Están siendo más que comentados los estilismos de Lara Álvarez en cada una de sus conexiones desde Honduras, pero a su fondo de armario le ha salido una fuerte competidora. Ni más ni menos que Carmen Lomana.
Como concursante, se supone que Lomana debía ceñirse a un número de prendas mínimas como el resto de sus compañeros. Según la información que Mila Ximénez nos proporcionaba tras casi haberse convertido en superviviente de esta edición, cada uno de ellos tendría derecho a llevarse dos bañadores y dos prendas de ropa interior, pudiendo elegir no llevarse ninguna de estas últimas y así tener opción a llevarse dos trajes de baño más. Además de un abrigo, un pantalón y una camiseta.
Esta fue la teoría con la que se explicaba que Carmen Lomana luciera un modelito tras otro en cada una de las galas, debates y resúmenes. Pero, aun así, está más que claro que Carmen Lomana cuenta con mucho más que eso.
Y es que, tras hacer un repaso a las imágenes que, hasta el momento, hemos visto de la estancia de los concursantes en Honduras, estos son los estilismos que he podido rescatar de Lomana en su paso por Isla Privilegio y Cayo Paloma
Comenzamos por el bikini negro con braga de volantes con el que Carmen decidía posar junto al resto de sus compañeros en las fotos oficiales de la llegada de los concursantes en Honduras y que ha utilizado durante varios días.
Pero, para Lomana esto no sería suficiente ya que, en vez de uno, cuenta con dos bikinis negros. El segundo, un modelo de triángulo y adornos dorados, muy de Las Joyas de La Corona.
Y como buena experta en moda, sabe que el negro estiliza. Por lo que Lomana no perdió la ocasión de explotar al máximo este color llevándose un bañador con una especie de encaje, que consideró ideal para lucir palmito en sus primeras imágenes en la isla tras lanzarse del helicóptero. Con lo que seguro que no contaría, es que su elección terminaría con más barro que la boca que Chabelita…
Pero también hay que pensar en qué colores podrían exaltar al máximo el moreno que tanto trabajo le está costando coger tostándose a la parrilla –como a ella le gusta- , con su incesante vuelta y vuelta, por lo que Lomana no podía dejar pasar la oportunidad de llevarse un bañador blanco. Ya sabéis, lo ideal para estar retozándose en la arena en condiciones mínimas de higiniene…
Y fiel a esta idea, me imagino que Carmen creería conveniente terminar su catálogo de trajes de baño con un bikini turquesa de triángulo en el que nuevamente la braga que lo acompañaba abusa de unos volantes a lo Feria de Abril que, durante estos días, para haberse convertido en su segunda piel.
Pero toda mujer de estilo que se precie sería incapaz de acudir a una playa de esta guisa. Para añadir glamour al asunto es indispensable combinar todas estas prendas con el mayor número de accesorios posible.
Y así, Lomana, como una auténtica diva de la isla, posa sin cesar con una pamela que permite descansar a sus neuronas de los intensos rayos de sol. Toda una lástima que el resto de sus compañeros tengan que apañárselas enroscándose una camiseta a modo de gorro improvisado… Pero ya se sabe que en esta vida siempre ha habido clases de gente y gente con clase.
Sin olvidarnos de una camiseta casual con la que poder cubrirse cuando el sol comienza a ponerse. Mientras tanto, nunca hay que pasar por alto que, además de todas estas prendas, una señora no es nadie sin su pareo.
Accesorio al que Carmen consigue sacar el máximo partido posible, anudándolo a la altura del pecho, a la de la cintura, posándoselo en los hombros a modo de pasmina, o haciéndose un curioso invento muy al estilo marroquí, con el que poder adornar su cabeza cuando se cansa de su preciada pamela. ¡Esto sí que es una mujer de recursos!
Para Lomana también era de vital importancia llevarse todo tipo de conjuntos que, lejos de abrigar, sólo sirven para devolverle este toque de feminidad, de clase, de estilo incomparable que tanto echa de menos, porque ya sabemos lo mucho que odia sentirse en esa isla como una pobre homeless… Para ello, Carmen optó por un vestido calado totalmente transparente, inspirado en el amarillo con el que se vestía durante esos primeros días en Honduras que pasaron en un resort.
Pero contar con una sola opción para las galas hubiera sido digno de cualquier chica de barrio, y de Lomana esperamos más, mucho más. Como este mono enterizo rojo y blanco con el que consigue dar color a la Palapa.
Y, para cuando la noche refresca, nada mejor que un pantalón largo que poder conjuntar con su bañador negro y hacer creer que justo antes del directo, Lomana ha podido darse una vuelta por la Milla de Oro para mostrarse ante millones de espectadores la altura de las circunstancias.
Y, para completar su fondo de armario y poder hace frente a esas horribles noches de tormenta, sólo falta una prenda real de abrigo. Un chubasquero verde que sólo hemos conseguido ver de paso y que siempre ha ido acompañado de su fiel pareo amarillo a modo de falda.
Todo un desfile digno de la Fashion Week de Sálvame en el que, entre bañadores, bikinis, vestidos y accesorios, puedo asegurar que Carmen Lomana como superviviente cuenta , por lo menos, con 12 prendas con las que poder seguir sintiéndose el tipo de señora que le ha convertido en concursante de esta edición de reality.
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