El ácido hialurónico es uno de los componentes fundamentales de la piel, por lo tanto es uno de los materiales más versátiles con los que se trabaja en Medicina Estética, especialmente en la parte facial. También, se utiliza para hidratar pieles que están más castigadas, para rellenar arrugas o reponer volúmenes.
Asimismo, es un gran estimulador celular, ya que mejora la formación de colágeno y es un antioxidante natural. El daño que se produce en la piel por radiación ultravioleta del sol, el fotoenvejecimiento, el estrés, por medicación, etc., provoca un mayor envejecimiento y un aumento en la formación de manchas. El ácido hialurónico va a compensar esta oxidación (o agresión) en nuestra piel, y por este motivo, aunque de manera indirecta, es un gran regulador celular.
Por eso hoy he querido dejar reflejado en este artículo, de la mano del maestro y pionero de la introducción e implantación del ácido hialurónico en España, el Dr. Jesús Sierra Antiñolo, médico estético en su clínica Deam, en Madrid, cómo actúa realmente el ácido hialurónico en nuestra piel.
Así que os dejo con sus palabras, para que conozcamos realmente qué es el ácido hialurónico, sus clases y sus principales usos en medicina estética:
“El ácido hialurónico es un componente del tejido conectivo del organismo en nuestra piel. Está presente en los cartílagos, en las articulaciones y en la propia piel sobre todo. Su función principal es la de mantener la piel hidratada y con elasticidad. Las fibras de colágeno y elastina están introducidas en medio de ese ácido hialurónico, que es el encargado de proporcionar a la piel su tensión, hidratación, densidad (una piel estable, ni muy fina ni muy gruesa) y tersura. Tiene una gran función de hidroscopía, atrae mucho el agua, por eso hidrata tanto.”
“El ácido hialurónico que se emplea en estética es muy similar al de nuestro organismo. Y se pierde con el paso del tiempo al igual que el colágeno y la elastina. En la piel existe una célula que se llama fibroblasto que se encuentra por todo el organismo y se encarga de producir el ácido hialurónico, el colágeno y la elastina que constituyen el 80% de la dermis. A medida que pasan los años, estas células no son capaces de ir renovando estos componentes, de destruir lo viejo y producir lo nuevo, y esto es un equilibrio que cuando eres joven se mantiene perfectamente, pero la capacidad de renovación de los fibroblastos va disminuyendo con el tiempo. ¿Cómo se eliminan el ácido hialurónico antiguo, el colágeno y la elastina? Los fibroblastos también producen 3 tipos de enzimas: elastasa, colagenasa e hialuronidasa que son las encargadas de destruirlos. Y curiosamente, mientras que la capacidad de renovación de las células va disminuyendo, la capacidad de destrucción de las enzimas no varía. Por eso envejecemos.”
“Además de hidratar la piel, la función primordial que tiene el ácido hialurónico es la de redefinir volúmenes, tratar surcos, hendiduras, arrugas profundas… Recuperar los volúmenes perdidos cuando una persona empieza a perder pómulo, mejillas, labios, el surco nasogeniano se empieza a marcar mucho, arrugas en la frente muy profundas… El envejecimiento también se produce por la pérdida de grasa que hay debajo de la piel. Los compartimentos grasos que hay por toda la cara: frente, párpados, mejillas, pómulos, malar, oval, mentón… son los que dan forma a nuestro rostro y ese aspecto de juventud que cuando somos jovencitos nos hace tener una piel tersa y perfecta. Pero con el paso del tiempo van perdiendo su volumen y ya no sujetan la cara produciendo el descolgamiento. Se van reabsorbiendo y los ligamentos de la cara y se van desplazando hacia abajo produciendo un efecto gravitatorio. Esto deriva en un aspecto de cansancio y envejecimiento de la piel.
El ácido hialurónico repone esos volúmenes donde se están perdiendo y eso es lo que se llama remodelación facial para devolver la lozanía a la cara y recuperar el aspecto juvenil gracias a su efecto tensor. Luego hay pacientes, por ejemplo, que sin haber pérdida de pómulo, quieren tener más. Ahí entramos en el concepto de la estética que tiene cada persona y nuestro deber como médicos estéticos es aconsejar, orientar y controlar que el aspecto siempre sea natural. Yo siempre mantengo que te tienen qué decir ¡Qué guapa estás! y no ¿Qué te has hecho?”
“Hay diferentes tipos de ácido hialurónico. Está el que se implanta para voluminizar o redefinir un rostro que ha perdido volumen, que está arrugado, que tiene los surcos muy marcados… Y se llama reticulado. Produce un aumento de volumen allá donde lo pongas. La reticulación sirve para que la hialuronidasa tarde más tiempo en destruirlo o en que se reabsorba. Cuanta más reticulación y más cantidad de mg por mililitro se utilice más va a durar el efecto volumétrico y de rejuvenecimiento.
Luego están los ácidos hialurónicos no reticulados o semi reticulados que van unidos a aminoácidos y péptidos y su función es rejuvenecer la piel, no dan volumen pero sí redensifican. Mejoran la microarruga, la sequedad de la piel, la luminosidad, la tersura, pero sin voluminizar y sin capacidad de relleno.”
Como todo en esta vida, el ácido hialurónico de calidad, científicamente probado, que da mucha seguridad y que no produce efectos secundarios, que se adapta muy bien al organismo y que produce muy poca inflamación en la piel, suele ser caro.
Hago este inciso en la entrevista con el Dr. Sierra para comentaros que siempre hay que ponerse en manos de profesionales que te aconsejen y te orienten, porque a veces llegas con un concepto equivocado de lo que quieres o necesitas. Y que te den seguridad tanto con el producto como con el resultado. Hay que saber quién te lo pone, qué te pone, cómo te lo pone, qué estudios tiene… El encarecimiento del producto viene muchas veces por las manos de quien te lo pone y eso es dinero bien invertido. La técnica que se utiliza para implantar el ácido hialurónico es muy importante para que el resultado sea natural y el Dr. Jesús Sierra es el maestro de muchos médicos estéticos de nuestro país a quienes ha impartido seminarios, conferencias y master class.
“Lo primero de todo y fundamental es la práctica, tienes que poner muchos implantes en tu vida para poder manejar bien el ácido hialurónico. Hay que tener en cuenta a la hora de implantarlo que no todos los pacientes retienen la misma cantidad, no todos los pacientes requieren pincharse en los mismos sitios, hay que estudiar muy bien la cara del paciente, qué es lo que le preocupa o qué es lo que no le gusta y corregir con el ácido hialurónico. A la hora de inyectarlo, la mayoría de los ácidos hialurónicos de calidad llevan lidocaína en una proporción muy pequeñita, que es un anestésico que hace que la inyección sea más confortable y no duela. Técnicas hay muchísimas, cada paciente necesita un tipo de técnica, una forma de inyectarse. Se puede hacer con aguja o se puede hacer con cánula, depende de la zona a tratar. La cánula es mucho más segura, la aguja puede tener algún riesgo dependiendo de la zona que pinches. Es un gel y uno de los mayores riesgos que tiene el ácido hialurónico es que ese gel, cuando utilizas aguja, se inyecte en una arteriola, en una pequeña arteria y la llegue a obstruir. Por eso la aguja se utiliza solo en zonas donde el riesgo es mínimo y en el resto de zonas se utiliza la cánula que no tiene punta, es roma. Tiene el mismo grosor que la aguja y puede ser mucho más larga. Pero si llegas con la cánula a un vaso o arteriola, al no tener bisel nunca lo laceraría ni rompería, con lo que es prácticamente imposible que haya riesgo de introducir el gel. Pero igualmente hay que tener cuidado con la cantidad que inyectas a su alrededor porque puedes comprimirla. Por lo tanto, conocer la anatomía de la cara es fundamental. Hay que saberse al dedillo tanto la posición de las arterias, como de las venas, como de los nervios para no tener ningún problema a la hora de poner el ácido hialurónico. Y por supuesto, esencial tener sentido de la estética, de lo que es un rejuvenecimiento facial y no realizar una exageración ni una deformidad.”
“El ácido hialurónico tiene una durabilidad diferente una vez que lo implantas dependiendo de la edad del paciente. A personas de edades comprendidas entre los 28-40 años les puede llegar a durar un año, cuanto más joven eres más te va a durar. Incluso una rinomodelación con ácido hialurónico puede llegar a durar 2 años. El ácido hialurónico se reabsorbe por 3 razones principales: Primero por el calor, por el efecto térmico, si en verano te pones a tomar el sol en las horas más fuertes pues te va a durar nada y menos y se va a reabsorber más rápido. Segundo por efecto mecánico, por el movimiento facial en las zonas con las que más gesticulamos o más movemos mecánicamente. Y tercero la cantidad de hiauronidasa que tenga cada persona.”
“Además de recomponer volúmenes, distribuir la grasa en el rostro y mejorar volumétricamente tu aspecto físico, también es antienvejecimiento. La gente que se empieza a cuidar pronto y se va tratando con ácido hialurónico probablemente nunca le haga falta un lifting ni nada.”
“Con ácido hialurónico se puede tratar prácticamente todo desde unas sienes hundidas, ojeras, hendidura malar, mentón, reborde mandibular, surcos, comisuras, labios, arrugas de labios, rectificar la nariz o la sonrisa gingival (tiene unos resultados espectaculares), incluso un full face.”