El equipo naranja renace de sus cenizas
Como el mismísimo Ave Fénix, el equipo naranja renace de sus cenizas y a las puertas de la final. Fue irse Pilar Llori y recuperar las ganas de llegar hasta el último día juntas en amor y compaña. No le pongo un pero a Laura Bozzo cuando ha repetido hasta la saciedad que ahí no hubo nunca amigos. Si alguien quiere hacer amigos no ese el sitio, entre otras cosas porque son rivales. Si acaso, los naranjas se han llevado bien y tampoco del todo. La personalidad de sus componentes no lo puso fácil. ¿Qué ha pasado para este nuevo acercamiento? Supongo que ha influido la felicidad de saberse finalistas, además de lo ñoños que nos podemos todos cuando llega la Navidad.
Ponga un poco de espíritu navideño en su vida y verá las cosas de otro modo. Unas luces por aquí, dulces a tutiplén y de fondo la música de Eduardo Manostijeras, que cuadra a la perfección. Los decoradores de Gran Hermano lo ponen especialmente fácil convirtiendo la casa en un cuento de Navidad mejore que el de Charles Dickens. Solo con estos ingredientes podemos pasar de odiarnos a ser como hermanos y desear el bien hasta a nuestro peor enemigo. La killer Naomi Asensi se ablanda hasta ser como el osito de cierto suavizante de ropa. Y a Laura le dan repentinas ganas de abrazar a todo el mundo.
De todas formas, saberse finalistas ha sido definitivo, como digo. Véase la diferencia entre el abrazo entre Naomi Asensi y Laura Bozzo cuando se despiden antes de la expulsión y el que se vuelven a dar nada más saber que son finalistas. En el primero Naomi está poco receptiva y su rostro refleja cierto escepticismo. Sin embargo, en el segundo se abrazan fuerte como si fueran dos personas queridas. Pero, no nos engañemos, ambas han tenido siempre una relación de conveniencia. A Laura le venían bien los puntos de Naomi y esta encontró en el team naranja un paraguas perfecto bajo el que vivir sin preocupaciones sus primeras semanas, siendo un cero a la izquierda como concursante.
Entre Carmen Alcayde y Laura Bozzo la reconciliación llegó un poco antes. Ya en la fiesta del miércoles acercaban posturas y ayer por la tarde se producía la quincuagésima segunda reconciliación. No fue muy diferente a las anteriores, por lo que predigo la misma posibilidad de fracaso que siempre. Nada dice que no vayan a estar tirándose los trastos a la cabeza mañana mismo, aunque igual es tardar mucho. Solo el otro componente en juego, el espíritu navideño, puede evitar que esto suceda. Como espectador lo desearía, aunque para lo mío me venga bien que sigan tarifando. Pero es cansino y desespera un poco que repitan tantas veces lo mismo. No estaría mal que, por esta vez, se esforzasen en mantener la fiesta en paz. A poco que duren así habremos llegado a la final. Quedan solo dos semanas para eso.
Duelo repetido y con parecido final
Con las reconciliaciones y posteriores enfados entre las naranjas tengo la misma sensación de estar viendo una historia repetida que con el duelo que anoche ganó Luitingo frente a Pilar Llori. La resolución fue semejante a la vez anterior, por los pelos se quedó el cantante la primera vez y anoche de nuevo. La diferencia es que entonces Pilar tuvo que tragarse el sapo de enormes proporciones que fue ver a Luitingo tonteando con Jessica Bueno y ahora tendrá una incorporación a la vida normal algo más placentera. El problema de Pilar ha sido no creer lo que veía. Con los primeros tonteos se tendría que haber convencido de que no iba por buen camino. Entonces habría podido ser ella quien rompiera con Luitingo al salir este de la casa.
La repetitiva historia vivida entre estos dos concursantes les ha convenido a los dos. De no ser por las idas y venidas de pareja habrían tenido más difícil ser repescados, acortando así su trayectoria en el concurso. Les ha venido bien explotar una historia de la que anoche renegaban los dos. Si ambos terminaron hartos del otro, no digo nada lo que sufrido yo con ellos. Tanto que anoche me era indiferente quién fuera expulsado, gracias a lo cual viví una gala tranquila. En la parte positiva, evitar la tensión ante la expulsión, lo cual es también la parte negativa porque resulta bastante menos divertido. Pero compensó ver a Marta Flich tocando al piano esa sintonía que tantas veces nos ha puesto los pelos de punta. Además del encendido navideño. Y la proclamación de finalistas, uno de los momentos míticos de este programa.
Con Luitingo fuera se habría hecho justicia porque ya tuvo el rechazo de la audiencia en dos ocasiones anteriores: en su primera expulsión y al no ser repescado por los votos. Por otro lado, la expulsión de Pilar ha sido una pequeña cura de humildad para quienes se afanaron en romper el equipo naranja. La audiencia les bajó los humos anoche expulsando a una de las disidentes. No obstante, Pilar no está fuera por su historia con Luitingo, estirada hasta el límite por conveniencia de ambos. La puso en la calle el voto de los lauristas por haberse enfrentado a la diva. Al principio de semana había entre los seguidores de Laura unanimidad en ir a por el cantante, pero una parte cambió su voto a Pilar como respuesta a la ruptura del team.
No se esperaban ser ya finalistas. De hecho, por la tarde andaban haciendo planes para sindicar las nominaciones entre los que fueran naranjas y parece que lo vuelven a ser, pero sin quien dice ser el equipo naranja. Suscribo la tesis de Laura Bozzo al respecto. Ella y Alex Caniggia fueron desde siempre el team y todos los demás simples agregados. Unos convencidos y otros por oportunismo. Dejo que cada cual reparta a sus miembros en un subgrupo u otro. Al verles planeando las votaciones pensé que cuando anunciaron su marcha del grupo en realidad estaban queriendo cancelar a Laura, a quien ayer hicieron todos el vacío, incluso su hijo Albert o la misma Alcayde con quien ya había hecho las paces.
¿Qué habría sido de Carmen Alcayde sin Laura Bozzo?
Llegados a este punto, y ante la cercanía de la final, me hago la siguiente pregunta: ¿qué habría sido del concurso de Carmen Alcayde de no haber estado Laura? Pongo a Carmen en el enunciado de la pregunta al ser la única que me genera dudas. En el caso de Albert tengo claro que hubiera calado en la audiencia de cualquier manera por ese ángel que pocos tienen. Y sobre Naomi no me cabe duda de que habría sido la nada, prácticamente como lo fue bajo el paraguas del equipo naranja durante semanas. Solo tengo duda con Carmen, la concursante más sólida de entre quienes decidieron unir su concurso al de Laura de manera definitiva e irremediable.
No pongo en duda que Carmen hubiera podido hacer un buen concurso. Tiene las tablas suficientes para saber procurarse cierto protagonismo. Su carácter hubiera aflorado de igual manera, por lo que habríamos visto la Carmen de las cagadas, aquella que necesita la aprobación de quienes tiene alrededor y no soporta convivir con alguien que está enfadada con ella. Creo que su concurso hubiera sido parecido en muchas cosas, pero sin el brillo que le ha dado estar al lado de la diva. La Carmen más tierna, la que escaló peldaños camino del maletín (o el monedero, en este caso), no se hubiera mostrado con tanta nitidez de no haber sido la escudera no tan fiel de Laura, Sancho Panza de ese Quijote enloquecido que se cree caballero andante y solo es recaudador de impuestos.
Con Laura Bozzo, Carmen Alcayde y el incondicional Albert Infante hemos vivido un concurso mejor. El mejor que recuerdo en mucho tiempo. Les otorgo a los tres el mérito, por eso son mis finalistas preferidos, aquellos que me gustaría ver salir los últimos de esa casa. Aunque entre los tres hay una concursante excepcional, de las más grandes que recuerdo desde siempre en todas las versiones del formato. Laura Bozzo ha sido una concursante inconmensurable, como pocas ha conocido. No sé si ganará o no, pero este gato emocionado la compra con sus aciertos y sus errores, con sus locuras y su carácter retorcido, con su alegría y sus pesimismos. Lo dijo ella misma: cinco minutos de Laura Bozzo en acción valen más que 24 horas de cualquier otro. No tenerla como finalista hubiera sido un error mayúsculo. Su triunfo está en manos de la audiencia soberana, esa que se hace el moño donde le da gana.
Moleskine del gato
Anoche se movieron los porcentajes como nunca en esta edición. Pilar Llori le sacaba a Luitingo 5 puntos antes de salvarse Laura Bozzo, que subieron a 6 siendo ya solo dos (47 % y 53 %) y terminaron con solo cuatro décimas de diferencia (49,8 % y 50,2 %). Los vídeos mostrados no beneficiaron a Luitingo, en particular uno genial donde se mostraba su similar comportamiento con Pilar primero y luego con Jessica. Pero no fue suficiente para terminar de darle la vuelta al marcador.
Se abre otra fase de concurso, evidentemente, definitiva. Hablo de lo que puede pasar de aquí al final en mi Moleskine de hoy.