Cuando se cumple un año de su detención y posterior puesta en libertad, el titular del Juzgado de Instrucción número 48 de Madrid, Juan Ramón Reig Purón, que lleva el caso del bailarín Rafael Amargo ha terminado la instrucción del caso y ha establecido que Amargo traficaba con drogas y pertenecía a un grupo criminal del que él era el cabecilla. Todo esto sucede antes de que Amargo se siente en el banquillo para la celebración del juicio.
En el acto dictado por el magistrado se concluye que hay indicios suficientes para acusar al artista y otros tres implicados de un delito contra la salud pública, en la modalidad de tráfico de drogas y pertenencia a un grupo criminal. Incluso, el juez ha establecido que Rafael Amargo podría ser el cabecilla de tal organización.
Según se refleja en el auto, la vivienda que el bailarín compartía con su pareja sería el centro de operaciones del grupo para la venta de estupefacientes aunque en ocasiones realizaban servicios a domicilio. Cada miembro tenía una función muy definida en el tráfico de drogas, uno de los socios ponía el dinero para las grandes compras y el otro se centraba en la venta y distribución.
El 1 de diciembre de 2020 Rafael Amargo fue detenido a la salida de casa de sus padres, tan solo unos días antes de que estrenara su espectáculo Yerma en el Teatro La Latina de Madrid. La brigada de estupefacientes del distrito centro de Madrid llevaba ocho meses vigilándole. En la operación también fueron detenidos su actual pareja Luciana D.M.B, el productor de su espectáculo, Eduardo de los Santos y su asistente y amigo Manuel Ángel B.A.