Que me explique Jessica Bueno cómo se hace eso de estar en un reality y que no hablen de uno. Ayer era el primer día que dormían todos en el mismo dormitorio (el azul) y no les hizo falta esperar a escuchar la música que les ponen para despertar. En su lugar, los gritos de Jessica reclamando que no hablen de ella les puso en pie bien rápido. En la casa estaban retirando el muro de la última prueba semanal y no podían salir del dormitorio. Desveladas, Laura Bozzo y Carmen Alcayde tuvieron que quedarse a hablar en la cama.
¿Hablaron Laura y Carmen de Jessica? Pues muy de pasada. En realidad, estaban haciendo conjeturas sobre cómo se resolverá la expulsión de este jueves. Laura lleva semanas diciendo que se va ella, aunque no estoy seguro de que lo piense de verdad. Ayer planteaba un escenario nada disparatado: el duelo entre ella y Jessica. Para la diva peruana sería una final adelantada. Carmen planteaba la otra de las opciones posibles, un duelo entre Jessica y Pilar, que irían juntas a la sala de expulsiones tras salvarse Laura.
Apuesto por la opción B, defendida por Carmen Alcayde, aunque será esta noche cuando salgamos de dudas porque habrá una última salvación. De salvarse Laura pueden cambiar muchas cosas en la casa, aunque ninguna tan importante como una recomposición del equipo naranja, en proceso de liquidación desde ayer. Pero retomaré este hilo un poco más tarde. La cuestión es que Carmen y Laura no estaban tratando el desgastado tema de la relación entre Jessica y Luitingo, el señor de la perla ahí abajo. Si salió el nombre de ella es porque está nominada.
En el silencio del dormitorio a oscuras, solo roto por las palabras con voz queda de Laura y Carmen, se escuchó de repente un batir de palmas. Luego vino la queja de Jessica convertida en drama absoluto. Se estaba equivocando esta concursante porque no hablaban del cutre triángulo, solo de las distintas posibilidades ante la próxima expulsión. Mayor fue su equivocación de mencionar a los hijos de Carmen Alcayde. “¿Te gustaría que tus hijos fueran así? ¿Ese es el ejemplo que das?”, decía Jessica subiendo el tono. ¿A qué viene meter a los hijos en esto?
La vigía de la moral quiere imponer a los demás una disciplina como esa de los tres monos sabios, en particular la de no hablar. El dramón montado por Jessica, que hizo despertar al resto de la casa, es uno de los momentos más surrealistas de esta edición, aunque tiene su explicación, como todo. Si no quiere que hablen de ella, no sé qué diablos hace en un reality. Por otro lado, si no hay nada de verdad en lo que está viviendo ahí dentro, ¿por qué ofenderse cuando hablan de su relación con esa mezcla de Maluma y Mario Casas que se cree Luitingo? Pienso que si explotó ayer no es por esto, sino porque tiene miedo de ser la próxima expulsada.
Jessica Bueno está acogotada por el miedo a que la audiencia la chute a tres semanas de la final, mientras Laura Bozzo y Carmen Alcayde tienen miedo a Jessica. Si una creó anoche un drama surgido de la nada, las otras dos han fabricado desde hace un tiempo el mito de la favorita. El equipo naranja en pleno se ha creído que Jessica es la favorita de la audiencia, lo cual puede ser verdad, pero nunca han basado en nada una sospecha que ha terminado convirtiéndose en convicción. Con Laura, la veterana, y Pilar, la recién admitida al club, nominadas junto a la supuesta favorita, el miedo se acrecienta.
No solo es miedo a perder el duelo con Jessica, también a despertar la furia de sus seguidores. Presuponen que le sigue mucha gente, aunque la realidad es que Laura tiene casi un millón en Instagram frente a los poco más de 200.000 que tiene Jessica. Es sabido que Gran Hermano no lo gana quién más seguidores tiene. Pero sabiendo que han dado a esta compañera de encierro por favorita sin saber por qué, es entendible que teman enfrentarse a ella porque eso podría promover el voto en contra de esa legión de seguidores que le suponen.
El miedo a despertar la furia del fandom de Jessica Bueno tiene que ser la razón por la que tienen con ella un trato de favor. Y aquí se puede comprobar que Laura Bozzo y Carmen Alcayde son más parecidas de lo que ellas creen. A veces diría que fueron separadas al nacer, aunque por razón de edad no es posible. Me pareció cómico ver a Laura criticando a Carmen por haber ido al dormitorio a interesarse por Jessica y pedirle perdón, cuando ella misma había hecho algo parecido un rato antes. Tras pasar uno de los días más tensos desde que comenzaron el encierro, al caer la tarde Laura abrazaba a Jessica en un gesto de reconciliación claro. Eso sí, no llegó a tanto como Carmen un rato después, que le pidió perdón.
Es el mundo al revés, porque ayer era Jessica quién tendría que haber pedido perdón por su histérica reacción de la mañana, basada en una percepción equivocada, porque aquello de lo que se quejaba no había sucedido. Y, por supuesto, porque meter a los hijos de Carmen Alcayde fue un error mayúsculo. Ante tamaña ofensa no me vale la explicación de que la colaboradora necesita la aprobación de quienes le rodean. Tampoco que entrase al dormitorio a interesarse por Jessica porque Michael Terlizzi le había dicho que estaba muy mal. Tengo claro que Carmen se tragó su orgullo por miedo.
No tiene sentido quejarse porque Laura no la defendió en el rifirrafe de la mañana y luego rebajarse a pedir perdón, cuando la ofendida fue ella. Carmen se traiciona a sí misma, lo cual es mucho más triste que traicionar a un ser querido. Eso sí, Laura no debería prodigarse en reproches a su intermitente amiga porque comparte con ella el miedo a la reacción de los seguidores de Jessica. Con miedo no se puede vivir, pero mucho menos es posible afrontar un reality como este, donde el espectador reclama al concursante firmeza y audacia. Firmeza en sus convicciones y audacia en la manera de afrontar el juego. Laura y Carmen son audaces muchas veces, pero de firmeza no andan muy sobradas.
Ayer el team naranja quedó más descompuesto que nunca. La enésima reconciliación de la mañana entre Laura y Carmen, que acabó con un nuevo abrazo, no fue la única del día. Ya por la noche evitaban el contacto físico y se prometían en el baño aguantar unidas hasta el jueves porque a Pilar le gustaría pasar tranquila sus últimos días en la casa. Todos dan por segura la expulsión de Pilar, lo cual ayuda a que le sigan haciendo la pelota a Jessica. Si pasan otro día como el de ayer no creo que lo resistan. Lo malo es que pudiendo ser protagonista Jessica por su desabrida reacción al despertar, los encontronazos en el grupo han tenido que compartir ese protagonismo, y eso no les beneficia en absoluto. La cosa puede empezar a cambiar esta noche si se salva Laura.
Su salvación le hará olvidar a Laura Bozzo el voto del hermano de Carmen Alcayde. Además, recuperará la confianza en poder ganar el concurso al haberse quedado el domingo a dos puntos de ser la segunda salvada, muy cerca de Michael Terlizzi o la propia Carmen Alcayde. Las desconfianzas en sus compañeras de equipo pasaran a un segundo plano. Si bien no confío en que Pilar deje su cansino tema. A Laura no le importa nada si se va Pilar, aunque daría un voto de alegría si es Jessica la expulsada. Solo esto haría que el team naranja resurgiera de sus cenizas como el Ave Fénix. Entonces ni siquiera les importará ya si Luitingo quiere o no intentar presumir de perla de nuevo con Pilar.
Los porcentajes ciegos estaban así anoche: 53 %, 39 % y 8 %. Una vez salvados Michael Terlizzi y Carmen Alcayde (6 % y 2 %, no sabemos en qué orden), el porcentaje mayor ha subido 3 puntos y el siguiente otros 5. Se mantiene inalterable el tercer porcentaje.
Con el equipo naranja quemándose a lo bonzo en sesiones de mañana, tarde y noche, destaca más todavía una Naomi Asensi que compensa su juventud con la firmeza y la coherencia que les falta tan a menudo a Laura Bozzo y a Carmen Alcayde. A pesar de su falta de experiencia, Naomi parece la más sensata con mucha frecuencia. De esto hablo en mi Moleskine de hoy.