Rodolfo Sancho acaba de pedir disculpas a los medios de comunicación por su tono y su gesto en las primeras declaraciones que ido tras visitar por primera vez a su hijo en la prisión de Koh Samui en la que se encuentra. Su actitud ha sido muy diferente a la de su expareja, Silvia Bronchalo, cuando empezó sus visitas a Daniel Sancho. Analizamos las semejanzas y las diferencias.
El actor no quiere dar una imagen de prepotencia y asegura que si dijo cosas como que no van a conseguir lágrimas de él y que en la vida se pueden tomar la cosas como una desgracia o como un reto se debe a un mecanismo para sentirse “firme” y “fuerte” y así poder “ayudar a su hijo”.
Pero ¿En qué se parece y en qué se diferencia de la actitud que mantuvo su expareja? Silvia Bronchalo, madre de Daniel, visitó a su hijo tras 14 días. Como Rodolfo, llegó con ropa oscura y con gafas de sol negras.
Sin embargo, mientras él fue hacia a la prensa con firmeza, ella se fue en silencio el primer día y se acercó después con prudencia, pidiendo distancia y dando las gracias por el “interés” y el “respeto” que le habían mostrado.