Último programa del año de 'Así es la vida', última entrega de un año que ha estado plagado de noticias impactantes, inesperadas y auténticos campanazos.
Nada podía hacer presagiar que la vida de Bárbara Rey se iba a tambalear tanto como lo ha hecho y es que su hijo Ángel Cristo no solo ha contado que su madre le daba somníferos con el biberón, también la acusaba de convertirle en su sirviente y de utilizarle para presuntamente fotografiarle con el rey emérito.
Sin duda, fue exclusiva a nivel mundial y es que la portada de la revista 'Lecturas' nos mostró unas fotos de Genoveva Casanova y el heredero al trono danés durante un día de ocio en Madrid.
Para César Muñoz, "el campanazo al mal gusto" lo ha dado Edmundo Arrocet y es que cree que no puede ser más inoportuno ni tener menos incontinencia verbal dado que el humorista hablaba apenas unos días después de la muerte de la presentadora. Aseguró que la intoxicaron en su contra con “falacias”, que le dejó dinero y que quiso casarse con él para que le quedara una pensión. Este tipo de intimidades además de algún ataque directo dejaban a Carmen Borrego y Terelu Campos atónitas e indignadas.
Antonio Casado recordaba que quien nos ha sorprendido a todos ha sido Ana Oregón en lo que él denominaba “abuela por sorpresa”. Eso sí, se mostraba crítico: “Me parece una obregonada”.
Pero sin duda, el campanazo de José Antonio Avilés ha sido en primera persona y es que el reportero ha conseguido lo que nadie imaginaba. Tras días siguiendo los pasos del Rey emérito en Sanxenxo por tierra y mar, alguien de su equipo de seguridad se dirigió a la prensa y, por sorpresa, le pidió al periodista que le siguiera. ¿Para qué? Para tomar un café con Don Juan Carlos I en el club náutico.