Llega el otoño y con él la nueva cosecha de frutos secos: almendras, piñones, avellanas, castañas, nueces y pistachos.
Todos ellos con múltiples propiedades beneficiosas para la salud ya que proporcionan mucha energía acompañada de fibra, son antioxidantes, tienen muchas vitaminas y minerales, aportan muchas proteínas y grasas saludables que ayudan a proteger el corazón y el cerebro.
Pero hay que tener mucho cuidado y estar muy alertas porque la alergia a los frutos secos es una de las más comunes.
En la mayoría de casos la alergia se produce a uno o a unos pocos frutos secos. Es exagerado rechazarlos todos porque no pertenecen a la misma familia botánica y no comparten un mismo alérgeno.
La alergia a los frutos secos es una respuesta anormal del cuerpo frente a sus proteínas. Después del pescado y marisco, los frutos secos son los alimentos que más alergias alimentarias suelen causar en la población.
Hay que estar muy alertas a los síntomas porque estos se pueden presentar en segundos o hasta dos horas después de ingerir el alimento. En la mayoría de los casos se quedan ahí, pero en algunos empeoran y puede aparecer, incluso, dificultad para respirar. En este caso es importante acudir a urgencias cuanto antes.
Las señales de alergia a los frutos secos pueden ir del picor en la boca o todo el cuerpo, con estornudos, goteo nasal y lagrimeo, vómitos, calambres abdominales o diarreas, hasta síntomas más intensos de angioedema e incluso shock anafiláctico (que puede ser fatal si no se actúa a tiempo).
Por eso conviene hacerse pruebas periódicas para comprobar si ha desaparecido la sensibilidad o si por el contrario persiste y debemos seguir tomando todas las precauciones. Hoy en día, la alergia a los frutos secos se puede considerar una afección muy importante, ya que se suele manifestar a edades muy tempranas y en gran números de casos perdura de por vida.
Debemos evitar consumir:
– Alimentos étnicos, productos comerciales que sufren horneado, ya que cada vez se les añaden más frutos secos durante el proceso de elaboración.
– Dulces, pasteles, pastelitos y productos horneados con ingredientes desconocidos.
– Muesli y cereales con frutas para desayuno, así como barras con frutos secos salados.
– Barras energéticas para deportistas y barras de alimentos concentrados.
– Bombones y barras de dulce.
– Platos vegetarianos preparados con frutos secos y algunas hamburguesas vegetarianas o de soja.
– Galletas y snack salados.
– Ensaladas preparadas y aderezos para ensaladas.
– Productos típicos navideños como el mazapán, guirlache y el turrón.
– Golosinas con frutos secos
– Pasta y cremas que contengan frutos secos
– Aceites de frutos secos (también el de girasol)
– Productos de panadería que contengan frutos secos (panes de semillas).
– La salsa barbacoa, las galletas saladas y los helados, ya que hoy en día los fabricantes tienden añadirles frutos secos.
– En el caso de personas alérgicas al pistacho y el anacardo, se debe excluir de su dieta el mango, ya que es de la familia Anacardiaceae.
Lo que nunca se me había ocurrido pensar es en evitar también los cosméticos y productos de higiene hechos a base de aceite almendras. Son capaces de provocar reacciones al entrar en contacto con la piel.
Almendras, castañas, avellanas, nueces, etc., pueden provocar síntomas en las personas incluso sin consumirlas, simplemente por un contacto con la piel o por inhalación.
Algunas personas son tan sensibles que no solo deben evitar comerlos sino que además no pueden tomar alimentos que estén hechos con los mismos instrumentos que se usen en la fábrica que los elabora o productos que los contengan. En estas circunstancias juega un papel fundamental el etiquetado alimentario.
No existe ningún medicamento específico para tratar la alergia a los frutos secos. El mejor tratamiento es tan simple como evitar consumir todos los alimentos o productos que contengan frutos secos.
Si tenemos un hijo con alergia a los frutos secos, es de vital importancia informar de ello a toda persona con la que dejemos al niño (colegio, familiares, amigos), incluso en bares y restaurantes cuando comamos fuera de casa.
Son pequeñitos, están deliciosos, son muy saludables, pero si hay alergia… pueden ser de lo más matones.