¡A la Antártida, en 'Crocs'! Sin ellas no podré sobrevivir en el continente más hostil del planeta
Después de diez años viajando al continente antártico, esta campaña hemos tenido que incluir un nuevo elemento en nuestro equipo que nunca hubiese pensado: unas Crocs. Sí, como lo oyes, esos zuecos de plástico, abiertos por detrás, que mucha gente usa de chanclas en verano.
Esta campaña inauguramos la nueva base antártica Española Juan Carlos I. Unas instalaciones amplias, modernas y calefactadas que sustituyen los antiguos módulos mucho más pequeños y ya en avanzado mal estado. Se trata de una instalación pionera de gran tamaño con amplios laboratorios y cómodas zonas de habitabilidad para sus ocupantes.
En la nueva base no está permitido entrar con calzado de calle siempre mojado o embarrado y para ello hemos de traer nuestras zapatillas de andar por casa. Nunca lo hubiese pensado pero ahora unos Crocs se han convertido en una herramienta fundamental para desenvolverse en el continente más hostil de nuestro planeta.
Bajo techo, está claro, pero sigue siendo la Antártida. Un mensaje de teléfono antes de salir de viaje dejó muy claro a todo la dotación de la nueva base española la importancia de la nueva prenda: este año, fundamental zapatillas de andar por casa.
Antiguamente la vida en la base tenía lugar sobre todo a la intemperie. Los diferentes módulos se encontraban dispersos y separados entre sí y por ello para ir, por ejemplo, desde tu propia habitación hasta el baño, había que vestirse de la cabeza a los pies, enfundarse la chaqueta de plumas y las botas y salir al exterior.
En la nueva base la vida tiene lugar en grandes salas y en las habitaciones dobles donde ahora vivimos. A la vuelta del trabajo en el exterior te puedes calzar tus zapatillas de estar por casa y pasar el resto de la jornada a resguardo, calentito en las nuevas instalaciones.
La base se ha convertido en un buen catálogo de pantuflas y se pueden ver en ella varios estilos. Hay quien es un clásico y las lleva estampadas de cuadros con borreguillo por dentro, como de abuelo. También las hay infantiles tipo peluche de llamativos colores o clásicas y austeras en plan padre los domingos.
Pero el modelo 'Croc', es decir, zuecos de plástico ligeros por lo general con agujeros, ha arrasado este año en la Antártida y se podría hacer una edición del catálogo oficial con solo darse un paseo por las instalaciones de la nueva Juan Carlos I. No hay nada como ir a la moda.