Inapetentes, ultracompetitivos y amigos de lo ajeno
Viendo el Conexión Honduras de anoche, en este Supervivientes 2023 habría un grupo de inapetentes, otro de ultracompetitivos y un tercero de amigos de lo ajeno. Para centrarnos y ponérselo fácil a quien no lo viera, en cayo Paloma estarían los inapetentes, los ultracompetitivos habitan playa Cabeza de León, y en playa Olvidados habría un reducido grupo de amigos de lo ajeno. El panorama es desolador y personalmente no sabría decir si alguno de estos grupos merece felicitaciones. Salen mejora parados los de Cabeza de León, aunque siempre preferiré al que es menos competitivo y mejor compañero. La competitividad extrema es enemiga de las buenas formas.
También debemos pensar que estos robinsones no están mucho para detenerse a pensar si lo que hacen es más o menos correcto. No quiero decir que se les deba consentir todo, pero el hambre y el cansancio hacen mella en ellos. Y la falta de motivación es mayor en la medida que les van saliendo mal las cosas. La escala de valores es una si se cuenta con ciertas comodidades y otra bien diferente cuando todo se pone en contra. La falta de unas condiciones mínimamente aceptables puede hacer cambiar principios. Pero esta experiencia es así y ya lo deberían llevar aprendido. No se dijo nunca que sería fácil. Están jugando a la supervivencia extrema y al aviso de que esto es así no parece necesario.
La desidia e inapetencia en los concursantes de cayo Paloma llega tras la decepción de la falta de fuego. El pirata Morgan les facilitó una cerilla a condición de que mantuvieran siempre vivo el fuego. Si se apagaba se les quitaría la dotación de latas y deberían seguir jugando sin facilitarles de nuevo la manera de hacer fuego. El caso es que se les apagó el fuego de noche, lo cual es tan imperdonable como posible. Hasta cuando hay establecidos turnos para vigilar el fuego de noche ha podido suceder. Lo cierto es que tampoco es el caso, lo cual hace más fácil que se apague. Cuando Manuel fue avisado y se levantó a comprobarlo, el fuego estaba extinguido y sin posibilidad alguna de recuperarlo.
La fuerte regañina de Ion Aramendi fue más por la desidia del grupo tras haber perdido el fuego que por comerse todas las latas en cuanto supieron que las tendrían que devolver, según decía el texto de la prueba por la que consiguieron el fuego. No voy a negar que me hace gracia la reacción del grupo, donde solo Adara iba relatando su mala conciencia por estar comiendo todas las latas, pero en ningún momento expresó renuncia alguna a consumir su parte. Lo que viene a ser “a Dios rogando y con el mazo dando”. Adara y Alma fueron las únicas que anoche parecían arrepentidas, aunque Alma al menos no dejó de defender las decisiones del grupo como algo que compromete a todos, sin excepción. Bordear lo legítimo es explicable en medio de una supervivencia extrema, y el pergamino donde figuraban las normas no decía en ningún lugar que no pudieran comerse las latas antes de serles aplicada la sanción por dejar morir el fuego.
En cayo Paloma reina la inapetencia desde que no tienen fuego. El grupo ha dejado de luchar por la supervivencia y ni siquiera pescan. Ya dije hace días, lo cual fue muy contestado en redes sociales, que siempre pueden comer sashimi cortando el pescado crudo en finas láminas. No tienen salsa de soja, lo cual es una pena, pero alimenta igual. Al parecer llevan desde el viernes tirados en la arena sin hacer nada de provecho, lo cual es lamentable, pero entiendo que se trata de una manera de reaccionar ante la frustración. Es injusto descalificarles por esta circunstancia porque el grupo ha demostrado tener buenas cualidades como supervivientes. En una encuesta popular la audiencia decidió que Bosco, líder del grupo, no fuera a Cabeza de León a que le dieran una clase magistral de supervivencia. Con el 57 % de los votos la decisión fue que les facilitasen un kit de pesca para que lo intenten por sí mismos.
La ultracompetitividad en playa Cabeza de León se pudo comprobar anoche en la prueba de recompensa. Competían contra sus compañeros de equipo porque solo uno de ellos podrá disfrutar de un masaje y una comida espectaculares. Ganó Asraf, pero tras un triste episodio de enfrentamiento con Diego. El juego era como el de la silla solo con pelotas. Saltaban en el mar unas pelotas que debían nadar para alcanzar, pero uno de ellos se quedaría sin pelota y sería eliminado. Esto hasta salir solo una pelota para los últimos dos contrincantes. La peculiaridad era que podían robarle la pelota a otro compañero una vez la cogiera.
Hasta la ronda final hubo algún intento de robo sin emplear malas artes. Pero cuando Diego llegó el primero y cogió la bola, Asraf no tuvo contemplaciones tirándole del bañador, haciéndoles aguadillas y placándole de manera poco deportiva. Al final le arrebató la pelota a Diego y este hizo más o menos lo mismo con su compañero con el fin de recuperarla. Pero el programa le pidió que soltase a Asraf y le dejase ganar, lo cual provocó un monumental enfado en Diego al perder de esa manera ante Asraf. El exceso de competitividad se aprecia con mayor claridad al ver que en el grupo de cayo Paloma quedaron Manuel y Bosco, siendo este último quien antes cogió la pelota y el ganador de la prueba. Sencillamente, Manuel le felicitó, aceptó su derrota y ni siquiera intentó quitarle la pelota.
Está claro que si les dicen que pueden robar la pelota es lícito que lo intenten, pero dentro de unas normas simples que ni siquiera hace falta enumerar. El sentido común nos indica lo que se debe o no hacer y que ciertas cosas están fuera de lo permisible. Insisto en que sin aclaraciones previas, obviedades solo necesarias para tipos zafios e incívicos de esos que se excusan diciendo que son muy competitivos. Siempre que escucho tal cosa me echo a temblar. Si digo la verdad, prefiero a los inapetentes de cayo Paloma, que aceptan de buen grado como ganador a quien primero coge la pelota (solo Alma hizo alguna escaramuza con Bosco, siempre dentro de lo razonable) a lo de los ultracompetitivos. Diego y Asraf, tanto monta, monta tanto, tuvieron semejante actitud, solo que Asraf fue primero.
Y los amigos de lo ajeno descubiertos en playa Olvidada. La ejecutora material fue Katerina, que entró en la caseta de los cámaras varias veces seguidas para ir llevándose cosas mientras sus dos compañeros entretenían a estos profesionales con sus cosas. Un plan ingenioso y sin fisuras que solo tuvo un pequeño inconveniente: una cámara oculta graba todo el rato en la caseta con el fin de descubrir a los rateros. Cuando Jaime, Artur y Katerina fueron preguntados hicieron como si no supieran de lo que estaban hablando. Al final Katerina reconoció sus pecados y Jaime descargó la culpa de su compañera haciendo solidarios a Artur y él mismo. Todos habían consumido lo robado (galletas, pan de molde y alguna cosa más).
Estaba claro que habían sido descubiertos, por lo que tardaron demasiado en reconocer lo sucedido. En estos casos conviene asumir la culpa y pedir perdón lo antes posible. Y, si puede ser, evitar las risitas que no debieron poder reprimir estos tres. De todas formas, robar debería ser tarea obligatoria para todo robinsón que se precie. ¿Qué otra cosa haría un náufrago de verdad si encontrase un arsenal de comida a su alcance? Pues coger un paquete de pan de molde, unas galletas y lo que se tercie. Si no lo hicieran me daría por pensar que no estarán tan necesitados ni pasarán tanta hambre. Estoy poniéndome en las botas de los supervivientes, no haciendo una loa a los amigos de lo ajeno. Ion Aramendi anunció medidas al respecto. Unas medidas que no afectarán ya a Katerina, cuarta expulsada definitiva de Supervivientes 2023.
Dejo para mañana todo lo que está pasando en Cabeza de León con Asraf. La torpeza del grupo ha conseguido definitivamente que buena parte de la audiencia simpatice con el “pobre” Asraf. La ayuda de Yaiza está resultando definitiva por si no lo habían logrado del todo hasta el momento. Una pena, porque Asraf sigue demostrando su obcecación en tocar las narices al grupo para que suceda lo que sucede. Y eso que pasa tampoco me gusta. Los desprecios o faltas de respeto del grupo son lamentables, tanto o más que la actitud del supuesto vejado.
El gato en vídeo
La visita de Yulen, hijo de Arelys, y un aspecto poco comentado del robo de los olvidados son argumentos para el Moleskine del gato. Y, como siempre, esos imperdibles momentazos.