Anoche se desató la guerra en la casa de Guadalix de la Sierra con una bronca entre Mayka y Shaima en la que terminaron envueltos algunos de sus compañeros.
La de Ceuta recriminó a la de Puente Genil el tono de voz con el que habla, que le pidiera que recogiera su ropa y una serie de absurdeces que tenían como único fin sacar a relucir que supuestamente estaría recibiendo un trato distinto por llevar velo.
Y sí, estoy totalmente de acuerdo. En mi opinión, hasta anoche Shaima no era tratada por sus compañeros como una más del grupo en igualdad de condiciones, pero ni por asomo me refiero a ningún tipo de discriminación negativa por su cultura o su religión, más bien a todo lo contrario…
Shaima ha demostrado ser una concursante intransigente, mentirosa y manipuladora y, hasta hace unas horas, no observé que ninguno de sus compañeros tuviera el valor suficiente para cantarle las cuarenta a esta chica, que lejos de madurez que aparenta tener, se trata de una niñata con todas las letras, que es incapaz de dejar hablar a los demás sin formar un numerito de los que hacen historia con chillidos y patada al mobiliario incluida.
En un momento dado, Shaima interrumpió a Mayka mientras esta hablaba. La de Puente Genil dijo a la joven que en vez de pedir perdón 70 veces, que escuchara a la gente cuando habla, soltando un “¡coño!” al final de su frase. Una simple expresión que desató la furia de Xamy para asombro de todos…
Primero, Shaima comenzó exigiendo a Mayka que no utilicé esa palabra, para continuar gritando: “¡No voy a consentir que me hables gritando e insultando!” mientras soltaba una patada al mobiliario de la habitación con la lengua por fuera, se dirigía a los baños, y seguía con sus chillidos.
A pesar de contar con Luis “el torero” y Paula como mediadores que intentaron por todos los medios que Shaima se tranquilizara, el complejo de Calimero de Xamy ya roza el ridículo, llegando incluso a repetir en varias ocasiones “¡pégame, mátame, pero no me grites!”. ¡De traca!
Pero si el comportamiento de la de Ceuta os ha dejado totalmente boquiabiertos, ¡agarraos los machos porque vienen curvas! Al parecer, Paula tenía tanto interés en intentar ayudar a Shaima durante su arrebato desproporcionado ya que la hawaiana se siente muy identificada con ella, llegando incluso a realizar estas tremendas declaraciones: “Hace tiempo yo era esta niña, ¿me entiendes? Yo me ponía así. Yo te puedo explicar desde mi punto de vista que es que… Tú sabes cómo quiero yo a mi familia… ¡Yo les daba de hostias a mi familia! Me he pegado con mi madre. ¡Me he pegado con mi abuela que tiene 90 años! Le gritaba a todo el mundo…”
Las palabras se quedan cortas para poder expresar mi opinión sobre este tipo de comportamientos, lo único positivo de todo este asunto es que tanto Paula como Shaima, a falta de bolos en discotecas tras su salida de Gran Hermano, tienen un filón en sus manos pudiendo protagonizar sin esfuerzo uno de los capítulos de “Hermano Mayor” junto a Pedro García Aguado.
Y aprovechando el tema que hoy tratamos en este espacio me gustaría hacer un llamamiento al sentido común y reafirmar un concepto más que obvio para todos nosotros: Shaima es una concursante de Gran Hermano como cualquier otra. Así pues, agradecería enormemente que aquellos amigos y vecinos de Xamy que han utilizado su valioso tiempo para enviarme mensajes tachándome de “racista” por no apoyar a Shaima como concursante, utilizaran esos minutos de su vida para conectar MiTele y ver el Gran Hermano 24 horas.
Shaima ha sido respetada y cuidada al máximo por todos sus compañeros. Demasiado. Pero a mí, como espectador y seguidor del reality, aunque lo respete totalmente, me importa bien poco la religión que profesen y las vestimentas que lleven conforme a su cultura o creencias.
Alfredo es cristiano evangélico, otros son católicos más o menos practicantes y Shaima es musulmana. Perdonadme pero no encuentro la importancia por ningún lado y, os recuerdo, que Shaima no ha sido la primera musulmana en la casa de Guadalix de la Sierra, allá por el 2007 Andalla formó parte de Gran Hermano 9 y nadie se dio por ofendido cuando criticábamos y analizábamos su comportamiento al igual que el del resto de sus compañeros, por lo que intentar imponer la ley del silencio es justo lo contrario al supuesto respeto que me exigís.
Cada uno de los concursantes cuando entra por esa puerta se merece exactamente el mismo respeto, ni más ni menos. Respeto que no estaría nada mal que Shaima comenzara a poner en práctica y, por ejemplo, dejara de cuestionar la religión de Alfredo cuando él no lo ha hecho con la suya, o que se pensara dos veces las cosas antes de decirlas en vez de soltar lindeces como que ella no quería convivir con gitanos o que “España no es un país que no sea racista”.
No voy a entrar en debates absurdos sobre el mayor o menor grado de racismo que existe en nuestro país, pero lo que tengo claro es que ese tipo de comentarios son justo lo que provocan que la balanza se incline hacia uno de los lados. Por la casa han pasado blancos, negros, indios, gitanos, españoles, italianos, cubanos, franceses, portugueses, norteamericanos, argentinos, mejicanos, irlandeses, senegaleses, rusos, guineanos, colombianos, filipinos, suizos… ¡Gran Hermano es multicultural! Que nadie se empeñe es hacer ver lo contrario.
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