El vodevil de anoche dejó varias víctimas, pero Abraham logró salir indemne y volvió a proclamarse líder del grupo. En una estampa a medias entre San Sebastián y San Lorenzo, casi con escenografía de 'Jesucristo Superstar', el cuatro veces líder soportaba un soplete con aspiraciones de lanza llamas a escasos centímetros de su piel durante casi dos minutos y medio. Ponle a Abraham cualquier prueba dura de resistencia que te aguanta ese tiempo. Es su punto de intolerancia al sacrificio.
Digo yo que podrían haberles puesto el soplete delante a todos en lugar de preguntarles tanto si alguien del grupo le había dado demasiado a la “muy”. Al parecer, en la isla saben lo de las fotos de Oriana con un muchacho cuyo nombre no se pronuncia no por nada, simplemente porque nadie lo recuerda. Como suele pasar, el último en enterarse fue anoche Tony, para lo cual le llevaron a sus padres. Los señores de Spina bajaron del helicóptero y permanecieron de pie, en la misma postura (ella medio ladeada, muy al estilo Elsa Pataky) durante medio programa. Pero al final se encontraron con su hijo.
Sobre el grupo pendía la amenaza de sanción por haber permanecido en silencio tras conocer este episodio fundamental para el desarrollo de la humanidad: Oriana besando a otro. Es un poco el mundo al revés, ¿no? Se les castiga en lugar de premiar su silencio respetuoso con el concursante antes conocido como Tony, logrando no notase hasta anoche su cornamenta aún siendo vox populi en la isla. Les presionaron diciendo que les daban la oportunidad de confesar, pero no se perseguía una confesión sino una delación.
Curioso que quien lo contase fuera Diego Matamoros, y aún más que lo hiciera una vez fuera del concurso. “No quiero perjudicar a mis compañeros”, decía el bendito. Claro, por eso se chiva cuando ya no le puede afectar lo que pase. Se trata del mismo concursante que acusaba a Amador de ser un chivato, ir con chismes de un lado a otro y “poner el sonotone detrás de la palmera”. Si de algo no se podía acusar a Diego tras su ataque a Amador es de falta de valentía. En ese momento tuvo toda la que le habría hecho falta para no esperar a estar a miles de kilómetros de distancia para delatar al grupo.
Con Diego convertido en portero oficial (con todo mi respeto a tan noble profesión) de esta edición de Supervivientes (como se puede ver en la imagen de @Teube3) y el grupo negándose a convertirse en delatores, fue Ignacio Montes (si él llama Antonio a Tony no sé por qué iba a yo a perder la oportunidad de llamarle a él Ignacio) quien decidió desmarcarse. En realidad se marcó un “pío, pío, que yo no he sido” de los que hacen época.
El testimonio de Nacho fue clave para que la audiencia decidiera castigarles por mantener el secreto de las fotos de Oriana en brazos de otro chorbo (como rezaba el titular de portada de la revista en cuestión), aunque en realidad fue Leo Margets en plató (con un pantalón tan corto como el de Oriana, pero menos desgarrador) quien nos terminó de convencer. Ella también lo había oído. Hasta la confirmación de Leo mi incredulidad se sustentaba en el hecho de que Yong no se hubiera ido de la lengua. Al chino le da igual todo y me temo que si no lo contó es porque el hambre nubla sus sentidos.
Está claro que Rebeca (la única, junto a Amador, que podía conocer esa historia) había hablado de más. Sancionar solo a quien contó lo que no debía debió parecer poca cosa y por eso había que hacer partícipe a todos los demás. Mientras tanto, Vivi, en el palafito, disimulaba alegando ese genial “se me complica” cuando Jorge Javier le mencionaba las fotos de la revista. Algunos no serán buenos supervivientes, pero oiga: unos actorazos de primera.
Dado por bueno lo revelado por Diego, mi única duda fue como pretendía que Tony no se enterase y al tiempo se lo contó a todo el mundo. Rebeca se lo soltó a Chiqui y esta le fue con el chisme a Diego, que reconoce habérselo contado al grupo. Acusar de correveidile a Chiqui y no a Diego me parece abracadabrante. Los dos lo contaron, gracias a los dos otros se enteraron de la movida, e igualmente callaron los dos evitando denunciarlo a la famosa inspectora.
La única diferencia entre Diego y Chiqui es que el primero abandonó el programa la pasada semana, y decidió convertir ese en su momento. Gracias a ello, anoche tuvo más protagonismo del que ha logrado en todo el programa, siendo recibido en plató antes que Leo, expulsada la semana pasada (aunque Diego no pudo aparecer por la puerta por un problema técnico, así es la poética de las cosas). Y para que no cayera sobre sus hombros la responsabilidad del castigo al grupo se hizo votar a la audiencia. Naturalmente salió que sí a las sanciones. La audiencia cutre no es, pero sí bastante cabrona.
Aparte de la nominación directa de Rebeca, el castigo consistió en retirar al grupo el quinqué (¿dónde van a grabar ahora las confesiones nocturnas a cámara?), la olla grande y la mitad de la ración semanal de arroz. Todo eso por no delatar a una compañera y conseguir que el pobre Tony permaneciese sin enterarse de nada. Rebeca no sabía dónde meterse. Su expresión corporal la delató en el minuto uno. Solo había que permanecer atentos a su nuez y observar cuantas veces tragaba cada vez que se hablaba del tema en la palapa.
Tony salió sentado junto a unas muletas, con el músculo de su pierna roto al 90 %, y permaneció sonriente hasta cuando Nacho hablaba de su bulto. No el de la parte posterior de su pierna derecha sino el de la parte central media frontal, ya tú sabes. Bueno, la sonrisa le aguantó hasta cuando vio a sus padres, aunque permaneció impasible el ademán, sin pizca de emoción. Hasta que la sonrisa se congeló en su rostro cuando la señora Spina, con una crudeza innecesaria, le soltó la portada de la revista calificando de “rumor” lo que Tony estaba viendo fotografiado. “Para mí es un rumor”, decía ella, como quien dice: “que parezca un accidente”.
La reacción de Tony fue inmediata: “Que recoja todas las cosas que tiene en mi casa y salga cuanto antes. No sé quién es Oriana, a partir de ahora no existe para mí”. Le faltó decir que si no abandona la casa amanecerá cualquier día con una cabeza de caballo en su cama. Ni siquiera se ablandó escuchando el llanto de Oriana en plató. Fue el peor momento en la vida de la extronista, después de aquel día que perdió el gloss.
Jorge Javier lo intentó poniendo un punto de drama: “Oriana ha tenido que abandonar el plató y está en los servicios médicos”. Pero Tony se mantuvo en sus trece: “Del asco que me está dando esto no me pongo ni a llorar”. No se le movió ni un pelo del tupé. Sospecho que se agarró a las muletas por si necesitaba descargar su rabia. Suerte que evitó la escena a los señores de Spina.
Veo complicado que Tony llegue a perdonar a Oriana, sobre todo teniendo en cuenta que considera una traición que ella siga relacionándose y quedando con su amiga Gaby. ¡Una traición! Nada más y nada menos. ¿Quién se querrá este chico que es para poder elegir las amistades de su novia?
No sé si es más seguro que la audiencia castigará a los concursantes si se le da la oportunidad de hacerlo o que si a un concursante se le dice “no digas nada a tus compañeros” irá de inmediato a hacerlo. Esto pasó anoche con Amador, que tardó segundos en contar a Rebeca lo que había hablado con Jorge Javier sobre el episodio de chivatazo en la isla.
Por cierto, avisados quedamos de que Amador planea ir contando su vida y deshaciendo entuertos a partir de hoy mismo en Cayo Paloma. Supongo que lo hará por entregas (o fascículos), como las novelas románticas del siglo XIX, los culebrones venezolanos y las conspiranoias de Pedro Jota en El Mundo.
La expulsión de Carolina cumplió con las previsiones hechas ayer desde este palafito, aunque también cabía esperar que fuera ella quien se quedase con Rafa. A Vivi se le complicó del todo la cosa y tuvo que subir a la barca y abandonar al “señor Rafa”, ya sin posibilidad de regresar. Volver a ver juntos a Rafa y Carolina es una suerte. Lástima que sea solamente para una semana.
No veo justo que solo un habitante del palafito pueda llegar a la final. Dado lo diezmado que está el grupo tras tantas bajas yo superpoblaría el palafito de aquí hasta el final. Rollo camarote de los hermanos Marx, a ver qué pasa. Sería un auténtico drama ver a Rafa abandonando un territorio que en parte ya es propiedad suya. Anoche se atrevía incluso a bromear: “Esta semana me he sacado el curso de recepcionista del palafito”. Y que lo diga.
Tras casi convertir a Yong en un "pato a la pekinesa", como dijo él mismo, en la final de la prueba de líder, y ver a Abraham colgarse el collar por cuarta semana consecutiva, aparecieron en plató los padres de la criatura, directamente desde la misma China. Sospecho que Yong se inventa el chino, aunque su madre se emocionaba cuando le dedicaba unas palabras en su idioma. “¿Por qué aplauden si no han entendido nada?”, preguntaba Yong sobre la reacción del público, y no le faltaba razón.
Después de intentarlo fallidamente con Borja (marido de Chiqui) y con la madre de Katia, al final les ofrecieron a los padres de Yong ir a Honduras y no se lo pensaron dos veces. A un chino le cuelgas una cámara y le mandas a la otra punta del planeta y es feliz, mucho más si es para encontrarse con su hijo. Parece ser que la familia de Borja ha decidido apartarle del mundanal ruido y evitar que viaje para encontrarse con Chiqui y su correspondiente cornamenta (virtual, por supuesto). Mejor harían en cortarle la tarifa plana de Internet, aunque digo yo que ya es mayorcito para decidir por sí mismo.
Las nominaciones estaban claras antes de comenzar, al menos en dos de los cuatro concursantes que esta semana salen a la palestra. Rebeca porque era nominada disciplinariamente, y Nacho porque el líder volvió a ser Abraham. Solo faltaba conocer los otros dos nombres, y en esta ocasión el papel del líder volvía a ser doble, salvando una vez más a Chiqui.
Katia, Yong y Chiqui nominaron a Amador. A su vez, este se decantó por Yong. Y, por su parte, Nacho (contrariado por tener que cambiar de planes) nominó a Chiqui. Sospecho que hubiera pronunciado el nombre de Abraham de haber podido hacerlo. Como digo, el líder decidió entre Yong y Chiqui, prefiriendo dejar nominado al chino. Nominados del grupo: Amador y Yong. Y luego, Abraham nominó directamente a Nacho, tal como se esperaba. Nominados finales: Rebeca, Amador, Yong y Nacho.
Preguntas desde el palafito
¿Por qué a Pelopony le parece un sacrificio que Oriana haya dejado Madrid para vivir en Platja d’Aro? ¿Tal vez allí no venden gloss?
¿Habrá más bajas en Cayos Cochinos? ¿Al final de esta película, se habrá salvado la inspectora, al menos?
¿No sería factible sustituir a Diego y Tony por dos repescados? No será porque no haya candidaturas suficientes.
¿De quién se enamorará ahora perdidamente Nacho? ¿Qué nombre grabará en su ajada cantimplora? Yong, vete preparando.