Por sus propiedades, las algas han sido empleadas como parte de los tratamientos para enfermedades crónicas de la piel debido a los nutrientes que contienen, como la espirulina, rica en antioxidantes, vitaminas, minerales, ácidos grasos omega, ácido fólico y oligoelementos, que fortalece tanto la piel, como las uñas y el cabello, entre otras partes u órganos del cuerpo.
Entre los beneficios de las algas se encuentran que reduce el acné, retrasa el envejecimiento y previene la aparición de arrugas. Los ácidos grasos que contienen ayudan a prevenir el crecimiento y la acumulación de bacterias en la piel, causantes de muchas enfermedades.
El peróxido de benzoilo y ácido salicílico, presentes en las algas, tienen cualidades depurativas o purificadoras que ayudan a renovar las células de la piel y a retrasar la aparición de manchas y arrugas.
Las algas tienen también un efecto protector frente a los radicales libres, debido a que sus antioxidantes y vitaminas E y C contribuyen a disipar la energía del oxígeno singular y bloquean el daño de los radicales responsables de promover el envejecimiento de la piel. Contienen aminoácidos que ayudan a rellenar la piel, alisar líneas finas de expresión y le brindan luminosidad. Los minerales como el zinc y magnesio de las algas protegen a la piel de los daños ambientales, combaten los radicales libres y son un ingrediente antiedad natural.
Muchos tratamientos anticelulíticos están basados en las propiedades de las algas, debido a que promueven la vasodilatación local y el aumento de la circulación de la sangre y el flujo linfático. Reactivan la eliminación de grasa localizada y la temida piel de naranja, además de regular las hormonas relacionadas con la producción de energía y el metabolismo de las grasas.
Las algas pueden ofrecer muchos beneficios a la piel cuando son aplicadas vía tópica ya que, a través de los fitonutrientes en la alimentación, se puede obtener un efecto cardioprotector y anticancerígeno.
Entre las algas más beneficiosas se encuentra el Alga de las nieves, un Alga Cryophilica que proviene de las montañas de Suiza. Este activo ayuda a la piel a producir colágeno, aumentando la función barrera de la misma y mejorando visiblemente su aspecto. Además, protege las células de la piel de los radicales libres, mejora la longevidad de éstas y ayuda a su renovación, lo que la convierte en un aliado perfecto para combatir el envejecimiento prematuro.
Germinal Colágeno y Elastina es un potente suero en formato ampolla (que facilita la conservación de los componentes y el reciclado) formulado con materias primas de origen marino y compuesto por las cantidades exactas de estos tres principios activos, colágeno, elastina y extracto de alga de las nieves, gracias a los cuales conseguirás:
Me gusta mucho también la Mascarilla facial de algas de Armonía. Apta para todo tipo de pieles, gracias a su alta concentración de oligoelementos y sales minerales, que devuelve el equilibrio a la piel. Además, la capacidad estimulante del alga wakame despierta la piel, tonificando los tejidos flácidos y unificando el tono, mientras que el árnica consigue favorecer la microcirculación para que las células epiteliales reciban nutrientes suficientes.
Maravillosa la crema corporal reparadora Tsarina de las nieves de Natura Siberica. Las algas de las islas Faroe son ricas en vitaminas A, B1, B2, B6, B12, C y E, microelementos y yodo que promueven la restauración de una hidratación equilibrada y rellena la piel con minerales, dejándola más firme y más elástica.
Otro tipo de algas son las algas de Klamath. Son plantas muy beneficiosas para la salud y ayudan a la prevención de muchas enfermedades. Se trata de una hierba poco conocida, pero tiene grandes propiedades usadas en la Fitoterapia. Es un alga silvestre de agua dulce que se produce en las aguas puras y corrientes del lago Upper Klamath, que se encuentra al pie de un volcán, al sur del estado de Oregón (USA).
El lago se encuentra a 1.300 metros de altitud por lo que sus aguas no están contaminadas, la atmósfera es limpia y el sol es intenso, hasta 300 días de sol al año, siendo un entorno excepcional para la fotosíntesis, mientras que los fríos inviernos hacen producir al alga una importante cantidad de ácidos grasos esenciales omega 3 y omega 6. Estas condiciones climáticas crean un entorno ideal para el crecimiento del alga.
Entre el 60 y el 70% del alga está constituida por proteínas, estando presentes aminoácidos esenciales en la misma proporción que se encuentran en el cuerpo humano. Además, contiene minerales orgánicos altamente asimilables, vitaminas, incluyendo las del grupo B, especialmente la B12, betacarotenos, lo que facilita su asimilación.
Diversos estudios apuntan a que el alga Klamath puede estar indicada en casos de fibromialgia, alergias respiratorias o nutricionales y, por contener feniletilamina, en niños con déficit de atención e hiperactividad mejora la memoria y regula los estados de ansiedad y depresión.
Además, es un excelente estimulador del sistema inmune y actúa en el intestino como un probiótico, contribuyendo a mantener sana la flora intestinal.
Actualmente, hay un ingrediente natural que llama muchísimo la atención, no solo por sus beneficios, sino también por su color tan sorprendente y diferente. Hablamos de la espirulina azul, una tonalidad muy peculiar que es debida a la presencia de clorofila y un pigmento procedente de la ficocianina.
Llama la atención su peculiar color azulado, pero sobre todo es interesante el aporte nutricional que ofrece a nuestro organismo.
La espirulina es un tipo de alga considerada como un superalimento por la Organización Mundial de la Salud. Es un componente esencial para combatir la desnutrición en el mundo y, por ello, los astronautas de la NASA utilizan esta dieta desde la década de los ochenta, mucho antes de que se popularizara este ingrediente.
Los beneficios más destacados que nos aporta este superalimento son: