Cuando hablamos del musgo es inevitable recordar la Navidad y los Nacimientos que adornamos con esta pequeña planta. Pero más allá de eso, el musgo es una planta bastante desconocida y que pasamos por alto muchas veces cuando paseamos y la vemos en paredes o en rocas, en zonas sombrías y con mucha humedad.
Sin embargo, debemos saber la importancia que tiene esta planta en el ecosistema, buscando equilibrar el ciclo hidrológico que se genera en la zona en la que está ubicada, principalmente esto ocurre gracias a su característica más importante, es decir, la capacidad de retención de agua. Según el tipo de musgo, es capaz de captar 300 veces su peso en agua, actualmente se conocen más de 15 mil especies diferentes de musgo.
Esta planta y en su hábitat natural, es la encargada de tomar agua en el invierno y mantenerla para después liberarla en el verano, pudiendo así, acelerar la descomposición de la materia orgánica y posteriormente convertirse en abono.
También tiene la capacidad de reunir muchos nutrientes para poder contribuir con la germinación y con la producción de semillas nuevas para poder crear vida en nuevos espacios.
Fascinante también su poder antibacteriano, esto hace que sea una planta muy resistente y que se utilice para ayudar con las enfermedades, la putrefacción y contra las plagas.
Además de todo esto, tiene la capacidad de sostener el suelo y evitar que se produzca la erosión, esto hace que el musgo sea un elemento muy importante en la naturaleza.
Ahora que están tan de moda los “jardines verticales”, hay un tipo de musgo, el musgo sphangnum que tiene una gran utilidad en este tipo de jardines debido a su aislamiento acústico.
Pero esta pequeña planta me ha comenzado a fascinar ya no solo a nivel decorativo y ecológico, también a nivel salud porque tiene propiedades medicinales que yo desconocía. Se suele utilizar para las dolencias, se usa como ungüento y en aceites que alivian heridas leves, picaduras de insectos, quemaduras y eczemas. También se han estudiado mejoras en los tumores aplicando medicamentos que contienen esta planta.
En China, con su larga tradición en la medicina naturista, alrededor de 40 especies de briofitas se consideran medicinales, y algunas de ellas se incluyen en los tratamientos contra los cálculos renales, las enfermedades cardiovasculares, las nerviosas, la amigdalitis, la bronquitis y la cistitis.
Y como no podía ser de otra manera, la cosmética también se ha enamorado del musgo y ya existe en el mercado nuevas líneas cosméticas que aumentan la resiliencia de nuestra piel.
Parece ser que el musgo tiene una acción anti edad espectacular que en dos semanas nos deja la piel visiblemente regenerada y rejuvenecida.
Como os comentaba al principio, los musgos son las primeras plantas que colonizaron el planeta y ofrecen una gran resistencia a los climas extremos y entornos con cambios drásticos, lo que la convierte en una planta única y muy innovadora a la hora de fortalecer y proteger la piel mientras revierte los signos del envejecimiento.
La línea se llama Júlia MOSS y combina en sus productos el poder de tres plantas del bosque: musgo, liquen y helecho, además de ácido hialurónico y un derivado del plancton marino para dar más energía a las células.
Deseando probarlo, ya os contaré!!