Raquel Mosquera polemiza con Alma y Gema a cuenta del mantenimiento del fuego. Alma tiene un encontronazo por lo mismo con Sergio. Alma mantiene el mismo criterio en ambas discusiones, pero no siempre estoy de acuerdo con ella. Lo más llamativo es que aquello que le criticaría a Mosquera en la primera polémica es lo mismo por lo que creo que Alma pierde la razón en la segunda. No soy experto en hogueras y leña, pero cuando Raquel M. se acerca a sus dos compañeras para consultarles me parece que les hace una propuesta muy razonable. Raquel quiere acercar a la hoguera el último gran tronco que les queda entre la leña para que se vaya secando. Los últimos días de lluvias torrenciales nocturnas lo han dejado todo bien mojado. Alma y Gema no están de acuerdo porque quieren que ese tronco les dure hasta la gala del jueves, tras la cual siempre hay posibilidad de no tener que volver a esa misma playa.
¿En qué falla Raquel M.? Pues en consultar su estrategia respecto al mantenimiento del fuego para luego no hacer caso de lo que le responden. Para eso que no lo consulte y haga lo que quiera. Pero si lo plantea a sus compañeras y estas le dicen que mejor no lo haga, cuando luego ven que lo está haciendo es natural el enfado y la impresión de que están siendo ninguneadas. Carece de sentido hacer las cosas por la fuerza estando dentro de un grupo con media decena de personas. Mucho mejor dejarse de líos y atender a los deseos de la mayoría. Cuando más tarde Alma discute con Sergio por lo mismo también está pretendiendo algo más que dar su opinión, quiere imponerla. Esta vez comparto con Alma que harían bien en preservar la leña y no hay necesidad alguna de mantener el fuego vivo, con una gran llama, durante toda la mañana. Con asegurarse de que hay algún rescoldo que valga para animar el fuego vale. Sin embargo, le sobra el tono imperativo.
En las dos polémicas por el fuego hay de fondo un juego de antipatías. Mosquera no olvida la acerada crítica de Gema en la primera gala, y esta ni simpatiza con Sergio ni confía en él. Tal es el grado de desconfianza que tanto Gema como Alma dudan de que los problemas de salud de Sergio sean reales y no una estrategia. Dicen que estaba a morir y en cuanto tuvieron comida se reanimó. “Al olor de las sardinas, el gato ha resucitado (marramamiau, miau, miau)”, que decía una vieja canción infantil. Sin tener ninguna prueba es muy arriesgado dudar así. Diría que es incluso cruel. Lo peor es que no tienen ni pruebas ni otro fundamento para su sospecha que la falta de simpatía hacia ese concursante. Por cierto, anoche Sergio afirmó que sentía mejor, reanimado por la comida y menos mareado que en días anteriores.
Siguiendo la metodología policial, habría que ahondar en las razones que podían llevar a mentir a Sergio. Si hubiera amenazado con marcharse se podría pensar que estaba buscando una excusa para ello. O bien si su mareo le hubiera reportado algo más de comida. Ni siquiera su visita al médico del programa pasó de una salida nocturna con regreso esa misma madrugada. Ninguna ventaja le ha reportado a Sergio su situación. Quienes han dudado de él harían bien en pedir disculpas y rectificar su postura o explicar por qué.
Dicen sus defensores en plató que entre Asraf y Manuel había alguna cuenta pendiente que justifica la tensión generada entre ellos. Ya habían tenido otros enfrentamientos, pero el que ahora conocemos es de mayor calado. No voy a entrar en las cuitas familiares porque ni me apetece ni me termino de aclarar. Según lo dicho anoche, son primos y los dos iban advertidos sobre el otro. No veo nada fuera de lo normal. También Gabriela se ha informado previamente sobre aquellos que iban a ser sus compañeros de concurso, sin que conociera personalmente a ninguno de ellos. Lo que me interesa del último choque entre Asraf y Manuel son los motivos dentro y no fuera del concurso.
Visto como empieza la discusión no me hace falta ver más. Lo que espolea este enfrentamiento es esa manía que tiene Asraf de ponerse a hacer cosas en cuanto está la cámara delante. No considero que esté dando por bueno un argumento ad populum (es decir, considerar un argumento válido solo porque mucha gente lo cree así). Simplemente considero demasiado casual para ser falso que varios compañeros le hayan afeado lo mismo a Asraf. En esta ocasión, además, las imágenes lo muestran de forma meridiana.
Mientras el resto descansan la comida, Asraf es el único activo. Es una actividad nerviosa, como si estuviera inventando cosas a poder hacer para ni parar ni desaprovechar esa ocasión. Por eso se pone a barrer la playa (como hacía Raquel Bollo, madre de Manuel y Alma, hace mil años), hace un caminito de algas y no se pone a planchar porque no tienen plancha. Entiendo tan bien el mosqueo de Manuel que no me extraña nada su impulso de acercarse a Asraf para afearle el gesto. Ese es el comienzo de una fea discusión entre ellos dos, en la que surgen reproches personales sin relación alguna con el concurso, como señalé antes. Lo más chusco fue que Asraf intentase obtener el apoyo de algún compañero durante la discusión. “Están diciendo algunos que sí”, afirmaba, pero nadie alzaba la voz, lo cual le dejaba en mal lugar.
Si he de hacer caso de las opiniones en plató, a Asraf no le está saliendo mal la jugada. De un lado se presenta ante las cámaras como el más activo del grupo, y de otro provoca a algún compañero quedando como él como un pobrecito inocente. Esta vez no ha terminado llorando, remate perfecto para su estrategia. Personalmente, por muy eficaz que esté siendo, con ese comportamiento solo puedo desear que sea expulsado cuanto antes. Y con la misma convicción digo que agradezco a quienes están destapando esa estrategia, aunque a muchos de por aquí parece darles igual. De no ser por ellos igual yo también estaría confundido con Asraf.
La ceremonia de la salvación se hizo a cubierto en la palapa porque fuera jarreaba. La lluvia torrencial les sorprendió en medio de una prueba de recompensa que no todos hicieron en las mismas condiciones. El primero es saber que sigue nominado fue Sergio, a quien siguieron Katerina y Gema. Por primera vez, el salvado fue Ginés, que había agradecido previamente a sus seguidores el apoyo. La falta de dobleces diferencia a Ginés de Asraf. Aunque si algo me gusta de este concursante es ver cómo mira. Estoy seguro de que es un gran observador, atento siempre a lo que pasa a su alrededor, como se pudo ver anoche mientras Asraf discutía con Manuel.
El dilema de compartir o no una recompensa y la inquina que algunos muestran contra Katerina son argumentos del Moleskine del gato. Además, hoy el gato nomina. ¿A quién? Pues mira el vídeo, si quieres saber.