Conoce tu cuerpo y lo que necesita
Los análisis genéticos son pruebas que se realizan cada vez más y por varios motivos u objetivos. En gran cantidad de casos se realiza para estudiar la presencia de una enfermedad hereditaria, tanto para ver si existe en esa persona como para ver si su descendencia será portadora de la misma. También para ver la predisposición genética que tenemos a diversas enfermedades, como puede ser el cáncer, diversas cardiovasculares e incluso neurodegenerativas.
Este tipo de análisis también es útil cuando se planea un embarazo, ya que se obtiene una valoración de los problemas que puede haber, como posibles enfermedades o anomalías físicas. También ayuda a determinar problema de infertilidad. ¿Pero qué es exactamente y cómo se hace este análisis?
El análisis genético sirve para identificar la mutación genética de una determinada enfermedad de una persona, que como ya os he contado, puede ser de varios tipos. Estas mutaciones muchas veces son fácilmente reconocibles porque son muy grandes y se pueden ver directamente en los cromosomas, pero esto no es lo normal. Lo normal es que sean mutaciones tan pequeñas que sólo interfieren en una base del ADN (Adenina, Guanina, Citosina o Timina) o en una corta secuencia de las mismas.
Para poder realizarlo, se estudia el material genético que tenemos en cada una de nuestras células, pero tranquilos, que para ello no es necesario que nos examinen el cuerpo entero, con una pequeña muestra de sangre es suficiente. Las células de esta muestra se cultivan y procesan, de ellas se extrae ADN y se analiza una parte del mismo. Esto se llama secuenciación del ADN y es la forma más efectiva de hacerlo, ya que permite leer cada una de las bases que forman el ADN, y así poder verlo en cada persona y sacar de ahí los datos que se necesitan.
Pero conocer las enfermedades de las que os hablaba y determinar si son hereditarias o no, no es el único fin de este tipo de pruebas. Hay un tipo de análisis genético que se ha desarrollado especialmente enfocado al ámbito nutricional y que permite conocer la carga genética que tenemos relacionada con el sobrepeso, la obesidad e incluso la intolerancia a diversos alimentos. También permite saber cómo afectan los diferentes alimentos que ingerimos sobre esta carga.
El equipo biomédico de Cres Genomic ha desarrollado Geneticres Nutricional, un test en el que se estudia el historial clínico del paciente, los hábitos de vida que lleva y la carga genética del mismo, lo que permite desarrollar un informe personalizado para cada paciente. En este informe, nos encontramos con el análisis genético y una evaluación del estado saludable, un diagnóstico de sobrepeso según cada persona. Las intolerancias metabólicas y genéticas alimentarias y en función de esto también se incluye una dieta personalizada según las intolerancias. Por último, se presenta un tratamiento nutracéutico y diversos consejos que el paciente debe seguir para notar una mejora.
Debido a mucha gente que tiene sobrepeso por problemas hormonales que regulan la sensación de saciedad, este análisis cuantifica tres tipos de variaciones de dos genes que modifican esta sensación, lo que permite conocer qué tan propensa es una persona a sentirse hambrienta y así poder poner unas guías que pueda seguir, permitiendo que controle mejor su apetito. Este factor es muy importante sobre todo después de una dieta.
Gracias al informe, podemos conocer cuál es la tendencia de nuestro cuerpo frente a la obesidad, es decir, sabremos cuál es realmente nuestra constitución, y aquí no vale decir que se es de constitución “fuerte” o cosas de este estilo, sino que lo sabremos con exactitud. Conocemos nuestro Índice de Masa Corporal (IMC) y vemos hasta donde está condicionado por la genética, pudiendo de esta manera ponernos objetivos realistas y adelgazar con mejores resultados y de manera más sana.
Esto mismo permite conocer también la forma que tenemos de reaccionar frente al ejercicio físico, si la grasa que quemamos es la acumulada o no y diversos aspectos relacionados con el tema de ejercitarnos.
Respecto a la asimilación de alimentos e intolerancias, se estudian cuatro genes que se relacionan con la absorción, metabolización y acumulación de grasas e hidratos de carbono. Esto permite saber qué tipo de grasa pasa por cada uno de estos procesos y así se puede crear una dieta específica de gran eficacia para cada persona.
En cuanto a las intolerancias, normalmente se deben a alteraciones genéticas de diversas enzimas que intervienen en el metabolismo de los nutrientes. Por lo que una vez definidas con claridad, se puede tener una dieta adecuada a lo que podemos ingerir con normalidad y lo que no. Aunque las intolerancias más conocidas son a la lactosa y al gluten, hay más tipos que también repercuten en varias personas sin que lo sepan.
Por último, un añadido que tiene este estudio que os quiero comentar es que se estudian tres micronutrientes que son casi igual de importantes o más que el resto, pero que estén presentes en proporciones muy bajas, estos son el ácido fólico, la Vitamina D y la sal, esenciales en el día a día y que ayudan a prevenir enfermedades.