España duerme tranquila y protegida porque hay un nuevo miembro en el Ejército. Nunca se había quitado la sotana ni para aparecer en la televisión, pero en esta ocasión la ha cambiado por el traje de gala. Mítico y polémico personaje de los 90 siempre con la palabra de Dios en mano y tras años desaparecido de los focos, el Padre Apeles reaparece con honores.
Sí, el polémico sacerdote ha vuelto a la vida pública y lo hace tras ser ascendido a Capitán de las Fuerzas Armadas. Con el galón de Capitán del Ejército de Tierra en la solapa, un casco de camuflaje y a lo loco, el Padre Apeles ha pasado de liarla parda en los platós a darlo todo por su patria.
En directo, la reportera Mónica Domínguez ha tenido el placer de hablar con el recién ascendido cura y se ha encontrado con un hombre orgullos, agradecido y feliz “¡Muchísimas gracias! Para mí también ha sido una satisfacción poder colaborar en algunas actividades del Ejército”.
Según ha explicado José-Apeles Santolaria de Puey y Cruells “Llevo muchos años como reservista”. Una información que ha causado sensación en Alba Carrillo ya que, su madre también lo es “Cómo mi madre… Metámonos bajo tierra porque si estáis vosotros cuidándonos”.
Antes de continuar con la entrevista y con los motivos que le han llevado a dar el salto a la institución, el Padre Apeles ha querido matizar su cargo “Parece que estoy en primera línea en alguna guerra y no se trata de eso… En mi caso yo entré en el Ejército como lingüista y estuve un tiempo dando clase en Cibeles, he ayudado en la exposición de un pintor… Pequeños tiempos que cada año uno dedica a ayudar”.
Un lapsus de la reportera, ha llevado a Apeles a explicar cómo ha llegado tan lejos “Capitán General solo hay uno, soy un capitán de tres estrellas. A mí siempre me ha gustado y cuando se convocaron las plazas me presenté”. El sacerdote ha ido ascendiendo poco a poco tras pasar unos meses en un lugar de formación y no descarta salir voluntario en alguna misión “Un reservista siempre puede decir si quiere ser activado en misiones en el extranjero y yo puse que sí, pero no iría a pegar tiros iría en mi puesto de traductor”.