El momento en que Nagore descubre el ciberacoso: “Se rompió algo en mí y al día siguiente tenía que seguir dando clase”
Una niña de 12 años subía a las redes sociales fotos suyas y ponía insultos comentarios vejatorios
Nagore Zamarreño es profesora y ha sido víctima de ciberacoso por parte de sus alumnos. Los hechos ocurrieron en un reconocido colegio de San Sebastián. Ella impartía clase a los estudiantes de Secundaria y uno de los grupos la tomó con ella: tenían solo 12 años, pero sus actos la afectaron tanto que cayó en depresión y tuvo que pedir la baja durante varios meses.
Era el segundo año que Nagore estaba en el colegio. En el primero todo había ido bien y además había conocido a Xavier, su actual marido. Pero una niña de 12 años la tomó con ella y a las faltas de respeto en el aula se sumaron los ataques a través de las redes sociales. Nagore y Xavier permanecieron ajenos a todo esto hasta que fueron a visitar a un familiar, que les enseñó lo que estaba ocurriendo. Había fotos de ellos en las redes sociales con comentarios vejatorios e insultos. “Conocíamos la realidad del aula, pero desconocíamos el mundo virtual que se estaba creando de forma paralela en las redes”, contaba Nagore.
La niña que promovió todo tenía en su perfil de Tuenti una foto de Xavi y en los comentarios se decía que era el novio de la alumna. “Al ser un chico los comentarios siempre fueron positivos. En cambio, hacia las profesoras, que éramos cinco, todos eran negativos o humillantes”, explica Nagore. Xavi cuenta que esos insultos incluían ataques al físico de las docentes, a su condición sexual o al hecho de que Nagore y Xavi fueran pareja.
“Cuando lo vi por primera vez me sentí muy mal, se rompió algo en mí. Y al día siguiente tenía que seguir dando clase”, dice Nagore. Ese lunes fueron a contarle al director todo lo que estaba pasando y, pese a que se expulsó a la alumna durante unos días, el problema no se arregló ya que incluso así seguía subiendo comentarios y ataques a las redes sociales. “El colegio no asumió la responsabilidad en ningún momento y la bola se fue haciendo mayor, hasta que explotó”, dice la profesora.