Hoy comienzo a publicar los ya clásicos daguerrotipos, perfiles de los finalistas bajo mi particular mirada y forma de pensar. Voy a empezar por Luitingo, uno de los seis finalistas que he llegado hasta ahí a pesar de los esfuerzos de la audiencia votante por impedirlo. Luitingo acusó a Pilar Llori de estar obsesionada con él, pero a la mínima aprovecha para hacer un comentario que la deje en mal lugar. Pilar ha merecido las duras críticas hechas a su maniobra de renunciar a ser jefa de campaña de Albert Infante, pero por parte de Luitingo está clara su intención de no dejar pasar la ocasión de tirar por los suelos a quien fuera su pareja en la casa.
Hablé ayer del inadecuado comentario que le hizo Luitingo a Pilar, por lo cual esta se marchó de la sala de expulsiones sin siquiera saludar. Pensando en aquellos que no lo vieron en directo al comienzo de la extensión del debate solo para abonados, aquí tenemos el vídeo de esas imágenes. Un vídeo que puede ser importante para valorar al protagonista de mi primer daguerrotipo de la temporada. Ahí va el vídeo.
Si hubiese sido del todo sincero el gesto de Naomi Asensi renunciando a que Pilar Llori se convirtiese en su jefa de campaña después del mal gesto que había tenido con Albert Infante no estaría deseando anoche que la audiencia se decantara por esa concursante para convertirla de nuevo en su defensora. Estaba arrepentida de ser tan justiciera, ya que eso había supuesto perder a una jefa de campaña que la defenderá con convicción. La explicación que le dio Pilar es tan inconsistente que cualquiera con espíritu crítico se lo hubiera discutido. Pero ya está visto que la killer Naomi solo aparece cuando le conviene.
Dice Pilar que cambió la defensa de Albert por la de Naomi porque está no tenía nadie más que pudiera dirigir su campaña. Pero con su elección de Susana se demostraba que eso no es cierto. Sin embargo, Albert sí que no tenía otra opción. De manera que nadie ha pensado en el pobre de Albert, perjudicado real por la decisión de Pilar. De todas formas, quien merece un castigo seguro es Naomi. Igual que Carmen Alcayde debería salir cuanto antes por decirle a Luitingo: “siempre te he querido mucho”; Naomi tendría que sufrir un castigo semejante por haber afirmado en la casa: “yo no veo películas de más de cinco años por la calidad de imagen”. Que alguien deje de ver ‘Vacaciones en Roma’, ‘El gran dictador’ o ‘Casablanca’ porque tienen bastantes más que cinco años me parece casi delictivo.
Luitingo es un caso excepcional de concursante que llega a la recta final contra la voluntad de la audiencia, no tan soberana en esta ocasión. Fue expulsado una vez y entre los tres candidatos a la repesca que vivieron unos días en la casa fue el menos votado, por lo que debió volver a casa rechazado por la audiencia de nuevo. Si está en la casa es por los 5.000 euros que gastó Jessica Bueno del premio final. Que lo recordase ayer Laura Bozzo no es sino un ejercicio justo de memoria. Ya sabemos que ella también intentó llegar a la final ganando una subasta e independientemente de la decisión popular, pero el destino quiso que su puja quedase anulada, por lo que no es válida la comparación.
Ni siquiera haber cambiado de carpeta le valió a Luitingo para que la audiencia aprobase su vuelta a la casa. Me inclino a pensar que más bien le pudo perjudicar. Pero su destino era quedarse para ver si prosperaba esa segunda carpeta, lo cual tampoco sucedió. Y es que Luitingo ha empleado de forma repetida el método de intentar prosperar en el concurso gracias a hacer carpeta con quien se dejase. Pilar Llori fue la primera incauta que cayó en sus redes. Cuando ambos estaban fuera del concurso surgió la posibilidad de volver repescados y les interesó igualmente el guion pergeñado por el cantante. Pilar era dejada en directo en el plató del debate porque Luis había quedado prendado de Jessica Bueno en los días que estuvo en la casa tras ser expulsada Pilar.
De no ser por esta enrevesada e inesperada trama no creo que hubiesen sido repescados ninguno de los dos. A Pilar le valía para presentarse como la víctima del mujeriego Luitingo. La realidad es tozuda y a nadie importa si este concursante ha estado enamorado de tres mujeres diferentes entre los meses de agosto y noviembre. Aparte de que nunca habló de amor cuando mencionó a su novia de pocas semanas, ni respecto a su relación con Pilar en la casa. Si por algo no se puede acusar a Pilar de haber utilizado esta historia para ser repescada es porque Luitingo hizo lo mismo. La única diferencia es que ella recibió el innecesario castigo de la humillación por la manera de dejar la relación. Por lo que sea, Luitingo consideró que su decisión debía tener máxima difusión.
Con razón fue bautizado como ‘Mr. Carpet’ por Pilar. Luitingo no ha sido capaz de armar un concurso por sí mismo, sin depender de una mujer a la que unir su destino. Como si dijera: no sin mi carpeta. Si Jessica hubiera querido, con ella también habría tenido una carpeta amorosa, en lugar de ese híbrido mal gestado que está entre los deseos de convertirla en su novia y la rotunda reticencia de una Jessica que parecía desearlo sin querer permitírselo. Triste en cualquier caso que Luitingo no fuera capaz de defender solo su concurso, sin dependencia alguna de otra persona.
Quitando sus historias sucesivas con dos mujeres, el concurso de Luitingo se desdibuja hasta desaparecer por completo. Pocas veces me ha costado más que esta trazar el perfil de un concursante porque su única razón de ser ha sido una relación bastante tormentosa con Pilar y otra más bien inclasificable con Jessica. Luitingo ha jugado la carta de la carpeta con la misma convicción absoluta que la del buen rollo. Pretendió en todo momento mostrarse como un chico tan alegre como humilde, pero a la mínima ha mostrado la patita.
Las desafortunadas palabras a Pilar en la sala de expulsión que encabezan este escrito no fueron la primera ocasión en la que Luitingo dio muestras de ser un machirulo desactualizado. Tanto es así que considera censurable irse a la cama la primera noche si es una mujer quien lo hace. Curiosamente, él estaba en la misma tesitura, por lo que estaría tirando piedras a su propio tejado. Estaba afeando algo en lo que había participado en idénticas condiciones, lo cual solo se explica teniendo la triste idea de que una mujer no puede manejar su sexualidad con la misma libertad que un hombre.
Por lo demás, Luitingo decidió alinearse con el que fuera en un principio grupo mayoritario, en su mayoría habitantes del dormitorio azul. El equipo azul pudo pronto apreciar que los naranjas tenían el favor del público, toda vez que iban siendo expulsados uno a uno sus integrantes. Ante la realidad poco favorable, Luitingo demostró que su buen rollo era una pose porque a la mínima demostró un carácter irascible con algunas reacciones que no se corresponden con lo que nos ha querido vender. Eso de “soy un niño muy bueno, que no tiene maldad”, empieza ya mal porque de niño no tiene nada.
Para una próxima ocasión recomiendo a Luitingo que ensaye un poco lo del llanto forzado. Me he pasado todos estos meses temiendo que se provocase lesiones de gravedad en los ojos. Con un poco de preparación se puede forzar el llanto, véase sino lo que hacen los actores. También hay trucos que ayudan, pero existe el riesgo de ser descubiertos y no es plan. Es inútil frotarse tanto los ojos si luego no hay ni una sola lágrima. Se consigue poner los ojos rojos, pero nada más, Otra opción es no estar llorando durante una hora porque dejas a tu novia de un par de semanas, de la que luego reconoces no haber estado enamorado. Igual es una exageración innecesaria.
Los porcentajes ciegos para ganar estaban así anoche: 31 %, 21 %, 17 %, 12 %, 9 % y 10 %. En comparación con los primeros porcentajes se mantiene todo inalterable salvo que el 17 gana un punto porcentual que pierde el 12. También se intercambian los porcentajes los dos menos votados. Con movimientos tan leves es difícil sacar alguna conclusión.
Las razones de la expulsión de Jessica Bueno están en discusión y en el Moleskine de hoy doy mi versión al tiempo que explico por qué los seis finalistas no permanecerán en la casa hasta el último día.