¡Ha llegado la primavera! Los días son más largos, suben las temperaturas y la vegetación está en su máximo esplendor. Estos cambios que a simple vista pasar inadvertidos, pueden afectar a nuestra salud y en nuestro estado de ánimo.
No os pasa que, con el cambio de estación, os sentís más cansados, tenéis falta de apetito o problemas para conciliar el sueño… estos son algunos de los síntomas que afectan a nuestra rutina diaria. Es lo que se conoce como astenia primaveral. Es un problema, que sufren miles de personas cada año, con la llegada de la primavera.
Es una sensación de falta de vitalidad, alteración del sueño y debilidad a nivel físico y mental, asociado con la llegada de la primavera. Esto reduce la capacidad para realizar todo tipo de tareas, incluso las más simples relacionadas con nuestro trabajo o nuestra vida cotidiana.
La astenia primaveral no es una enfermedad, sino un trastorno “temporal” que se va pasando según avanza la estación. Los síntomas más comunes son cansancio, somnolencia durante el día, falta de energía, alteraciones del sueño, especialmente dificultad para conciliarlo, problemas de concentración, irritabilidad, falta de motivación… El tiempo medio de duración de estos síntomas es de 15 días, hasta que el cuerpo se acostumbra al nuevo horario, a las horas de luz y temperatura, que le han afectado.
No hay un tratamiento “específico” para minimizar los síntomas de la astenia primaveral. Pero sí podemos ayudar a acabar con estos síntomas, incorporando pequeños cambios a nuestra vida diaria:
- Nos podemos anticipar al cambio horario, adaptando gradualmente la rutina diaria a la nueva hora, antes de que éste se produzca. Es importante que los horarios de comida y sueño sean muy regulares, manteniendo los intervalos habituales.
- Hacer ejercicio siempre de forma moderada, nos ayudará a acelerar el proceso de adaptación, facilitando la liberación del estrés y la conciliación del sueño, será más reparador.
- Tenemos que intentar llevar un ritmo de vida ordenado respetando los tiempos de descanso, debemos dormir al menos 8 horas. Mantener las rutinas del sueño es fundamental: la astenia primaveral afecta a la secreción de melatonina –la hormona que induce el sueño– y puede ocasionar alteraciones del sueño, lo que provoca que éste no sea todo lo reparador que debiera.
- Mediante la alimentación podemos combatir la astenia de una forma natural. Debemos tomar menos alimentos hipercalóricos y darle más protagonismo a las frutas y verduras frescas, ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes.
Hay muchos alimentos que nos proporcionan la energía o aminoácidos necesarios que nos ayudan a que la transición a la primavera sea más fácil. Alimentos como:
No depende de nosotros tener estos síntomas en esta época del año, pero podemos minimizar sus efectos siguiendo estos sencillos consejos. Si hacemos un poco de ejercicio, descansamos las horas necesarias y nos alimentamos de forma adecuada, es más, la propia estación proporciona las herramientas perfectas para conseguirlo, ofreciéndonos los alimentos ricos en vitaminas y minerales podemos recobrar la sensación de energía y decir “adiós a la astenia primaveral”.