Rosa poderosa
Estoy feliz de que haya entrado por fin la primavera. Creo que es un soplo de aire fresco en nuestra vida que ya nos hacía falta. El buen tiempo, más horas de luz y las flores volviendo a florecer.
Si hay una flor que me apasiona es la rosa, por su belleza y por todas las propiedades beneficiosas que sus pétalos nos ofrecen. Las rosas nos ayudan a cuidar y mimar nuestra piel de forma natural. Por sus propiedades calmantes, rejuvenecedoras y regeneradoras, es realmente la reina de la belleza, tanto por la suya propia como por la que genera con su uso.
La rosa es una de las flores más universales y apreciadas. Es símbolo del romanticismo y el amor, pero también juega un gran papel en el cuidado de la piel y de la salud, así como en el ámbito de la perfumería, por sus grandes propiedades medicinales y aromáticas.
Los griegos y los romanos utilizaban los pétalos en sus baños, otorgándole cualidades de extraordinario valor. Hay constancia de la presencia del agua de rosas en el tocador de Cleopatra y de María Antonieta. Entre los legados antiguos, encontramos su mención como planta curativa; Plinio detalló más de treinta trastornos que podrían tratarse con remedios preparados a base de agua; Avicena utilizaba el agua de rosas como protagonista en muchos de sus ungüentos.
Dentro de las clases de rosas se encuentra la rosa Aleia, cuyos pétalos reúnen una serie de propiedades medicinales que nos pueden ayudar, y mucho, en el cuidado de nuestra piel.
Entre sus múltiples propiedades, estos pétalos poseen propiedades antioxidantes, relajantes, hidratantes y antibacteriales. Y albergan además vitamina C, lo que les confiere un poderoso poder frente a la radiación solar.
Gracias a sus propiedades astringentes y antibacteriales, se convierten en perfectos aliados para tonificar la piel, dejándola suave e hidratada a la vez que combate las bacterias causantes del acné. El agua de rosas y un simple algodón son suficientes para aplicar estos remedios mediante un suave masaje facial.
El agua de rosas es un limpiador de impurezas, por lo que podemos utilizarlo como desmaquillante, lo que implicará una limpieza de los poros a la vez que hidratamos y tonificamos nuestra cara. Es ideal para las pieles sensibles, manteniéndolas con un grado de humedad óptimo y tonificándolas.
¿Nunca os ha dado envidia cuando vemos en una peli a la actriz dándose un baño con pétalos de rosas? A mí me parece lo más y súper relajante. Te envuelve el aroma de las rosas y esa noche duermes “como una rosa”, valga la redundancia.
La primavera también afecta a la caída del cabello estacional. Los pétalos de rosas nos ayudan también a estimular nuestro cuero cabelludo. Sus propiedades activan nuestro flujo sanguíneo y fortalecen nuestro pelo. Crecerá más fuerte y sano si dentro de nuestra rutina diaria incluimos un masaje capilar con agua de rosas.
El mundo de la cosmética también nos ofrece multitud de productos para cuidar nuestra piel. Se aprovechan todas las partes de la rosa, tanto los pétalos como las hojas y los frutos. En cosmética los tipos de rosa que más se utilizan son:
➔ Rosa centifolia, rosa de Provenza o rosa de mayo, especie creada en Holanda pero cultivada hoy día principalmente en Francia. Es muy usada en la elaboración de perfumes, por su fragancia clara y dulce.
➔ Rosa de Damasco, damascena o de Castilla, que se cree originaria de Damasco (Siria) y cultivada principalmente en Bulgaria y Turquía. Tiene un perfume suave, y es principalmente usada para la elaboración de aceite y agua de rosas.
➔ Rosa canina o rosal silvestre, nativo de Europa y actualmente presente de forma silvestre en todo el mundo. Se usa principalmente a nivel medicinal, y de sus escaramujos (frutos) se obtiene habitualmente el aceite de rosa mosqueta.
Es en el aceite de rosa mosqueta donde se utilizan los frutos.
La rosa mosqueta no es realmente un tipo de rosa. La denominación auténtica de “rosa mosqueta” hace referencia al aceite que se extrae de los frutos de determinadas rosas, conocidos como escaramujos. Los escaramujos no son exclusivos de un solo tipo de rosa, sino que pueden recogerse principalmente de tres variedades diferentes: rosa canina, rosa rubiginosa y rosa moschata.
Su uso, por tanto, está indicado para el tratamiento de muchas afecciones cutáneas: dermatitis, cuperosis, rotura capilar, acné, quemaduras, eccemas…
En el cuidado facial, está recomendada para todo tipo de pieles, ya sean maduras, acnéicas o sensibles, otorgándoles flexibilidad, luminosidad y una sensación suave y confortable.
A mí me encanta el aceite de rosa de mosqueta enriquecido de Matarrania, 100% BIO (contiene un 95% de aceite de rosa mosqueta y un 5% de aceite de oliva virgen extra). Es el serum perfecto para pieles sensibles, para tratamiento de marcas de acné y manchas de la piel. Al contener aceite de oliva, tiene un olor agradable y ofrece mayor suavidad.
Las rosas son poderosas y sus cuidados nos hacen alcanzar su belleza.
¡Amo las rosas y la primavera!