Tan solo 24 horas después de ver a José Ortega Cano abandonar la clínica en la que se había sometido a un injerto de cejas, las cámaras han sorprendido al maestro sin gafas y dejando ver el resultado de su retoque estético.
Con los ojos amoratados y la cara bastante hinchada, así hemos visto a José Ortega Cano tan solo unas horas después de someterse a un injerto de cejas. El torero decidía hacerse un retoque estético e implantar pelo de la parte posterior de su cabeza en sus cejas. Una intervención un tanto dolorosa y con una complicada recuperación posterior. Incluso, aseguran que el torero tendría que dormir varios días sentado para favorecer el riego de los capilares faciales.
Rosa Benito, que cuenta con casos cercanos de implantes capilares, asegura que el color morado de los ojos del torero es efecto de la anestesia y que se irá desplazando por todo su rostro.