Sin mascarilla y con muy poco que ver con la elegancia que suele rodear al mundo del tenis, una mujer decidió regalarle unas cuantas peinetas injustificadas a Rafa Nadal durante su último partido en el Abierto de Australia. Una actitud grosera que ha dado la vuelta al mundo y de la que la señora ha echado la culpa al agua con misterio.
Días después de realizar el grosero y soez gesto al de Manacor, la señora ha concedido una entrevista a una radio australiana y ha mostrado cierto arrepentimiento. Al parecer, su hija estaba muy enfadada con el hecho de que su imagen se haya visto en medio mundo, pero ella ha aclarado que Rafa Nadal le aburre: “No soy fan de Nadal, creo que soy soberanamente aburrido… No es una buena imagen, pero lo hecho, hecho está”. Además, ha confirmado que no estaba en plenas facultades físicas: “El alcohol le hace estar a uno un poco más desinhibido”. Sí, parece que la señora se había tomado un poquito de agua con misterio.
Soez y grosera pero identificada mundialmente. Las peinetas se han convertidos en los gestos más universales que puede utilizar el ser humano para mostrar su rechazo hacía alguna actitud. De hecho, en nuestro país hemos vivido peinetas históricas como la Luis Bárcenas en 2013 o la que José María Aznar le dedicó a los estudiantes de Oviedo. En ‘Ya es mediodía’ hemos repasado algunas de las más sonadas.