De la gente de mi generación, muchos recordarán esos aperitivos tan ricos que ponían en los bares a nuestros padres cuando éramos peques y que tanto nos entretenían: los altramuces. O por lo menos a mí me parecían muy entretenidos de comer. Eran como las pipas, que empezabas a comerlos y no podías parar. Los altramuces eran la tapa protagonista de al menos la primera cerveza en casi todos los bares.
Sin embargo, se han dejado de ver como tapa para pasar a ser considerados un superalimento. Entonces no lo sabíamos, pero los beneficios de los altramuces van desde su riqueza en minerales, hasta su poder saciante. Incluso son aconsejables para diabéticos ya que reducen los niveles de glucosa en sangre, personas con el colesterol alto y hasta para las dietas.
Para quienes no los conozcan y no hayan tenido el placer de disfrutar de ellos desde pequeños os diré que los altramuces son una legumbre mediterránea y que se les conoce comúnmente como chochos. Es un alimento rico en minerales como el calcio, hierro, magnesio, fósforo y zinc. Además tiene también vitamina B12, mucha fibra, hidratos de carbono y proteína vegetal.
Bueno y además decoran los jardines una barbaridad porque tienen unas flores súper bonitas y coloridas. Para mí siguen siendo ideales para tomar como aperitivo o para añadirlos a cualquier ensalada.
Su harina se suele usar para elaborar horneados como pizza, pan, y repostería. También son utilizados en la elaboración de humus, patés, quesos vegetales, y como integrantes principales de platos más elaborados, dignos de restaurantes renombrados con estrella Michelín.
Es un alimento beneficioso, fácil de elaborar y además es muy barato. Puede convertirse en uno de los snacks que no engordan y te ayudan a mantener tu dieta, o simplemente complementar tu buena alimentación. ¡Rescatemos a los altramuces! Y digo que los rescatemos porque a pesar de ser un superalimento y tener un montón de beneficios, los altramuces no están de moda.
Pero que sepáis que respecto a beneficios para la salud y aporte nutricional, el altramuz no tiene nada que envidiar a otros superalimentos. Hay muchas razones por las cuales se puede incluir el altramuz en esa lista privilegiada, empezando porque es una fuente muy importante de proteínas, aproximadamente el 40%, lo que equivale al doble del contenido en proteínas que los garbanzos, y cuatro veces más que el trigo. Su contenido en fibra dietética es del 34%, incrementando la saciedad. Posee bajos niveles de grasa (menos de un 6%) y abundantes ácidos grasos insaturados, sobre todo omega-6 y omega-9. Y además es libre de gluten, por lo que es un alimento apto para celiacos.
La semilla del altramuz también tiene entre sus componentes compuestos prebióticos, que ayudan al crecimiento de microflora bacteriana beneficiosa para una correcta salud intestinal.
Aportan mucho hierro. Tiene tres veces más hierro que el famoso kale, que tiene 1.5m g mientras que los altramuces tienen 4.5 mg.
Son beneficiosos para personas con hipertensión al ser una fuente de arginina, un aminoácido involucrado en muchos procesos metabólicos que tiene un efecto vasodilatador en los vasos sanguíneos.
No tienen fitoestrógenos. Los fitoestrógenos son sustancias de origen vegetal que actúan de forma parecida a los estrógenos. En algunos casos pueden ser beneficiosos pero en otros no. La soja por ejemplo es rica en fitoestrógenos en cambio los altramuces apenas los contienen.
Seguro que a partir de ahora y con todos estos beneficios que os he contado volvemos a recuperar el bonito y entrañable hábito de “coger un puñado de altramuces para saborearlo en el aperitivo”, o para elaborar riquísimos platos que van a dejar a tus invitados con la boca abierta.