Las claves para conseguir un 'Pescaíto frito' perfecto gracias al Aceite de Oliva
Para freír, el Aceite de Oliva es el más recomendado porque soporta muy bien las altas temperaturas y consigue un resultado perfecto.
¿Existe algo más veraniego y rico que el pescaíto frito? A nosotros se nos ocurren pocas, la verdad, eso sí, todas tienen algo en común: nuestros Aceites de Oliva. En concreto, el pescaíto frito es tan irresistible y saludable por ese toque único que le da la fritura en Aceite de Oliva, el mejor para freír y para todos los usos en caliente, ya que es el que mejor funciona a altas temperaturas, conservando todas sus propiedades, gracias a su alto contenido en ácido oleico.
Por eso, es el más recomendable para hornear, para la plancha, para saltear… ¡y para freír pescaíto, por supuesto! Gracias a su resistencia a las altas temperaturas, podemos cocinar a 180 grados sin problemas. A esa temperatura, el alimento genera en el exterior una capa crujiente que impide que se empape de aceite. Logramos así frituras más ligeras y jugosas.
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Este aceite contiene exclusivamente una mezcla de aceites de oliva refinados, y vírgenes o vírgenes extra, en una proporción variable, por lo que comparten con estos su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, fundamentales dentro de una dieta sana, como nuestra dieta mediterránea.
Ingredientes para 4 personas:
- Pescado pequeño variado (boquerón, chipirones, choco, pijotas, cazón, calamar, ortiguillas): 1 kg
- Harina de garbanzo
- Aceite de oliva
- Sal
- Limón para aliñar al gusto
Elaboración:
- Empieza limpiando y lavando el pescado. Una vez limpio, enharínalo y añádele sal.
- Después, pon a calentar una sartén con abundante Aceite de Oliva, la clave de esta fritura.
- Mientras se va calentando el aceite, elimina bien los restos sobrantes de harina en el pescado, para que no la suelte en la sartén.
- Cuando esté bien caliente, empieza a freír el pescado por tandas, para garantizar que se fría bien y que queda bien dorado por todas partes.
- Antes de servirlo, escurre el aceite sobrante en un plato con papel absorbente. Y después, sírvelo en una bandeja con unas rodajas de limón, para aliñarlo al gusto. ¡Y a disfrutar de este auténtico manjar de la cocina veraniega!