Soy consciente de que los concursantes de Supervivientes 2023 no pueden leerme, pero hoy necesito hacer una labor educativa y ofrecer en parte de este escrito algunas lecciones para el buen superviviente. Tampoco creo que las necesiten todos. Solamente una ruidosa minoría que está aprovechando bien su confusión para darnos lo que estábamos esperando. Al consumidor de realities nada le apetece más que unas cuantas broncas. Tanto Asraf como Adara nos las están dando y es para estar agradecidos, pero en lo que ha provocado sus correspondientes discusiones tienen un claro problema para interpretar la realidad. Y en ambos casos es una confusión temporal. En un caso denotaría cierta dificultad para valorar la posibilidad de hacer dos cosas a la vez y en el otro para darse cuenta de que tanto cuenta lo que se haga hoy como lo que se hará mañana. Ahora me explico.
Después de lo vivido con Adara en estos años, confieso que me he acostumbrado a sus impetuosos arranques, indistinguibles entre un programa y otro. Que Adara repita lo mismo una y otra vez va mucho más allá del ramplón análisis donde se explica que al tratarse de la misma persona y ser tan espontánea como natural es lógico que se comporte siempre igual. También podemos colegir que sus limitaciones le impiden mostrar otro registro. O que no es capaz de evolucionar aprovechando pasadas experiencias para corregir lo peor de ella. Y, lo que es más importante, no está teniendo en cuenta que a parte de la audiencia le puede cansar la repetición. Es como ver muchas veces la misma película, solo se aguanta si eres su rendido admirador.
En todo caso, prefiero ver saltar a Adara, por muy familiar que me resulte todo, antes que a Asraf. Sobre todo porque ya sé que este va a terminar lloriqueando. Lo que no me podía esperar es cómo lo ha hecho en su discusión con Manuel del pasado jueves, desvelada en el programa de anoche. Asraf termina llorando en el hombro de un Manuel claramente incómodo ante la inesperada situación. Tengo dudas sobre si busca más la discusión Asraf o Manuel, pero me parece evidente que este último está mejor preparado ante la situación. Opino que si Asraf no es capaz de resolver sus diferencias con normalidad igual debería obviarlas.
No es ningún misterio que entre Manuel y Asraf hay cuentas pendientes que nada tienen que ver con el concurso. Anoche vimos una conversación inédita del jueves pasado en la palapa donde pudieron destapar cuál es el principal motivo de esa mala relación. Parece que a Asraf no le pareció bien que Manuel no defendiese a su novia (Isa Pantoja) tras una discusión de esta con su hermano (a la sazón primo de Manuel y medio cuñado de Asraf). Dicho queda y creo que servirá en el futuro para entender que tengan un trato cualquier cosa menos amable. Ahora bien, en la discusión del jueves había un tema de fondo que me interesa especialmente tratar. Asraf se molestó porque Manuel saliese a pescar antes de que él hiciese fuego. Tan importante es una cosa como otra, y aunque no me parezca mal que cada uno sea bueno en lo suyo, harían bien en intentar pescar y hacer fuego todos. Si no se aplican en esto, cuando falte Asraf lo van a pasar francamente mal.
La lección en este caso es, como casi siempre, puro sentido común. Asraf cree que deben hacer fuego primero y pescar después, sin atender a explicaciones sobre la oportunidad de hacer ambas tareas simultáneamente. No se me ocurre ni un solo argumento para que sea recomendable hacer antes una cosa u otra. Si no hay fuego pueden hacer sashimi con lo pescado. Puro delicatessen. Son suficientes personas en el grupo para que a Asraf tenga apoyo y ayuda suficiente en su labor. Y si también quiere salir a pescar puede hacerlo en el siguiente turno al de Manuel, ya con el fuego rulando. ¿Por qué no va a estar bien hecho de la forma que lo hicieron? Cuando se vive en comunidad los caprichos personales deben quedar en segundo plano.
La otra lección del día es sobre lo que Adara considera “jugar con la comida”. O sea, con su comida. Entiendo que se enfadara (este debería ser su nombre) porque no le contasen la decisión del grupo respecto a reducir la cantidad de arroz los días que le pueden añadir pescado y cangrejos. Tal vez no se dice lo suficiente, pero añado yo que ampliando esa cantidad de arroz cuando no tienen nada que echarle al guiso. Se equivoca Adara en no aceptar la decisión de la mayoría. “Eso no funciona así”, dice. Pues lamento decirle que sí. En comunidades grandes o pequeñas, el valor de lo que decide la mayoría no se discute. Otra cosa es que no se lo contasen posteriormente a las dos personas ausentes, casualmente Adara y Asraf, los dos nuevos best friends de los cayos Cochinos.
A Adara no le parece bien que adapten la cantidad de arroz diaria dependiendo de si van a comer o no algo más. Respetable, aunque fuera de toda lógica. Tampoco admite que se haga lo que la mayoría decida. Y cuando le ofrecen la posibilidad de darle a ella su parte de la dotación de arroz por persona y día tampoco quiere. Pero mi enseñanza es respecto a que si hoy comes 37 gramos de arroz y mañana comes 63 estás comiendo una media de 50 gramos al día. Por tanto, todos los argumentos con el fin de dar pena hablando de lo delgados que están sus brazos (llevan menos de un mes de aventura) no se ajustan a la realidad. Es decir, estarían igual aunque comieran todos los días los 50 gramos de arroz. Da un poco de reparo explicar algo tan evidente, pero será finalmente lo mismo si hoy comes menos y recuperas mañana. Al final de la semana la cantidad de arroz no varía se reparta como se reparta.
Si en el caso de Asraf y Manuel hay cierto consenso en que discuten porque no se tragan, lo cual tiene su origen en viejas rencillas familiares, lo de Adara es más discutible. Personalmente, creo que le afectó la nominación de Diego y su libreta de veterana concursante de reality dice que en estos casos hay que montar el pollo, cuanto más fuerte mucho mejor. Sobre su alianza con Asraf me gustaría hablar mañana, pero tiene pinta de ser algo poco improvisado.
Sergio se convirtió anoche en el primer expulsado de la edición. Su reacción me dice que salieron las cosas como él deseaba, por lo que no puedo sino alegrarme. De Sergio y su decisión de no comer pescado quería haber hablado también, pero esa lección habrá de esperar hasta mañana.
El tercer protocolo de abandono abierto por el programa, esta vez a petición de Gema, y la supuesta captura de la barracuda (¡spoiler! no era) por parte de Bosco son los argumentos del Mokeskine del gato. Además, nuevos momentazos.