Hora de relajarse y desintoxicar tu cuerpo con sales de baño
No sé vosotr@s pero yo empiezo a necesitar vacaciones. Necesito relajarme y sueño con estar en el mar, pero como todavía nos faltan unos meses, creo que voy a conformarme con la mejor opción: Tomar baños con sales.
¿Las habéis probado? Las sales de baño son increíbles para darle al cuerpo un baño lleno de salud, de minerales y sobretodo son maravillosas para limpiar nuestro cuerpo liberando toxinas, de hecho, las sales de baño han sido utilizadas desde la antigüedad donde las personas se daban baños termales para recuperarse del cansancio. Son conocidas como beneficiosas para la curación y el tratamiento de diversas enfermedades, especialmente aquellas musculares o relacionadas con la piel y los huesos debido a su alto contenido en minerales como magnesio, calcio, hierro, zinc y cobre.
Hoy tenemos Spas increíbles y tratamientos de hidroterapia, pero cuando no tienes mucho tiempo, basta con llenar la bañera con agua entre 32 y 35 grados, poner un poco de sales de baño, cerrar los ojos, relajarte y disfrutar.
Eso sí, pasados 15 o 20 minutos, cuando termina el baño, me gusta darme una ducha para eliminar el exceso de sal en la piel.
Hay diferentes tipos de sales y mezclas que son ideales para usar en la bañera, por ejemplo se puede usar sal del Himalaya, sal marina, sales de roca, sales con extractos florarles como la sal de baño Flor de Aciano o bombas de baño que combinan distintos ingredientes con propiedades medicinales para el cuerpo. Normalmente se agrupan en función de los efectos que producen, destacando así las sales estimulantes, revitalizantes, relajantes y purificantes. A pesar de que la variedad es abundante, de forma global se clasifican en dos tipos, las sales marinas y las sales de roca. La principal diferencia entre unas y otras reside en que la sal de roca se encuentra presente en la tierra de forma subterránea, mientras que la sal marina se produce por la evaporación provocada por el viento y el sol.
Las sales de baño, aparte de contribuir a la relajación del cuerpo, ayudan a limpiarlo y desintoxicarlo, ya que al ser un baño en agua caliente se abren los poros permitiendo que el cuerpo absorba las sales ayudando a eliminar toxinas, metales pesados, aliviar inflamaciones, dolores, malestares musculares y óseos, problemas cutáneos y otras enfermedades mientras el cuerpo libera estrés. Las sales nutren nuestra piel, relajan los músculos, desintoxican el cuerpo, y finalmente relajan la mente sumiendo al cuerpo en un profundo estado de paz y placer. Como os decía, es un buen remedio también contra varias enfermedades articulares, no para curarlas pero sí para calmar las molestias como por ejemplo reumatismo o inflamación. Finalmente se le atribuyen también beneficios para mordeduras de insectos, ampollas, heridas, acné y hongos.
El momento del baño es súper relajante, especialmente si es caliente, no importa que sea verano o que haya temperaturas elevadas, ya que precisamente el agua tibia es la que nos hace entrar en ese profundo estado de descanso y relax. Y ya si las sales son coloreadas y tintan el agua del baño, se crea un ambiente que potencia sin duda los efectos de éstas.
Entre las sales de baño más relajantes se encuentran las Epsom, que contienen un alto porcentaje de magnesio, ayudan a aliviar el dolor, la tensión y el cansancio muscular. Asimismo es ideal para aquellas personas que sufren artritis. Son unas sales totalmente naturales y sin aditivos de ningún tipo: de color blanquecino y sin aromas, lo cual las convierte en una opción perfecta para aquellas personas con problemas de alergias o piel sensible. Son mis favoritas y os aseguro que se queda una piel súper suave después del baño. A toda mi familia les encanta.
La sal negra del Himalaya es totalmente natural y presenta el nivel más alto de pureza. Se trata de una sal de calidad excepcional y con unas cualidades únicas, al llevar miles de años completamente aislada del exterior. Estas sales de baño son ricas en minerales y en oligoelementos esenciales, que favorecen una buena salud y una sensación de bienestar tras el baño. Se les puede añadir distintos aromas con diferentes propiedades que ofrecen algunas marcas como vainilla y canela, rosas y fresa y limón y coco. Las tres variedades están hidratadas con vitaminas C y E, de modo que tienen además propiedades antioxidantes.
La combinación del limón y el coco estimula los sentidos y combate el estrés, la mezcla de rosas y fresas palia el agotamiento tanto físico como emocional, y la vainilla con la canela favorecen un estado de total relajación.
Las sales de baño con aceite esencial de lavanda son excelentes para ayudarte a dormir mejor, aliviar el estrés y relajarte tras una larga jornada de trabajo. Además de la lavanda puedes elegir otras opciones: eucalipto, rosa, hierba limón, ylang-ylang, brisa marina, sándalo...
El aroma proviene de aceites esenciales y no de perfumes sintéticos, con lo que es perfecta para personas de piel sensible o con alergias. Además, estas sales de baño tiñen ligeramente el agua, lo cual crean un clima aún más relajante si cabe. Además de aceite esencial de lavanda, también contienen iones de calcio, potasio y sodio.
También hay sales de baño con colágeno para mejorar la elasticidad de la piel, eliminar el estrés y la fatiga y restaurar la energía y vitalidad.
Las sales de baño tienen otros muchos usos distintos y todos ellos son beneficiosos tanto para la salud como para nuestro aspecto físico.
Se pueden usar como mascarilla para el rostro o mezcladas a partes iguales con agua o con un aceite portador, como el de oliva, el de coco o el de almendras, pueden servir de exfoliante corporal.
Si disuelves sales de baño en agua caliente y después dejas enfriar la mezcla, habrás conseguido un tónico facial natural y antibacteriano, perfecto para pieles con acné.
Puedes incluso usarlas para mejorar tu higiene bucal si las mezclas con bicarbonato de sodio. Esta fórmula tiene un efecto blanqueador en los dientes y desinfectante.
También sirven como tratamiento de uñas y cutículas. No tienes más que disolverlas en un recipiente con agua caliente y sumergir las manos durante unos minutos.
¡Ahora a preparar tu baño de sal!