El 1 de junio de 2010, Rafaela interpone su denuncia. El 21 del mismo mes tiene lugar el juicio y el día 22 se dicta la sentencia que absuelve al acusado. En contra de Rafaela actuaron varios factores: Su deficiente expresión oral y la falta de testigos. Sus hematomas no resultaron concluyentes y las amenazas de muerte y lesiones, para el tribunal no quedaban probadas. A pesar de este revés judicial, Rafaela estaba segura de que su expareja quiere matarla.