La llegada del verano no solo trae alegrías en forma de vacaciones y buen tiempo. En esta estación del año es cuando más crecen las intolerancias, las alergias alimentarias y las intoxicaciones.
El cambio de hábitos que llevamos a cabo en verano puede traernos problemas relacionados con alergias e intolerancias. Durante esta época se tienen al alcance alimentos, especialmente frutas y verduras, que durante el resto del año no se suelen comer. Se trata de alimentos con propensión a generar alergias e intolerancias tanto por consumo como por el contacto con la piel. En total, entre un 20 y un 35% de la población sufre distintos efectos derivados de la sensibilidad a distintos alimentos.
Con la llegada del verano solemos tener más comidas fuera de casa, como la típica comida familiar que se nos alarga hasta las 5 de la tarde, o una merienda dulce con amigos que llevamos mucho tiempo sin ver, y sobre todo, optamos por alimentos que durante el resto del año no solemos tomar, como helados, batidos fríos o platos específicos de la zona donde vamos a veranear, como una mariscada. El problema es que muchas veces va relacionado con digestiones más pesadas, hinchazón abdominal u otras molestias digestivas que de normal no notamos tanto, y que no nos deja disfrutar del momento como nos gustaría. Pero realmente, ¿qué hay detrás de estos síntomas?
Pues nadie mejor para contarnos todo sobre las intolerancias y alergias que Lorena Calvo, Nutricionista de las Clínicas Cres.
“Hoy en día, cada vez son más las personas que sufren algún tipo de intolerancia alimentaria causantes de los síntomas digestivos nombrados anteriormente, como hinchazón abdominal, flatulencias, digestiones pesadas, o incluso dolores de cabeza, migrañas y problemas en la piel. Sin embargo, son muchos los que desconocen tener una intolerancia diagnosticada y es en verano cuando se pueden agravar más los síntomas asociados al consumir alimentos que durante el año no solemos tomar.”
“Una de las más conocidas es la intolerancia a la lactosa. Producida por el déficit en la enzima Lactasa, encargada de metabolizar este azúcar propio de los lácteos. Al no metabolizarse en el intestino delgado pasa al colon donde es digerida por todos los microorganismos que viven en el, desencadenando los problemas de malestar intestinal. Entonces, ¿en qué alimentos se encuentra la lactosa? La podemos encontrar en leche de vaca, helados, nata, batidos de leche, crema de leche, postres lácteos, mantequilla, así como en sorbetes, tartas, crepes, bizcochos… Como podemos ver, son muchos de los alimentos que tomamos en verano fresquitos a modo de postre o merienda, que sumados a una comida más copiosa, son los causantes de las molestias digestivas.”
Además de la lactosa, existen otras intolerancias como las relacionadas con el gluten y la histamina, que también pueden ser las causantes de nuestros síntomas.
“El problema es que hoy en día se encuentran en gran variedad de alimentos y en una misma comida podemos ingerir estos nutrientes en gran cantidad. Por ejemplo, una comida en una zona costera, en la que tomemos marisco acompañado de una ensalada de tomate, queso fresco y anchoas, con una copa de vino, y después, a modo de postre, una copa de helado, sin darnos cuenta podríamos estar tomando gran cantidad de histamina y lactosa, lo que conllevaría síntomas digestivos en caso de tener dichas intolerancias y desconocerlas.”
“En Clínicas Cres realizamos un test genético nutricional en el cual analizamos la predisposición genética que puede tener un paciente a desarrollar intolerancia a la lactosa, gluten, fructosa e histamina. Además, analizamos la metabolización de algunos nutrientes (hidratos de carbono y los distintos tipos de grasa). De esta forma, podemos orientar al paciente hacia unos hábitos saludables, y sobre todo, adaptados a su genética, con los que disfrutar de la comida y no tener molestias digestivas.”
Mucho cuidado también con las intoxicaciones, tan comunes en verano, por alimentos o bebidas con bacterias, virus, toxinas y parásitos que generan problemas gastrointestinales, como diarreas, fiebres, náuseas o vómitos. Durante esta época del año, la temperatura y la humedad favorecen la proliferación de estos microorganismos, especialmente peligrosos en la carne, el pescado y los alimentos que contengan huevo.
La higiene es fundamental para evitar intoxicaciones. Hay que ser muy pulcros a la hora de manipular los alimentos, cocinarlos y limpiarlos correctamente y no dejarlos a temperatura ambiente más de dos horas seguidas.
Son algunas de las precauciones que debemos seguir en casa y con las que se debe ir con cuidado a la hora de comer fuera, especialmente en países exóticos.
Vamos a cuidarnos mucho este verano tan distinto, vamos a intentar evitar alergias e intolerancias buscando en nuestra genética gracias Clinicas Cres. ¡Y a disfrutar todo lo que podamos!