Cúrcuma, un milagro en la cocina
La cúrcuma es una raíz que uno no sabe si guardar en la despensa o en el botiquín. Combate el envejecimiento, alivia las molestias estomacales y es un potente antioxidante. ¡Eso así, para empezar!
Me gustan mucho las especias para cocinar y en mi cocina siempre encuentras de todo tipo: comino, curry, romero, pimienta, pimentón, canela… Pero lo que no sabía es que con la cúrcuma tengo una farmacia en casa, es como tener un ibuprofeno natural ya que entre sus cualidades más conocidas está la de tener efecto antiinflamatorio (muy recomendable por ejemplo en casos de artrosis), pero también destaca su potente acción antioxidante y como alivio para las molestias estomacales.
La cúrcuma es mucho más que una especia aromática. Sus beneficios para la salud se conocen desde hace más de 4.000 años en la India, y desde hace unas décadas se han comprobado y reconocido en Occidente, haciendo que su consumo se extienda rápidamente.
Buena parte de las propiedades atribuidas a la cúrcuma (antiinflamatorias y anticancerígenas, por ejemplo) son debidas a su acción antioxidante. Y más concretamente a la acción de la curcumina, un compuesto fenólico que contiene el rizoma de la planta y que se asimila mejor cuando se acompaña de pimienta negra y de alguna grasa.
Si se asimila bien, la curcumina combate la oxidación de los tejidos, reduciendo su irritación y deterioro. De ahí, la eficacia de esta raíz medicinal frente a los trastornos inflamatorios y neurodegenerativos.
Pero sus propiedades son muchas. La medicina tradicional la ha utilizado para todo tipo de trastornos, desde desinfectar heridas a tratar resfriados, eccemas o picaduras.
Hoy me gustaría hablaros de sus beneficios, algunos de los cuales se han demostrado científicamente.
Por ejemplo, ayuda a combatir el cáncer. Hay estudios que demuestran que la curcumina reduce la aparición de células cancerígenas en la boca, la piel y el intestino. Tanto que se considera un potencial agente quimiopreventivo del cáncer. También facilita la muerte prematura de la célula cancerosa y es capaz de inhibir las metástasis en numerosos tumores.
El cáncer de mama es uno de los que mejor responde a la curcumina. Puede emplearse como complemento de la quimioterapia, pues potencia la eficacia del taxol y posee una acción parecida al tamoxifeno (ambos fármacos habituales en este tipo de cáncer).
Es digestiva y quemagrasas, añadida a los guisos, la cúrcuma facilita el metabolismo de las grasas. Por eso se recomienda cuando el colesterol está alto o en casos de diabetes. En las personas sanas resulta un excelente digestivo con las comidas que son especialmente grasas.
La enfermedad de Alzheimer, cuyas causas se desconocen, implica una inflamación crónica del sistema nervioso central. Existen estudios experimentales que sugieren que, gracias a su efecto antiinflamatorio, el consumo de cúrcuma mejora la calidad del tejido cerebral y reduce la progresión del Alzheimer.
También se aconseja para proteger al ojo de la degeneración macular. Esta es una enfermedad propia de la vejez, en la que la mácula –una parte muy sensible de la retina– empieza a degradarse y a perder su capacidad de percepción. Pues bien, la curcumina regenera la llamada "púrpura retiniana", implicada en la percepción de los colores y en condiciones de poca luz.
Estos son solo algunos ejemplos de los beneficios que puede ofrecernos a nivel interno, pero también viene de perlas para el cuidado de la piel, y en problemas tan complicados de tratar como la psoriasis.
Como veis, me sobran los motivos para utilizar habitualmente la cúrcuma en mis recetas. ¡Me encanta su sabor, pero también el color tan especial que da a los platos.
Ahora bien, la curcumina aislada no es bien asimilada por el organismo. No se absorbe bien y no llega a los tejidos, así que no puede actuar y es rápidamente eliminada. Por eso hay que seguir los consejos y las recetas de los más entendidos para poder asimilarla bien.
Es mejor consumir la cúrcuma entera, es decir, el rizoma, ya que se asimila mejor que la curcumina aislada. Además se puede combinar fácilmente con aceite de oliva, de coco u otras grasas vegetales. También es una buena combinación utilizar pimienta negra a la vez que la cúrcuma.
Algunas ideas para utilizar cúrcuma en la cocina son:
- La cúrcuma puede sustituir al azafrán en platos de arroz, pastas, verduras y sopas. Además, aporta sabor a quiches y quesos.
- En las frituras y los salteados añádela en el último momento para que no se queme.
- Puedes preparar una salsa de cúrcuma para tus verduras. Añade media cucharadita de cúrcuma, tomillo, una pizca de sal y unas gotas de zumo de limón a un yogur natural de soja. Puedes utilizar esta salsa en platos de verduras al vapor o crudas.
Y como buen quemagrasas, os dejo también una receta que nos puede ayudar en la pérdida de peso. Es muy sencillo de preparar:
El jugo de 2 limones
1 cucharadita de cúrcuma
1 cucharadita de levadura de cerveza
1 ajo
Mezclamos todos los ingredientes con una batidora para que la cúrcuma emulsione y se mezcle bien con todos los ingredientes. Se toma una vez al día, preferiblemente a media tarde.
La cúrcuma no solo es un condimento perfecto en la cocina, también combina muy bien con frutos secos y frutas como la manzana, el mango y los cítricos.
Aprovecha sus ventajas y disfruta de su sabor y color en tus platos mientras ganas en salud por dentro y por fuera.