña lograban sumar 25.000 euros, con lo que el premio final asciende a 70.600 euros. Anoche pudieron ver los trajes para la final proporcionados por las familias, lo cual evita disgustos por no coincidir con los gustos de cada uno. Luitingo no lo pudo ver porque la prueba lo indispuso, pero sí lo hicieron Naomi y Albert. Este último desmontaba el maniquí con su vestido, que quedaba desparramado por el suelo. Como buen discípulo de la diva Laura Bozzo, no desperdició la ocasión para dar algo más de espectáculo.
Moleskine del gato
Esta noche tenemos una fiesta. La tristeza porque sea la última se disipa cuando pensamos que en enero volverá la fiesta. Mañana estaré aquí para comentar la final, pero quiero aprovechar para dar las gracias a todos por seguirme y, muy en particular, por ver estos vídeos de mi Moleskine. Es una nueva aventura y me complace mucho que me hayáis acompañado de manera tan generosa durante estos tres meses largos. En enero nos seguimos leyendo (y viendo).
En mi Moleskine de hoy reflexiono sobre los cambios de criterio de la audiencia, algo que está en el trasfondo de la polémica sobre si debe ganar GH VIP un concursante repescado.