Reyes: "Al día siguiente de nuestra boda todo comenzó a cambiar"
El novio de Reyes se integra perfectamente en su círculo más íntimo. Le encanta ir a comer los domingos a casa de sus suegros, ya que él nunca ha vivido el calor de la unión familiar. El pretendiente, hasta ahora siempre atento, simpático, servicial en todo momento, se va a convertir de repente en otra persona. Exactamente el día que Reyes contrajo matrimonio con él, todo cambia en su vida.
Reyes: "Mi marido me puso un machete en el cuello y me amenazó"
Para Reyes, el matrimonio es un sacramento que dura toda la vida y el divorcio es un fracaso. Por eso oculta su sufrimiento a su familia, por miedo a decepcionarles. Además, las mujeres de clase alta se enfrentan a una enorme presión social, se avergüenzan de lo que están viviendo, no suelen buscar ayuda en la administración pública, denuncian menos y por tanto no figuran en las estadísticas de violencia de género.
Reyes: "Llegué a pensar en suicidarme"
La desolación, la frustración que le causa la indiferencia de su marido, la violencia verbal y ambiental y la falta de apoyos que está sufriendo, hacen que se sienta incapaz de aguantar más. "Llegué a pensar en suicidarme. Cruzaba la calle sin mirar si pasaban coches o no", confiesa Reyes.
Reyes: "Nunca le perdoné que se fuera a beber mientras operaban a nuestro hijo a vida o muerte"
Aunque Reyes perdonó muchas cosas a su maltratador, entre ellas insultos y golpes, lo que nunca fue capaz de olvidar fue el día que nació su hijo y los médicos le comunicaron que tenían que intervenirle a vida o muerte. "Mientras que operaban a nuestro hijo, él estaba bebiendo. Cuando regresó y quiso abrazarme... yo le rechacé. Luego no le dejé entrar a verle. Creo que fue la única vez que me impuse", relata Reyes todavía entre lágrimas.
Reyes: "Mi maltratador me obligaba a tener relaciones sexuales a la fuerza"
Reyes le da una nueva oportunidad a su maltratador, pero todo sigue igual o peor. No se ocupa de los cuidados del hijo que tienen en común y le trata como a un juguete, igual que a la propia Reyes, a la que fuerza a mantener relaciones sexuales a pesar de llevar vidas separadas conviviendo en la misma casa. Cuando Reyes se entera de que está embarazada de mellizas, decide que no va a tolerar comportamientos que puedan dañar a sus hijos. Pero apartarle de su vida no va a ser nada fácil.
Reyes: "Nos amenazó de muerte a mí y a nuestros hijos"
El exmarido de Reyes no está dispuesto a perder su sustento, su familia, su forma de vida y tampoco su imagen social. Por eso, cuando Reyes quiere romper todo vínculo, él lo vive como una ofensa y actúa a la desesperada. "Nos amenazó de muerte a mí y a nuestros hijos. Tras la denuncia de Reyes, la sentencia le condena por persecución, allanamiento a la propiedad, injuria, amenazas y menoscabo a la dignidad. Además, se ordena un régimen de visitas para el hijo de Reyes y su padre que tendrán lugar en un punto de encuentro en el que se viven situaciones muy tensas. La expareja de Reyes acude en estado de embriaguez en varias veces y no le permiten ver al menor. Esto provoca que el maltratador empiece a proferir amenazas de muerte contra Reyes, así que se ponen en marcha medidas cautelares de seguridad para la víctima.
Reyes: "Cambié de domicilio, de coche y de teléfono para huir de él"
Finalmente, según la sentencia del 25 de abril de 2008 del juzgado número 2 de guadalajara, el maltratador de Reyes es condenado por incumplir las medidas cautelares de seguridad y se dicta una pena de seis meses de prisión por al menos dos delitos de quebrantamiento y amenazas graves de muerte. Así que ingresa por primera vez en la cárcel, pero no tarda mucho en salir y sus intenciones son todavía peores. "Salió más enfadado y yo era la culpable de todo. Era su obsesión, por eso tomé la decisión de cambiar de domicilio, de coche y de teléfono", cuenta la víctima. Reyes huye por primera vez con su familia para evitar el acecho constante de su agresor, pero su marido la encuentra y sigue acosándola hasta por correo electrónico.
El su segundo intento de escapar de su agresor, Reyes se mudó a Marbella con toda su familia. Allí comenzó una nueva vida en la que recuperó parte de la tranquilidad que había perdido durante los últimos 17 años de su vida. Un día, Reyes recibió una llamada de la Embajada para comunicarle que su expareja y padre de sus hijos había fallecido. Aunque admite que nunca le ha deseado la muerte a nadie, reconoce haber tenido sentimientos encontrados: "A pesar del maltrato nunca le deseas la muerte a nadie, pero en ese momento respiras y esperas poder hacer una vida como el resto de las personas".