El olivar español, del que proceden nuestros aceites de oliva, es el bosque humanizado más grande del planeta, con más de 340 millones de olivos. Sí, sí, has leído bien, ¡más de 340 millones de olivos! Lo que supone una superficie de 2,6 millones de hectáreas, una superficie mayor que la de la Comunidad Valenciana. Es, además, el 25% de la superficie de olivar en todo el mundo, ¡casi nada!
Gracias a este inmenso mar de olivos, el sector del aceite de oliva es uno de los más potentes dentro del sistema agroalimentario español, y se constituye como el motor económico de cientos de nuestros pueblos, especialmente en Andalucía (80% de la producción), Castilla La Mancha (8%) y Extremadura (5%), generando más de 15.000 empleos directos y siendo el sustento económico de más de 300.000 familias en nuestro país, evitando así la despoblación rural.
Además, nuestros olivos también se constituyen como una eficaz barrera contra el cambio climático, absorbiendo grandes cantidades de gases de efecto invernadero cada año, como así lo afirman los estudios científicos.
En concreto, el Consejo Oleícola Internacional desveló en la Cumbre del Clima de Marrakech que el olivar es capaz de fijar hasta 11,5 kg de CO2 por cada kilo de aceite de Oliva producido, generando un balance positivo de fijación de 10 kg de gases de efecto invernadero, por cada litro de aceite de oliva.
También hay que tener en cuenta que, además, la fijación de carbono tiene un efecto positivo sobre la capacidad del terreno para almacenar agua, ayudando así a combatir la desertificación, uno de los grandes retos del futuro.
Todo un ejemplo del papel que juega el sector agrario y, en este caso, el sector de los aceites de oliva de España para preservar el medio ambiente, y luchar por un mañana más verde.
Además, alrededor de un 20% de nuestro olivar se cultiva siguiendo estrictos criterios de sostenibilidad. Es más, el olivar es el primer cultivo ecológico de España.
El olivar es uno de los ecosistemas más ricos que existen en España, y no lo decimos nosotros, sino el proyecto LIFE Olivares Vivos que, tras evaluar la biodiversidad de una serie de olivares, ha catalogado cientos de especies que habitan en este ecosistema absolutamente único.
En concreto, se han catalogado 165 especies de aves, una cuarta parte de todas las documentadas en la Península Ibérica, 58 especies de hormigas, y 119 insectos polinizadores que son de vital importancia para el equilibrio del ecosistema y para la biodiversidad, así como para la producción agroalimentaria. Asimismo, se han localizado 549 especies herbáceas, y 137 de leñosas.
Además de su importancia socioeconómica y medioambiental, nuestro olivar tiene un tremendo valor paisajístico y cultural, que se ha forjado a lo largo de miles de años.
Concretamente, el olivo comenzó a colonizar nuestro país hace alrededor de 3.000 años, dando lugar no solo al bosque humanizado más grande del planeta, sino también a paisajes absolutamente únicos, desde los olivos que crecen a orillas del Mediterráneo, hasta los mares de olivos de Jaén y Córdoba, pasando por los bosques de olivos milenarios de Málaga, Aragón, Comunidad Valenciana o Cataluña.
Un patrimonio de un valor incalculable que forma parte de nuestra historia, nuestra cultura, y nuestro legado para el mundo.